The Wicked + The Divine # 6-11, de Kieron Gillen y Jamie McKelvie
Después de la muerte, viene el luto. Y después del asesinato de Lucifer, llega un nuevo día. Pero no para todos. Laura sigue frustrada, ansiosa y melancólica. Para ella, en lugar del diablo, Lucifer era una amiga y una fuente de inspiración, como vimos en The Wicked + The Divine Vol. 1. “Basura humana” (publicado en “The Wicked + The Divine” # 6, diciembre de 2014) comienza un mes después del deceso de Lucifer. Laura descubre que Inanna, tal vez la divinidad más extravagante del panteón, está investigando el asesinato.
Como de costumbre, el arte de Jamie McKelvie es bastante espectacular. Y también es un poco distinto a lo que vimos en el volumen anterior. McKelvie recupera la ingeniosidad y la libertad que hicieron tan memorable su etapa en Young Avengers. “No puedo pensar en ningún otro equipo creativo que utilice todo lo que ofrece el medio para contar una historia mejor que [Gillen y McKelvie]” afirma Peter Swanson, y estoy de acuerdo con él.
En “Conversación incómoda” Kieron Gillen convierte a la típica convención de cómics en una celebración de la divinidad. En lugar de un panteón tenemos un fanteón, en lugar de lectores tenemos adoradores, y en lugar de portadas variantes tenemos mercancía de los dioses, incluyendo franquicias de comida rápida con los nombres de cada una de las deidades (Buffet todo-lo-que-Baal-puede comer, Hamburguesas Inanna and Out, Bap-O-Meat, The Val-Cakery, etc.). Es muy revelador ver que las ceremonias han sido reemplazadas por mero consumismo y los artículos religiosos han sido sustituidos por las buenas ofertas. Si la espiritualidad se puede utilizar como una moneda, entonces pierde todo su significado. Sin embargo, esta situación no parece preocupar a los jóvenes dioses.
Como nota al margen, me gustaría mencionar la guía lúdica de Alison Sampson del Fanteón de Londres; más que un simple mapa, este es un creativo recurso narrativo que nos permite ver la ubicación y disposición del Centro Excell; y al mismo tiempo vemos de reojo el estado mental de Laura. El decimosegundo dios del panteón llega en “Miedo y asco en la eternidad”, un encantador capítulo que finalmente arroja algunas luces sobre el origen de los dioses y, muy especialmente, sobre el papel de Ananké. Sorprendentemente, Baphoment desata sus tendencias homicidas en “No es su historia”.
Por supuesto, la experimentación visual continúa en “La noche de los dioses vivientes”, la audacia de McKelvie aumenta y su enfoque visual es innovador. “Bienvenidos a la fiesta en el fin del mundo”, exclama Dionisio. Laura ha sido invitada por el dios del vino a una celebración juvenil en un lugar en el que todo está permitido. Los límites, entonces, son un tema espinoso. No sólo en términos de romper las leyes o ser tan irresponsable como sólo los jóvenes pueden llegar a ser, sino también en términos de la resistencia física. Para Laura, varias horas de fiesta con los dioses es más de lo que su cuerpo puede aguantar. Y así, en algún momento, ella debe tomar una pausa. Dionisio, que sufre de insomnio crónico, admite que la fiesta ha durado durante dos meses ininterrumpidos. Eso resume bastante bien el imperativo al goce de Jacques Lacan -¡Goza! Goza sin descanso, goza hasta la muerte si es necesario, pero goza.
El imperativo al goce también define el comportamiento de Inanna: “las juergas de Inanna son legendarias. La gente mata por una invitación. Es sexo con el volumen al máximo”. En estas orgías salvajes, el goce es llevado al extremo, hasta que se convierte en el preámbulo doloroso de la muerte. Por último, en “Las cosas nunca iban a salir bien”, Ananké convierte a Laura en la diosa Perséfone, pero en lugar de una bendición esta será una peligrosa maldición. De hecho, debo decir que el final fue completamente inesperado. Y seguramente en el volumen 3 de “WicDiv” habrá aún mayores sorpresas.
[AMAZONPRODUCTS region=”es” asin=”1632153270″]