The New Deadwardians #1, de Dan Abnett y Ian Culbard

Portada de The New Deadwardians 1 de Dan AbnetSin la menor duda, “The New Deadwardians” de Dan Abnett es la mejor de las nuevas colecciones de Vertigo. Esta miniserie ocurre en Londres, en 1901. Como todos sabemos, la era del Rey Eduardo VII duró una década -de 1901 a 1910- y Dan se ha referido claramente a esta época de rígidos sistemas de clase y la consolidación de la industrialización.

La historia empieza con un “ser que no descansa” que irrumpe en la casa del inspector en jefe George Suttle. Los “seres que no descansan” son muertos vivientes, criaturas sin mente y sin vida que se alimentan de los vivos. Los zombis hace mucho que han invadido Inglaterra, y para evitar posibles riesgos de contaminación, la clase alta ha tomado una decisión bastante cuestionable. Todos los hombres y mujeres de fortuna han aceptado convertirse en vampiros voluntariamente. Todavía quedan seres humanos normales en Londres, y están literalmente atrapados entre las interminables hordas de zombis devoradores de carne y la insaciable sed de sangre de la nobleza.

Usualmente no me gusta combinar un subgénero con otro, pero Dan ha creado un fascinante primer capítulo que ya capturó mi atención. Los muertos vivientes, en términos freudianos, podrían ser el “regreso de lo reprimido” -aquellos aspectos sublimados de nosotros mismos que deben ocultarse del escrutinio público. Mantengamos en mente, no obstante, que los zombis también pueden ser una alegoría del lado desagradable de la sociedad, es decir, los mendigos, los enfermos o cualquier otro grupo marginal. El sistema de clases británico era bastante rígido en el pasado, así que sería perfectamente lógico que lo muertos vivientes ocupen la posición de los marginados pero también de los plebeyos.

Página de The New Deadwardians 1 de Dan Abnet - 01No obstante, los herederos de Drácula no son tan liberales como uno podría pensar. De acuerdo a Slavoj Žižek, los vampiros podría ejemplificar aquello que Lacan llamaba objetos éxtimos: ellos son manifiestamente ex-ternos, están ‘allí afuera’ (no son presencias fantasmales ni restos inmateriales de la maldad). Pero a pesar de su monstruosidad, condensan todo lo que es íntimo dentro de nosotros mismos. Para Žižek, los vampiros constituyen uno de los mitemas culturales privilegiados en los que occidente ha destilado lo reprimido, permitiendo su regreso en forma metafórica.

Cuando el “ser que no descansa” entra en la casa de Suttle, él (o eso) devora a la ama de llaves. De hecho, aunque el inspector en jefe es un vampiro, todos sus sirvientes siguen siendo humanos. Cuando el “ser que no descansa” destripa a la pobre mujer, la reacción de Suttle es fría, incluso inhumana. Él no decide cuál debe ser su reacción frente a un espectáculo tan horrendo. El origen de su duda es bastante comprensible, después de todo, como una criatura de la noche, Suttle no puede sentir asco al ver sangre y tripas, de allí su distanciamiento emocional…

Página de The New Deadwardians 1 de Dan Abnet - 02Citaré a Žižek nuevamente “Los textos de cultura popular se refieren a las insólitas criaturas que no están ni vivas ni muertas (vampiros, etc.) como los ‘no-muertos’: aunque no están muertos, claramente no están vivos como nosotros, mortales ordinarios… En breve, la diferencia entre el vampiro y la persona viva es la diferencia entre el juicio indefinido y el juicio negativo: una persona muerta pierde los predicados de un ser vivo, sin embargo él o ella siguen siendo la misma persona; un no-muerto, por el contrario, conserva todos los predicados de un ser vivo sin serlo…”. Esto es lo que le sucede a Suttle la mayoría de las veces, se siente abrumado por el peso de un futuro sin fin, varado en un estado mental que le impide recordar cómo eran las cosas, hace décadas, antes de convertirse en un vampiro.

Pero, ¿qué sucede cuando un noble es asesinado? Suttle era el último detective de homicidios en una ciudad habitada por los no-muertos. Ahora, repentinamente, el cuerpo mutilado de un vampiro es encontrado frente al parlamento. Para que un no-muerto muera, una estaca debe atravesarle el corazón, o puede haber decapitación o incineración (producida por la luz solar). Sin embargo, nada de esto ha ocurrido en este caso, como afirma preocupadamente el inspector en jefe “de algún modo, alguien se las ha ingeniado para asesinar aquello que no estaba vivo”.

Portada de The New Deadwardians 1 de Dan AbnetThe New Deadwardians #1
Guión: Dan Abnett
Dibujo: Ian Culbard
Tinta: Ian Culbard
DC Comics. 32 páginas
Precio: 2.99 dólares
A la venta en EEUU desde el 28 de Marzo de 2012