X-Men: La Trilogía de los Centinelas, de Roy Thomas y Neal Adams

Portada X-Men 57“Hay dos cosas que hacen que una batalla sea grandiosa — los guerreros y aquello que está en juego y que los lleva a competir”, explica Ben Raab en el prólogo de “Las batallas más grandiosas de los X-Men”. En el caso de los X-Men, la lucha no es sólo contra un determinado rival sino también contra conceptos abstractos como el miedo y los prejuicios. Cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon los centinelas en “Entre nosotros acechan… los centinelas”, combinaron en un sólo ejército de robots letales estas dos nociones. Después de todo, los centinelas fueron programados para cazar y destruir a los mutantes, pero el verdadero enemigo era el hombre detrás de esta programación.

En la historia original, el eminente antropólogo Bolivar Trask construyó los centinelas para proteger a la humanidad de los mutantes, pero al final se dio cuenta de que su “cura” era mucho peor que la “enfermedad”, y decidió sacrificar su vida para destruir a los centinelas . Sin embargo, Larry Trask culpa a los X-Men de la muerte de su padre, y él reconstruye a los centinelas. Así que una vez más “Los centinelas viven” (publicado originalmente en The X-Men # 57, junio de 1969).

Para Roy Thomas, el aspecto más horrible de los centinelas no es su capacidad de destrucción, sino más bien el hecho de que son la encarnación de todo el odio que los seres humanos sienten hacia los mutantes. Uno de los momentos más inspirados de Thomas está presente en “Misión: asesinato” (The X-Men # 58, julio de 1969), cuando los centinelas inician la captura de mutantes en todo los Estados Unidos (y el éxito de esta operación hace que otras naciones soliciten el uso de centinelas para diezmar a la población mutante). Sin embargo, la opinión pública está dividida, a pesar de toda la propaganda, y todos los prejuicios, hay hombres y mujeres que no pueden estar de acuerdo con la forma en que los mutantes están siendo tratados: “los estadounidenses comienzan a cuestionar la sabiduría –incluso la constitucionalidad– de esta moderna cacería de brujas”. Cuando los centinelas aparecieron por primera vez, esa era la mayor preocupación de Charles Xavier, y la situación es aún más peligroso ahora.

Portada X-Men 58 y 59Para Larry Trask, los mutantes son basura que necesita ser eliminada. “¿Cómo puede uno ser humanitario… con esos monstruos que ni siquiera son humanos?”, pregunta Trask, haciendo hincapié en que él va a mostrarle al mundo “la verdadera profundidad de la depravación mutante”. La última vez, el Profesor X jugó un papel clave en la derrota de los centinelas, pero esta vez él está ausente. Por eso le toca a Cyclops, Jean Grey, Angel, Beast y Iceman idear un plan para salvarse a sí mismos y al resto de los mutantes que ya han sido capturados.

Uno de los elementos que más me gustó de esta Trilogía de los Centinelas, es su ambicioso alcance. En el relato original, los robots parecen perseguir únicamente a los X-Men. Pero esta vez tanto héroes como villanos son atrapados. En diferentes páginas vemos a los centinelas atacando a Mesmero y a Magneto, vemos el encarcelamiento de enemigos clásicos como Unus el Intocable, la Blob o Mastermind. Incluso Scarlet Witch y Quicksilver son incapaces de escapar. Uno por uno, todos caen: Banshee, Havoc, Polaris, etc.

Cyclops aparece en un lugar destacado de la portada del último capítulo “Haz o muere, bebé” (The X-Men # 59, agosto de 1969). Cyclops, Jean Grey y Beast son los únicos que quedan; no sólo son los últimos X-Men, sino también los últimos mutantes que pueden intentar vencer a los centinelas. Pero a pesar de sus capacidades, no tienen el poder suficiente para enfrentarse a todo un ejército de centinelas. En las páginas finales, Cyclops concreta un último y desesperado intento. Pone en duda el razonamiento de los centinelas, y encuentra un punto débil en su estricta lógica robótica. Si su misión es proteger a los seres humanos, y aniquilar a los mutantes, entonces qué ocurre con el hecho de que todos los humanos han “mutado” de una manera u otra. De Cromañón a Neanderthal y luego a Homo Sapiens, nuestros especie ha evolucionado (o mutado) a través del tiempo. Es muy interesante observar que usando sus poderes, Cyclops no puede ganar, pero al usar su intelecto, la victoria está garantizada.

Estos tres capítulos son dibujados a lápiz por el legendario Neal Adams y entintados por Tom Palmer. El trabajo de Adams es absolutamente exquisito: armónico, dinámico, vibrante, una combinación de los mejores atributos de hombres como Kirby, mezclados con un estilo muy singular. Neal Adams juega con la estructura básica de la página, cambia la disposición habitual de las viñetas. No hay una sola imagen monótona, todo lo que hace el artista está lleno de energía y belleza visual. Las portadas de Adams son icónicas e impresionantes.