Preparativos
ANTES DE EMPEZAR EL VIAJE – Dudas comunes
DATOS GENERALES – En Islandia se conduce por la derecha, los enchufes son igual que en España, el agua es potable en todos lados (en algunas sitios huele a huevo podrido pero sigue siendo potable), el idioma es el islandés (totalmente incomprensible) aunque el 99% de la gente habla inglés, apenas existen los delitos, en verano no se pone el sol y para llamar a casa sólo hay que activar el servicio de roaming de tu compañía de móvil. Parecen tonterías, pero son dudas que surgen fácilmente cuando viajas a un sitio tan desconocido. Ah! En cuanto te alejas de las pequeñas zonas urbanas deja de haber cobertura (en gran parte del país).
DINERO – En Islandia manejan coronas (krn) pero es fácil calcular cuánto cuestan las cosas si aún te acuerdas de las pesetas. 1 corona equivale a 1 de las antiguas pesetas, así que no hacen falta calculadoras. Eso sí, los precios son para echarte a temblar, incluso después de la crisis. Islandia es uno de los países más caros del mundo, tanto, que por una bolsita de patatas fritas te cobrarán 210 krn (420 pts) o por un plato de pescado 2000 krn (4000 pts – sólo por el pescado, suma a eso bebida, postre, café…). ¡¡Mentalízate!!
ALOJAMIENTO – Dado lo caro que está todo, el alojamiento es sorprendentemente asequible. La mejor opción, si no quieres dormir en camping, son los hostales, las granjas y las “guesthouses”, repartidas por todo el país. Las casas en Islandia son bastante grandes, así que la gente alquila las habitaciones para los turistas. Normalmente tienes derecho a baño compartido y a uso de la cocina pero en casi ningún sitio hay que compartir habitación con desconocidos. En muchas te dan opción a desayuno (cobrando aparte, claro) y puedes elegir entre tu saco de dormir (sleeping bag) o edredón nórdico (made-up bed). Para echar un vistazo: http://www.farmholidays.is, aunque en las oficinas de información suelen tener los folletos de todas ellas (aunque el de las granjas viene sin teléfonos). Los precios oscilan entre 2300 y 4500 krn por persona y noche. Los más barato son los hostales llevando el carnet de alberguista (http://www.hostel.is/), aunque estos es super necesario reservarlos con antelación.
VEHÍCULO – Si realmente se quiere conocer toda Islandia, el 4×4 es completamente necesario. En cuanto se abandona la Ring Road, que es la carretera que da la vuelta a la isla, prácticamente todos los recorridos se hacen por pistas de tierra. Algunos son válidos para coches normales (a la entrada de cada camino lo suele especificar) pero si no quieres pasarte el viaje preocupado por los pinchazos o encontrarte que no puedes llegar al sitio al que querías ir, alquila el 4×4; es dinero muy bien empleado.
CLIMA – Seguro que éste es el gran temor de mucha gente que vaya a viajar para allá pero la cosa tampoco es tan grave. En verano, las temperaturas están entre 8º de mínima y 15º de máxima, aunque todo depende de la suerte, puede haber 23º en Junio o pillarte una semana entera de lluvia. Lleva siempre a mano un buen forro polar y chaqueta y pantalones impermeables por si acaso aparece de pronto la lluvia. Ah! Y unas buenas botas de montaña. Si planeas hacer rutas de varios días andando o en bicicleta también se recomienda llevar zapatillas de surf para cuando haya que cruzar ríos.
PLANEANDO EL VIAJE – Compras, compras, compras
¿POR QUÉ ISLANDIA? – Elegir Islandia como destino es elegir naturaleza: cascadas, volcanes, glaciares, fiordos… un paisaje muy diferente al resto de Europa (incluso Escandinavia). Lo primero es decidir qué se quiere hacer y cuánto tiempo va a durar el viaje porque no es lo mismo seguir los pasos de los vikingos y las sagas que patearse los parques naturales. La mayoría de la gente se organiza viajes de 7 u 8 días y rodea la isla siguiendo la Ring Road, pero a nosotros nos pareció poco y decidimos alargar el viaje a 15 días, para poder llegar a los fiordos del oeste (donde no llega la Ring Road) y tener tiempo de hacer todo el senderismo posible.
FECHAS – Elegimos ir en Julio, del 14 al 28, para encontrarnos allí con la mejor temperatura y porque en otra época que no sea verano todo el país funciona a medio gas, muchas carreteras están cortadas (es imposible acceder al interior del país) y hace demasiado frío. Los meses de Julio y Agosto no hay problemas, en Junio conviene consultar como anda la cosa y ya en Septiembre puede empezar a haber complicaciones y carreteras cerradas.
AVIÓN – Compramos los billetes por Internet allá por el mes de mayo. Lo mejor que encontramos fue con Icelandair, una compañía islandesa que en verano oferta vuelos directos desde Madrid, Barcelona y Alicante a Keflavik, el aeropuerto internacional islandés (www.icelandair.es). Ida y vuelta: 430 euros (desde Alicante incluso más barato), que no está nada mal y te ahorras la noche en el aeropuerto de Londres-Copenhague-Amsterdam que suelen ser las conexiones tradicionales.
COCHE Y ALOJAMIENTO – El 4×4 lo alquilamos también por Internet en www.beneluxcar.com para recoger en el mismo aeropuerto el día 14 al llegar y devolver, también allí, el día 28 al irnos. Además, reservamos por adelantado sitio donde dormir las 2 primeras noches y decidimos ir a la aventura el resto del viaje para no estar atados a un plan previo. En todos sitios se decía que no había problemas para encontrar alojamiento aunque resultó no ser del todo cierto.
Como el avión aterrizaba a las 2 a.m reservamos el hostel de Njardvik a unos 5 minutos en coche del aeropuerto para empezar nuestro viaje por Reykiavik al día siguiente. La segunda noche el destino era el hostel de Laugarvatn y a partir de ahí, a dormir donde estuviéramos.
COMPRAS – Los últimos preparativos, aparte de forrarnos a comprar ropa de invierno cuando las tiendas se llenaban de bañadores, fueron elegir guía y mapa. Aunque las oficinas de turismo funcionan bastante bien, no está de más llevar información extra e ir familiarizándose con los nombres de las ciudades más importantes. El mapa lo compramos en la Tienda Verde (www.tiendaverde.es) y lo elegimos sobre todo porque marcaba con iconos bien grandes dónde había gasolineras. (Quién nos iba a decir que nos resultaría tan útil!!). La guía elegida, después de inspeccionar unas cuantas, fue la Rough Guide, que a lo normal de una guía, añade historias curiosas, datos de interés (alojamientos, restaurantes, empresas de excursiones… con precios y teléfonos), muchos datos sobre cómo moverse por el país en bus, etc. La única pega es que está en inglés y tuvimos que encargarla porque no la tenían en ninguna tienda.
MALETA – Cosas que no podían faltar: el bañador (hay piscinas de agua caliente por todos lados) y la ¡comida escondida! Está prohibido meter en Islandia carne sin cocinar (aunque todo el mundo lo hace), así que, por precaución metimos lo que llevábamos entre la ropa de la maleta. Como pretendíamos comer todo el tiempo posible con lo que llevábamos de Madrid, nuestras existencias se componían de: mogollón de fiambre, bollos para desayunar (allí NO HAY BOLLOS, desayunan cereales) y 2 maravillosas latas de fabada que nos iban a hacer las personas más felices del mundo cuando les llegara su turno.
Y cuando tras tanto preparativo ya parecía que el viaje no llegaría nunca ….. LLEGÓ!!