Mitos (X-Men), de Paul Jenkins y Paolo Rivera
Hace más de medio siglo, Stan Lee y Jack Kirby crearon a los mutantes más famosos del mundo: los X-Men. Los primeros números fueron aventuras divertidas y de ritmo acelerado; eso es lo que los lectores esperaban de este legendario equipo creativo. Stan Lee ha explicado en algunas entrevistas que si los X-Men fueron mutantes en primer lugar esto no obedecía necesariamente a una motivación dramática. Cansado de inventar explicaciones pseudocientíficas (una araña radiactiva, una bomba gamma, rayos cósmicos, fórmulas químicas secretas, etc.), Stan Lee decidió que si todos los X-Men eran mutantes, entonces no tendría que explicar sus poderes, ya que habían nacido de esa manera, y cada uno de ellos poseía una habilidad X-tra que los convertía en X-Men.
Sin embargo, un par de años más tarde este nuevo título de Marvel comenzó a evolucionar, o más bien a mutar en maneras que quizás Lee y Kirby no habían imaginado en 1963. Si al principio ser un mutante era simplemente una manera de explicar por qué ciertos individuos tenían superpoderes, para 1965 ser un mutante desencadenó una amplia gama de posibilidades dramáticas: la intolerancia, el prejuicio, el fanatismo, y así sucesivamente. Cuando Lee y Kirby completaron la saga de los Centinelas, sentaron las bases del futuro tono de la serie: en lugar de inconsecuentes y muy animadas aventuras, los X-Men se convertirían en una compleja metáfora de discriminación y minorías oprimidas.
En “Mythos: X-Men” (originalmente publicado en Mythos # 1, marzo de 2006), el escritor británico Paul Jenkins reinterpreta el clásico primer número de los X-Men, esta vez dando especial atención a la discriminación entre homo sapiens (gente común) y homo superior (mutantes). La secuencia inicial esta vez gira en torno a Magneto, que está a punto de ejecutar a “tres jóvenes estadounidenses de sangre caliente” que han cometido un crimen de odio. Ellos han asesinado a un mutante de 12 años de edad. Y eso es algo que el Maestro del Magnetismo no puede perdonar. En un intenso soliloquio, Magneto explica que los crímenes de odio continúan siendo frecuentes en los Estados Unidos: en los 50s, los supremacistas blancos asesinaban a los negros, en décadas posteriores las víctimas eran los gays.
Uno de mis momentos favoritos es la conversación entre el Profesor X y Magneto. Ambos quieren asegurar el bienestar de la población mutante, pero tienen enfoques tan diferentes que se han convertido en enemigos. La conversación entre Charles Xavier y el Maestro del Magnetismo es una representación exacta de aquello que hace que estos personajes sean tan esenciales para el Universo Marvel, y Jenkins se luce al señalar las diferencias políticas y filosóficas de estos dos líderes.
“Mythos” fue pintado enteramente por Paolo Rivera en un estilo que mezcla con fluidez el realismo y el expresionismo. En la viñeta que muestra a los X-Men por primera vez, podemos ver claramente que cada rostro ha sido inspirado por un modelo de la vida real, y sin embargo la imagen conserva una cualidad especial, una cierta libertad creativa y mágica que convierten a esta página en un logro artístico que nunca está restringido por el realismo estricto o el expresionismo puro. Cada página ilustrada por Rivera es deliciosa, y uno no puede evitar admirar por varios minutos sus elegantes pinceladas y su vívida y rica paleta de colores.