Planetary 9 y 10, de Warren Ellis y John Cassaday

Detalle portada Planetary (Norma Editorial)

Portada Planetary 9Hasta ahora los Arqueólogos de lo Imposible han estado hurgando en la historia secreta del mundo. Pero ahora es el momento de empezar a hurgar en su propia casa. Porque durante años, el equipo de Planetary ha estado ocultando información. Y en “Planeta ficción” (publicado en Planetary # 9, abril del 2000), un relato dedicado a Grant Morrison, el misterioso pasado de Planetary finalmente es revelado.

Mucho antes que Elijah Snow se uniera al equipo “Por todo el mundo”, Jakita Wagner y Drummer tenían otro aliado llamado Ambrose Chase. Juntos, ellos se embarcan en una misión considerablemente peligrosa: interceptar un bajel trans-dimensional que ha chocado en Norfolk, Inglaterra.

Esta nave exploradora no viajaba en el tiempo, ni a una realidad alternativa, ni a una galaxia lejana. Viajó a un mundo de ficción. “Estamos en una extraña relación con nuestra ficción, como ves. A veces tememos que esta se apodere de nosotros, a veces rogamos para que así sea… a veces queremos ver qué es lo que hay dentro de ella. Ese fue el perfil inicial del proyecto. Crear un mundo ficticio, y luego aterrizar en él”, explica Horne, el director del proyecto. El viaje fue un éxito, tres ficcionautas aterrizaron en este planeta de ficción, pero la nave fue invadida por una criatura siniestra, una entidad ficticia que repentinamente accede al mundo real.

Las consecuencias, desde luego, son impredecibles. Y eso es lo que Ambrose Chase, Jakita Wagner y Drummer están a punto de descubrir. Durante una feroz batalla contra la milicia privada de Horne, comprobamos que no sobrevivió ninguno de los exploradores. El asesino, una entidad ficticia, es ahora tan real como cualquiera, y está suelto en la Tierra.

Para Warren Ellis, “Planeta ficción” es la oportunidad ideal para recordarnos los experimentos ilícitos de Ciudad Cero (como pudimos ver en “El día que la Tierra se volvió más lenta” ), mientras subraya la influencia de Randall Dowling y los malignos Cuatro (como vimos en “Es un mundo extraño”). No obstante, el escritor británico va más lejos. Cuando Horne asesina al aparentemente invencible Ambrose Chase, lo hace neutralizando sus poderes con una simple verdad axiomática: el sujeto negro siempre muere primero en las películas. Así que al final no importa lo poderoso que sea Ambrose, fiel a las reglas de ficción estaba condenado a morir desde el momento que llegó a Norfolk.

La ficción, por supuesto, también se convierte en metaficción, cuando el mismo Horne es la víctima de una ironía aún más refinada. Como el villano, Horne es el único que sabe la trama. Nadie más tiene información sobre el planeta de ficción, o sobre cómo identificar a la criatura que ha entrado en nuestra realidad. Y como hacen todos los villanos, Horne está listo para hacer un discurso, para compartir su plan maestro y presumir de su gloriosa malevolencia. Pero Jakita Wagner no lo permitirá. Ella decide romperle el cuello. Como explica Jakita, Planetary es un grupo de arqueólogos que siempre seguirá excavando, y tarde o temprano la verdad saldrá a la luz, aunque tome años.

El artista John Cassaday enfatiza con firmeza los aspectos violentos de esta historia. Con sus lápices y tintas, Cassaday desparrama sangre y vísceras frenéticamente. Algunas de las secuencias de acción son un verdadero ejemplo de creatividad visual. Con composiciones impresionantes y diseños asombrosos, una vez más Cassaday gratifica a los lectores con el mejor arte posible.

Planetary 10

Portada Planetary 10Tal vez una estrella fugaz puede invitarnos a pedir un deseo, pero el mismo rayo de luz que cruza el cielo nocturno también puede ser un presagio. En “Magia y pérdida” (publicado en Planetary # 10, junio de 2000), Warren Ellis comparte con nosotros 3 estrellas fugaces en 3 momentos diferentes. De hecho, este es un admirable recurso narrativo que nos permite apreciar el contraste. Podemos pedir un deseo o interpretar la señal estelar como un portento ominoso.

