El Pacto Ribbentrop – Molotov (I)
Aquel verano de 1939, la gente común no pensaba que iba haber una guerra. El Pacto de Munich apaciguó el ambiente belicista. La no intromisión de las potencias democráticas en la Guerra Civil española también paralizó la guerra. Un periódico, Le Petit Parisien publicó los horrores que se cometían en un campo de concentración alemán, pero este artículo para la opinión pública resulto casi novelesco. Se seguía veraneando en la Costa Azul francesa, los franceses seguían el Tour,… Nadie pensaba que iba ha estallar una guerra por “el corredor” y Danzig.
Lo cierto es que en los despachos de las embajadas europeas, no paraban de recibir noticias sobre futuros pactos o alianzas, algunas naciones ya se declaraban neutrales. Ante un eventual conflicto.
Pero hubo un hecho que conmocionó al mundo entero y fue el que dos naciones de antagónica ideología firmaron un pactó de “no-agresión”, estas dos naciones eran: la Alemania nazi anticomunista, y la Rusia Soviética. Ambas potencias se habían enfrentado indirectamente en nuestra Guerra Civil española. La Alemania nazi había acabado con los comunistas alemanes, en el 36 junto con Italia y Japón habían firmado “el Pacto anti-Komintern” (dirigido a las potencias adheridas a la internacional comunista, entre ellas la propia URSS.
El increíble acuerdo firmado en 1939 entre la URSS comunista y el Reich nazi fue sin duda, un triunfo de la razón de Estado sobre la ideología: aunque antes pareciera inconcebible, el más furibundo anticomunista, Hitler, se ponía de acuerdo con la encarnación viva del comunismo, Stalin; y el más encarnizado antinazi, Stalin, llegaba a un acuerdo con el fundador del nazismo, Hitler. Pero el Pacto nazi-soviético fue también, en muchos aspectos, el encuentro dos totalitarismos, que se sentían afines en los métodos y que sentían el mismo odio contra el Occidente “democrático y capitalista”.
Este Pacto firmado en Moscú el 23 de agosto de 1939, inició el principio del fin, las democracias occidentales no podían dar crédito de este hecho en un principio, tanto Chamberlain ( Primer Ministro británico), como Daladier ( su homónimo francés ).
Una semana después Hitler invadía Polonia ( 1 de septiembre de 1939 ,4.45 AM), iniciando con ello la gran catástrofe de la historia europea, como fue la II guerra mundial. A mediados del mes de septiembre Rusia invadía Polonia con lo que se arrojaba a la luz las cláusulas secretas del pacto. Sin más que añadir ¿Cómo se fraguo el pacto?.
La situación antes del pacto.
Hitler después de la aventura Checoslovaca, quería ahora emprenderla con Polonia, si el Pacto de Munich (1938, 29-30 de septiembre), había impedido la guerra, con Polonia no sucedería lo mismo, los rivales serían las potencias democráticas, las cuales habían suscrito con el gobierno polaco acuerdos de colaboración y ayuda militar (31 de marzo). También se firmaron acuerdos diplomáticos con Rumania y Grecia. Pero como dice Churchill en sus memorias, las garantías diplomáticas estaban dadas, ¿pero podían darse militarmente tales acuerdos?
Polonia participó en la repartición de Checoslovaquia (por dicho acuerdo recibió 1.036 km2 de territorio), ahora Hitler quería pasarles factura con las revindicaciones sobre Danzig y el corredor para unirse a Prusia Oriental, todo esto sucedía a finales de marzo. Tras la firma entre Italia y Alemania del “Pacto de Acero” 6 de mayo de 1939. ( Pacto de ayuda mutua de un decenio de duración, en su articulado se hablaba de los problemas internacionales de mayor relieve. Las partes contratantes se comprometían, en caso de guerra, a prestarse el auxilio necesario por tierra, mar y aire. Ante la eventualidad de una guerra conjunta, la aceptación de un armisticio o la celebración de negociaciones contundentes a la firma de la paz tendría que hacerse de mutuo acuerdo”)
Era 1939, Hitler tenía por aquél entonces 50 años, sus ansias de “espacio vital”, su formidable maquina bélica y sus ansias de dominar la “Europa inferior” le llevaron a la idea una nueva guerra, “La revancha del Tratado de Versalles”. Desde que subió al poder en el año 33, había conseguido poco a poco romper algunas de las cláusulas de dicho tratado.
