Neverwhere, de Neil Gaiman
Richard Mayhew es un tipo corriente y moliente. Trabaja en una oficina, vive en un pisucho y lleva una vida tan corriente como él en un Londres contemporáneo. Lo único que se sale un poco de lo normal, quizá, es una novia ambiciosa y demasiado guapa para él, tan dominante que bien podría considerarse a sí mismo como un calzonazos. Entonces, una noche extraña tras un mal día, encuentra por la calle a una chica malherida a la que, un poco por pena, otro por impulso, decidirá ayudar. Este encuentro con Puerta, pues tan curioso nombre tiene, sacudirá su existencia normal, llevándolo a asomarse a la boca del lobo, un mundo paralelo al que conoce, pero mágico, bizarro, sorprendente y muy, muy peligroso. Vivía en Londres, ahora intentará sobrevivir a Londres de Abajo. Bienvenidos a Neverwhere, de Neil Gaiman.
Neverwhere es la primera novela en solitario de Neil Gaiman, tras la colaboración con Sir Terry Pratchett para escribir la divertidísima Buenos Presagios. Así podríamos decir que es su opera prima, pero si realizáramos tal afirmación, tendríamos que añadirle un asterisco del tamaño del Museo Británico. En el año en que apareció, 1996, Neil Gaiman ponía el punto final a los guiones para la serie regular de su gran obra maestra para el noveno arte: The Sandman, tras ocho años ininterrumpidos de genialidad. Así que a pesar de cambiar viñetas por novelas, era un más que bregado contador de historias, muchas de ellas ambiciosas, largas y de mayor alcance que la mayor parte de los libros que he leído.
De esta forma, aunque se note al autor primerizo en algunos aspectos, como una búsqueda demasiado dilatada del manejo del ritmo de la narración, un ligero exceso de bombardeo de ideas hacia el lector, o cierta previsibilidad en el curso de los acontecimientos, podemos perdonar estos defectillos tan solo echando un vistazo a las virtudes de Neverwhere. La narración puede que sea imperfecta, pero es entusiasta. Cierto es que hay muchas ideas, pero son brillantes, genuinamente “gaimanescas”, y aunque veamos venir algunos hechos (tampoco demasiados), esto nos da igual, porque la historia es sobradamente interesante, despierta avidez lectora e iremos conociéndola con gusto.
Respecto al microcosmos elaborado por Gaiman para Neverwhere, he de subrayar que es el ideal para los lectores que vengan del cómic: en muchos aspectos recuerdan al mismo. Gaiman siempre ha sido del gusto de crear sus propios mundos en los que ubicar sus historias, incluso mundos dentro de mundos, con mitologías propias. Por ejemplo, las Tierra del Sueño de The Sandman a la que viajan todos los soñadores, y dentro de la misma algunos subconjuntos más peculiares (el idílico Campo del Violín o el castillo del propio Morfeo). En Neverwhere realizará un proceso similar, creando el Londres de Abajo, al que caen los que se escurren entre las rendijas del de arriba, y dentro del mismo lugares como la mansión de Puerta, el Mercado Flotante o la estancia de Islington, que más que escenarios, son lugares con personalidad propia. De igual manera, para The Sandman creó personajes especiales con rasgos comunes como los Eternos (Sueño, Muerte, Deseo…), y aquí también, como la familia de Puerta (Pórtico, Arco, Puerta…). De todas las novelas que he leído de Gaiman es en Neverwhere donde encuentro más conexiones con The Sandman, y no solo por los paralelismos, sino por el tono narrativo, como no podía ser de otra forma ya que por aquel entonces escribía la novela y los guiones al mismo tiempo.
En cuanto a los personajes, Richard Mayhew es el protagonista con cuyo punto de vista es fácil identificarse, pues va descubriendo Londres de Abajo junto al lector. Además, el resto resultarán como poco peculiares. Puerta será el eje de la historia. A su lado cabe destacar al Marqués de Carabas, amoral y carismático y a Cazadora, a quien más vale tener de tu parte. No obstante, las mejores líneas de diálogo están reservadas para los villanos, siempre sádicos asesinos, muchas veces divertidos: el escueto Señor. Vandemar y el locuaz Señor Croup. Entre medias, toda una gama de personajes de lo más variopintos con una singular intrahistoria.
Así tenemos buena historia y buenos personajes en un escenario original. Una buena novela para cualquier aficionado a la fantasía urbana (e infraurbana) e idónea para los seguidores de The Sandman y/o de Gaiman, o sencillamente para quienes busquen algo interesante y original que leer.
Por cierto, cabe mencionar que de Neverwhere se han realizado varias adaptaciones: televisiva (miniserie de 6 capítulos), al cómic (guionizado por Mike Carey), y desde este mes dramatización radiofónica (con actores como James McAvoy o Bennedict Cumberbatch a las voces).
Ahora, unos extractos de la novela:
Los acontecimientos eran unos cobardes: no sucedían de uno en uno, sino que llegaban en manadas y se abalanzaban sobre él todos a la vez.
Era mucho más fácil no creer en algo cuando no te estaba mirando directamente a los ojos ni diciendo tu nombre.
Hay bolsitas de tiempo antiguo en Londres, donde las cosas y los lugares siguen igual, como burbujas en ámbar -explicó-. Hay mucho tiempo en Londres y tiene que ir a algún sitio: no se gasta todo enseguida.
Los momentos había que vivirlos; esperar era un pecado tanto contra el tiempo que aún estaba por venir como por los momentos que uno ignoraba en el presente.
Sucede lo mismo con las ciudades que con la gente, señor Vandemar -dijo el Sr. Croup, remilgado-. El estado de sus intestinos es de suma importancia.