Sooner or Later, de Peter Milligan y Brendan McCarthy

Página Sooner or later - 01Si alguna vez han estado desempleados, entonces podrán identificarse con las desventuras de Micky ‘Swifty’, un adolescente sin trabajo. Publicado originalmente en “2000 AD” # 468 a 499, en 1986, “Sooner or Later” sigue siendo tan vigente hoy como lo fue hace 30 años. Porque el desempleo sigue existiendo y todavía es un problema grave (un vistazo a España sería suficiente para demostrar la validez de esta premisa). Y si es cierto que el trabajo dignifica al hombre, entonces sería fácil entender lo enervante y humillante que puede ser para cualquier hombre o mujer, independientemente de su edad o país de origen, estar sin trabajo durante tantos meses.

Mark Kardwell explicó adecuadamente la génesis de esta serie en el prólogo de The Best of Milligan & McCarthy: “¿Recordáis el Reino Unido en la década de 1980? Los tiempos eran sombríos: Thatcher desmantelaba el patrimonio industrial del país […] En 1986, ‘Sooner or Later’ mostraría la empatía del equipo Milligan / McCarthy hacia los desvalidos, con el Swiftiano viaje de Micky a través de un paisaje muy familiar para cualquiera que tuviese la mala suerte de ser joven y desempleado, y de estar viviendo en la Gran Bretaña de Thatcher”.

Swifty, el protagonista, ni siquiera se da cuenta de lo mal que están las cosas. Mientras camina por las empobrecidas calles de Camden, no presta atención a su entorno: granujas de medio pelo roban neumáticos de los coches, los punks callejeros se emborrachan, los skinheads atacan a la gente, las putas satisfacen manualmente a sus clientes justo al lado del centro de trabajo y así sucesivamente. No es una simple coincidencia que Alan Moore, Neil Gaiman, Grant Morrison y Peter Milligan, entre muchos otros creadores británicos, estuviesen en contra de Margaret Thatcher. En lugar de reactivar la economía, la Dama de Hierro parecía decidida a arruinar al Reino Unido.

Página Sooner or later - 02Swifty y Clinton, su mejor amigo, hablan de sus perspectivas laborales con su fuerte acento cockney: “Se busca idiotas que quieran desperdiciar toda su vida trabajando en la fábrica local para ganar una miseria. Se dará ventaja a los más desesperados”, dicen. Pero ellos están verdaderamente desesperados. Estos muchachos viven en un perpetuo estado de frustración. De hecho, Swifty ni siquiera puede conseguir una cita, e incluso si lo hiciera, igual necesitaría algunas monedas. Un negocio propio tampoco es una posibilidad realista, ya que haría falta dinero que ninguno de ellos tiene. Es como un círculo vicioso: no hay trabajo, no hay vida sexual, no hay dinero, no hay sueños.

Y de repente, las cosas cambian: Swifty es transportado hacia el futuro y obligado a entretener a un acaudalado sujeto fascinado por los chiquillos del siglo XX. El enérgico adolescente se rebela y finalmente escapa. Pero no puede regresar a casa, ya que los viajes en el tiempo son muy caros. “Necesito un trabajo para conseguir el dinero para volver al Camden de 1988”, afirma. Irónicamente, pronto descubre que en el futuro el desempleo abunda. El desempleo y el hambre. A consecuencia de ello, él termina tomando por asalto las Montañas de la comida con un grupo de parias. Seguramente su única buena experiencia es bailar con Sharon, una hermosa chica que no parece preocuparse por su falta de dinero, y que lo invita a una fiesta increíble en el siglo XXX.

Sin embargo, después de su encuentro con el Encuentra-Trabajos, que amenaza con entrevistarlo hasta la muerte, a Swifty le ofrecen una oportunidad única. No se trata de cualquier tipo de empleo, es El Empleo: un puesto en el consejo de las autoridades que controlan toda la nación. Este giro argumental permite que Milligan exprese su descontento con las figuras políticas en general.

¿La política se ha convertido en un sinónimo de mentira, traición y corrupción? Aquí, el poder político es una farsa. Un caníbal se alía a Swifty, después de todo, para este individuo, comer y matar a otros hombres es muy similar a lo que hacen los políticos comunes y corrientes. Y así comienza la campaña. Hay algunos momentos hilarantes, como la parodia del discurso presidencial. Por supuesto, Milligan se burla de los debates políticos típicos y ridiculiza a los así llamados expertos en ciencias políticas.

Página Sooner or later - 03Contra todo pronóstico, Swifty gana las elecciones. “¡Ni una sola persona en todo el país tiene fe en tus habilidades!”, le anuncian. Pero a él no le importa un carajo, porque eso es lo mismo que le habían dicho en su época. Y ahora que está en una posición de poder, está dispuesto a demostrar que es digno de El Empleo. Así que decide visitar al consejo. “La reunión del consejo ha durado 500 años y todavía no termina”, alguien le explica. Nadie puede entrar en el edificio, pero usando toda su sabiduría callejera, el adolescente finalmente hace una entrada triunfal, sólo para descubrir que las máximas autoridades de la nación no son más que esqueletos polvorientos sentados en sillas oxidadas. Y aquello que los secretarios y asistentes consideraban órdenes indescifrables enviadas por el consejo en código Morse era, de hecho, el ruido producido por las máquinas del edificio.

Como de costumbre, los diseños extravagantes de Brendan McCarthy y su enfoque psicodélico enriquecen el guión de Milligan. McCarthy toma los conceptos más inverosímiles y los escenarios más extraños y hace que funcionen perfectamente. El futuro que vemos aquí es muy surrealista, lleno de color y de imágenes extravagantes, por esa razón Brendan McCarthy y Tony Riot eran el equipo artístico ideal para este proyecto.

En las páginas finales, Swifty es regresado al siglo XX, y descubre que sólo se ha ausentado por 2 días. Ahora él debe repetir su vieja rutina. Ir al centro de trabajo, tener horribles entrevistas laborales y ser rechazado una y otra vez. Pero él le cuenta a Clinton todo lo que hizo y vio en el futuro, y ahora sólo puede pensar en esa hermosa chica que lo invitó a la fiesta. Su amigo le pregunta “¿Cuándo vas a ir al futuro?”, Y Swifty responde lleno de esperanzas y con una gran sonrisa: “Oh, tarde o temprano”. Y sólo el lector sabe que el ingenuo chico sólo podrá llegar al futuro un día a la vez, dolorosa y tediosamente, y para empeorar las cosas, todavía estará buscando trabajo, sin éxito alguno.