Militarización de la zona de Renania.
Anexión de Austria.
El antes citado, triunfo diplomático de Munich, con la consiguiente desaparición de Checoslovaquia.
Ahora su problema se centraba en el este, y por medio estaba la URSS, a esto hay que unir la firma del pacto anti-Komintern. Por lo que a Hitler se le presentaba en caso de invadir Polonia una guerra a dos frentes, y claro esta no querían repetir el error de 1914, por lo tanto ¿era posible pactar con el siempre antagónico Imperio de los Soviets?. Su moral política se lo impedía, su aprendizaje político comenzó en Viena, leía con voracidad obras que alimentaban tanto sus convicciones antisemitas y antidemocráticas como su admiración por el individualismo y el desprecio a las masas. Durante la crisis económica de 1929, muchos alemanes aceptaron su teoría que la explicaba como una conspiración de judíos y comunistas. En la Guerra Civil española ensayó sus tácticas para futuros conflictos, y luchó contra las tropas republicanas, compuestas en su mayoría por “las masas” a las que él tanto odiaba. Por tanto se hallaba en un tremendo problema ideológico.
Quería la guerra a toda costa, con 50 años todavía estaba dispuesto a dominar el espacio europeo, sus rivales serían Francia e Inglaterra, y posiblemente la URSS.
Después de la firma del “Pacto de Acero”, las relaciones entre Italia y Alemania se intensificaron, Attolico (embajador italiano en Berlín), tenía por aquellos días mucho contacto con Ribbentrop (ministro de Exteriores alemán), éste le comunicaba el deseo que el país germano se anexionara “el corredor” y Danzig. En frente había un tratado de mutuo acuerdo entre Polonia y Gran Bretaña, en resumen, un ataque alemán sobre Polonia ocasionaría una nueva guerra Europea. Italia no estaba preparada para un prematuro conflicto. Ciano en contacto con el embajador italiano, emitió un juicio acerca de Ribbentrop.
“¿Puede existir un cerdo mayor que Ribbentrop?”
Eran demasiadas las revindicaciones del Führer para que Inglaterra y Francia cedieran al alemán. En una reunión celebrada en el Reichstag días después ya tenía una fecha para el comienzo de la invasión de Polonia, (15 de agosto). Consultó con los italianos ante una futura acción bélica, pero estos dijeron no estar preparados hasta 1943. Hitler veía el enfretamiento inevitable, pero vuelvo a recalcar que no quería un doble frente, ¿Por tanto debía o no pactar?.
A todo esto cómo estaban las cosas en la Rusia soviética. Stalin planificaba la economía mediante “los planes quinquenales”, iniciando a la vez un programa de colectivización acelerada, dirigida contra los Kulaks (campesinos propietarios). El proceso de industrialización desarrollado durante la década de 1930, elevó a la URSS al nivel de otras potencias industriales. Mediante su política de socialismo en un solo país, se auto aisló un poco de la política internacional. Participó en la Guerra Civil española mediante el envió de tropas y material bélico, además sentó las bases en los Estados democráticos de la política de Frentes Populares ( Así se dieron en Francia y la República española). Por miedo a futuros conflictos con los Estados Totalitarios en 1934 se incorporó a la Sociedad de Naciones (Organización internacional promovida para el mantenimiento de la paz.)
Pero Stalin tenía un deseo y era el control de Finlandia, los Estados Bálticos y parte de Polonia, por razones de seguridad quería agrandar sus fronteras hacia el oeste y evitar cualquier implicación en una guerra para la que Rusia no estaba preparada. Para lograr estos objetivos se debía entender con el antagónico político alemán. Por tanto ambos políticos estaban condenados a unirse.