“Magia y pérdida” es una de mis historias favoritas de Planetary precisamente por esa dicotomía. Cuando pedimos un deseo nuestra esperanza es que se haga realidad, ese es el optimismo que guía las acciones de una sociedad tecnológicamente avanzada de alienígenas sumamente racionales: “aún lanzan naves llenas de arte e himnos, en dirección a civilizaciones imaginadas en distantes sistemas solares”. Ellos saben que están condenados, pero antes de la destrucción de su planeta intentan compartir su cultura. En este escenario, una pareja desesperada envía a su hijo recién nacido a la Tierra.

En otro lugar, una asamblea de guardianes intergalácticos, protectores del cosmos, le dan la bienvenida a un nuevo miembro: “uno que sirve a la justicia, uno que no trabaja según las leyes y las estructuras autoritarias — sino para mejorar los mundos”. Destinado a ser la luz en la noche más oscura, este nuevo protector es ahora parte de lo que me gustaría denominar como los Lámparas Azules. Evidentemente, si en el primer caso tenemos el origen de Superman y la destrucción de Kriptón, ahora tenemos a los Linternas Verdes y la confirmación de sus honorables metas.

Al mismo tiempo, en una isla imposible que no está afectada ni por el tiempo ni por la marea, una reina y su hija conversan sobre el mundo de los hombres. Por miles de años, esta nación de mujeres ha progresado tanto en ciencia y en arte, que ahora están listas para enviar a una emisaria al continente Americano para “llevar noticias de una mejor forma de vivir”. La embajadora elegida es la hija de la reina, una maravillosa mujer que usa dos brazaletes que pueden transformarse en cualquier cosa que ella pueda imaginar. Esta vez Ellis hace una clara referencia a Wonder Woman.

No obstante, cuando los tres viajeros llegan a nuestro mundo, son interceptados por los Cuatro, los enemigos secretos de la humanidad (como vimos en “Es un mundo extraño”). Un infante alienígena envuelto en una capa roja con un símbolo muy familiar tal vez espera ser adoptado por una amable pareja (del mismo modo que Kal-El fue adoptado por los Kent), sin embargo cae en las manos de William Leather, que usa sus poderes para incinerar al bebé; aunque se queda con la indestructible copa roja como recuerdo. La embajadora de la reina es asesinada por Kim Süskind, que se apodera de los brazaletes dorados. Y finalmente, el protector del cosmos es torturado y asesinado por Randall Dowling. Después de una autopsia, Dowling es capaz de extraer la lámpara de poder del cadáver extraterrestre.

Elijah Snow y un equipo de arqueólogos encuentran los 3 objetos en una instalación secreta de los Cuatro. Al mirar la lámpara, los brazaletes y la capa, él experimenta dolor y tristeza. Estas 3 estrellas fugaces eran un símbolo de esperanza, como siempre lo han sido en los clásicos títulos de DC Comics. Sin embargo, la mayoría de las veces, los deseos no se hacen realidad. En vez de un Superman, tenemos un esqueleto quemado y una capa roja que nos hace preguntar qué es lo que podría haber pasado. En vez de un Green Lantern, tenemos una lámpara azul apagada que nos hace pensar en posibilidades no concretadas. En vez de una Wonder Woman, tenemos brazaletes que no pueden ser usados por nadie, como reliquias son tan inservibles como nuestros más amados símbolos de la paz.

Esta extraordinaria historia adquiere un nivel más profundo de solemnidad y tristeza cuando John Cassaday ilustra el mundo moribundo y las escalofriantes escenas de la autopsia. Simultáneamente, el artista desata su imaginación al retratar a los Lámparas Azules (en una fantástica página con cientos de personajes, cada uno con una fisionomía particular). La secuencia de Isla Paraíso tiene las más exquisitas reinvenciones arquitectónicas que uno podría imaginar. Un escritor muy talentoso y un artista notable hacen de este un inolvidable capítulo, que rinde homenaje al encantamiento de la magia y a la tristeza de la pérdida.

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