Union Jack, de Ben Raab y John Cassaday
Para un escritor novato resulta particularmente difícil entrar a la industria del cómic, pero eso no significa que para los artistas sea más fácil lograrlo. Hace 20 años, cuando John Cassaday abandonó su natal Texas para seguir su alocado sueño de artista, es probable que se preguntara si estaba tomando la decisión correcta. Ese es el tipo de pregunta que nadie puede responder por ti. Y tal vez eso sea una ventaja, porque significa que la gente nunca encontrará el argumento adecuado para desanimarte.
Así que hace dos décadas Cassaday conoció a Mark Waid en una convención de cómics, y el veterano escritor fue sorprendido por la forma en que este aficionado tejano “sabía dibujar el estado de ánimo y la emoción, y no sólo bailarines exóticos en trajes de superhéroes”. Incluso al principio de su carrera, Cassaday podía representar muchísimas emociones en tan sólo una viñeta, creando una atmósfera única, y es por eso que ese cómic dejaba de ser un simple producto de entretenimiento para convertirse en una magnífica obra de arte.
En los últimos años, he estado rastreando los primeros trabajos de Cassaday. Claro, todos sabemos lo brillante que fue en “Planetary” o “Astonishing X-Men”, y cómo ganó varias veces los premios más prestigiosos de la industria (premios Eisner, premios Eagle, etc.), pero yo quería saber de qué manera empezó. Así que por eso elegí “Union Jack”, una miniserie de 3 ejemplares co-escrita por Ben Raab y John Cassaday y, por supuesto, totalmente ilustrada por Cassaday.
En “Tradición” (publicado originalmente en Union Jack # 1, diciembre de 1998), Joey Chapman (el nuevo Union Jack) recuerda a su predecesor (Lord Falsworth) y, al mismo tiempo, descubre una conspiración de vampiros que lo obligará a visitar viejos amigos como Lady Jacqueline Falsworth Crichton (una mujer que combatió en la Segunda Guerra Mundial y que no ha envejecido ni un solo día desde entonces) y su hijo Kenneth Crichton (un hombre frágil que sufre de un caso muy anormal de anemia).
Cassaday, por supuesto, no es ajeno al subgénero vampírico, y su interés por el legado de Drácula lo motivó a ser el artista de I Am Legion (extraordinaria miniserie francesa sobre vampiros en la Segunda Guerra Mundial) y el portadista de “The Complete Dracula” de Dynamite. “Fe” (Union Jack # 2, enero de 1999) y “Destino” (Union Jack # 2, febrero de 1999) son fieles a los conceptos clásicos de Bram Stoker, pero también incluyen muchas leyendas y conjeturas históricas para justificar una premisa ya de por sí atractiva.
Union Jack resultó ser una miniserie muy interesante, sin duda mejor que muchos de los títulos que Marvel publicaba en aquel entonces. Los personajes están bien definidos, las intrigas están bien planteadas y el malévolo Baron Blood es tan temible como antaño. Y el arte es increíble. Naturalmente, a finales de los 90s, Cassaday todavía estaba en el proceso de perfeccionar su estilo artístico, por lo que todavía faltaba una cierta sofisticación visual y su detallismo no era tan admirable como lo es actualmente. Sin embargo, un rápido vistazo a sus páginas es más que suficiente para notar lo inmensamente talentoso que era. Sus imágenes dinámicas, su sentido de la composición, su virtuosismo gráfico, todo ello es evidente; estas páginas son como un diamante en bruto que no necesita ser pulido para cautivar el ojo del espectador. Las portadas de Cassaday son icónicas y enérgicas, convirtiendo con éxito a este personaje casi desconocido en el superhéroe definitivo.
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