Planetary 17, de Warren Ellis y John Cassaday
En las obras literarias escritas hace un siglo, había un único punto de vista predominante: la perspectiva del hombre blanco. Años antes de que pudieran llevarse a cabo estudios antropológicos adecuados, una élite de hombres blancos observaba con curiosidad las costumbres y ritos de innumerables tribus africanas. Durante mucho tiempo, en el imaginario colectivo de la civilización occidental, África seguía siendo un continente oscuro, visto como un lugar primitivo y misterioso.
Los cómics, al igual que las novelas, también recorrieron un camino similar. Y en “Opak-Re” (publicado en Planetary # 17, diciembre de 2003), Warren Ellis combina la tradición literaria y fílmica con el universo de los cómics, en una cautivadora historia que tiene lugar en los años 30. Elijah Snow está buscando la legendaria ciudad perdida de Opak-Re. Snow, esta vez, nos recuerda a un aventurero como Indiana Jones, algo que es evidente desde la primera página.
Cuando Snow finalmente encuentra Opak-Re, también se enfrenta a una amenaza insólita: una serpiente gigantesca que parece venir de la prehistoria, ornamentada con discos de oro y un collar. Un espectáculo imposible pero, al fin y al cabo, Snow es un arqueólogo de lo imposible. Inesperadamente, es salvado por un hombre semidesnudo que se cuelga de las lianas mientras grita a todo pulmón. Este hombre, criado en la selva y luego educado en su país de origen, responde al nombre de Lord Blackstock. Claramente, Ellis rinde homenaje a la novela “Tarzán” de Edgar Rice Burroughs y la adaptación cinematográfica “Greystock: la leyenda de Tarzán”.
Pero ¿qué es la ciudad de Opak-Re y cómo ha permanecido oculta durante siglos? Opak-Re es una ciudad de oro equipada con la tecnología más avanzada que uno podría imaginar. Esta es una sociedad pacífica dedicada a la cultura, al conocimiento y al aprendizaje. Como explica Lord Blackstock “Hace mil años, Opak-Re estaba mil años adelantada al resto del mundo, construida con principios científicos que nadie había siquiera imaginado”. Así, en muchos sentidos, esta es la versión de Ellis de Wakanda, la tierra de la Pantera Negra, la nación más avanzada tecnológicamente del universo Marvel. Aunque Opak-Re no quiere compartir su ciencia y sus conocimientos con el resto del mundo. Al contrario, desean alejarse del resto de la humanidad.
El consejo de la ciudad autoriza la presencia de Snow, tal como hicieron con Lord Blackstock, pero con algunas condiciones. A ninguno de ellos se les permite reproducirse, o casarse con las mujeres de Opak-Re. Sin embargo, como sucede tan a menudo, una vez que se prohíbe el objeto del deseo, se hace aún más deseable. Snow se enamora de una mujer carismática; sin embargo, ella termina teniendo un amorío con Lord Blackstock. Aunque el caballero inglés había insinuado que sus experiencias sexuales habían sido con chicos en vez de chicas, embaraza a la mujer y se va a su amada Inglaterra, abandonando así a una bebé que no podrá vivir en una ciudad que está transformando su propia arquitectura para aislarse del mundo. Snow rescata a la bebé, dándola en adopción a los Wagner, una familia alemana. Ellos la nombran Jakita. Años más tarde, ella se convertirá en la principal aliada de Snow.
Números como este explican por qué mi admiración por John Cassaday sólo puede aumentar con el tiempo. Además de la hermosa ilustración de la selva, Cassaday también ofrece al lector los detalles necesarios para apreciar mejor lo que sucede en la secuencia inicial, es decir, el sol abrasador y el sudoroso Elijah Snow que está tratando desesperadamente de encontrar la ciudad. La página de los créditos es también un ejemplo asombroso de composición, hay dos líneas diagonales invisibles que dividen esta impresionante imagen en cuatro: a los lados izquierdo y derecho no hay otra cosa que el frondoso bosque; en la parte superior de la página tenemos la enorme estructura de oro de Opak-Re, con sus impresionantes figuras geométricas; y en la parte inferior de la página, tenemos la pequeña embarcación de Snow. El contraste entre la inmensidad de la jungla y las dimensiones colosales de la ciudad se ve reforzado por la presencia de la embarcación. El artista retrata de manera sutil los ademanes majestuosos de Lord Blackstock. La portada de Cassaday es también una maravillosa y sorprendente imagen, que nos recuerda las novelas pulp de antaño.
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