Mitos, de Dick Matena
Al pensar en el cómic europeo, se me vienen a la mente autores de España, Francia o Italia. A simple vista, pareciera que la producción de cómics se limitara a este selecto trío de naciones. Aunque, obviamente, el noveno arte ha prosperado a lo largo y ancho de Europa, y si bien es cierto que algunos países han tenido mayor preeminencia, eso no es excusa para olvidar a aquellos que, en un primer recuento, pasan desapercibidos.
Holanda, por ejemplo, es la cuna de Dick Matena, autor conocido por su “ingenio personal terriblemente primitivo, agresivo y burlón que raya, a veces, en la psicodelia”. Estas características dan forma a “Mitos”, colección de relatos auto-conclusivos inspirados en ídolos y estrellas que, hasta el día de hoy, forman parte de nuestro imaginario colectivo.
El enfoque transgresor de Matena no pretende reconstruir hechos históricos, sino más bien reinventar a estas famosas figuras y trasplantarlas a escenarios brumosos, surrealistas y de evidente corte onírico. Así, “Una vida en un día” describe cómo un muchacho es asediado por un arlequín asesino; para poder huir él busca refugio en un grupo de música. El tiempo, como en un sueño, transcurre de manera extraña, y el entorno y la apariencia de los personajes fluctúa de una viñeta otra. Este recurso le permite al artista establecer un paralelo entra la vida de John Lennon y las adversidades a las que se enfrenta el protagonista de esta historia. Sin embargo, al final del día, este doppelgänger de Lennon es asesinado a balazos por el arlequín de las primeras viñetas.
En el “Dispensario de Saint James” priman la condición andrógina y la confusión sexual, elementos que, por lo demás, son constantes en la obra de Matena. El protagonista es un chico que, al igual que los castrati del siglo XVIII, es sometido a una cirugía que lo priva de su virilidad. Confundido sobre su sexualidad, acude a un doctor clandestino. Este cirujano lo droga, lo opera y lo convierte en una chica, más concretamente, en una réplica exacta de Marilyn Monroe. La intención del matasanos es prostituirlo(a) y, de hecho, apenas termina la operación, un cliente se abalanza sobre esta nueva Marilyn Monroe para violarla.
“Carne o la vida secreta de Alfred H” gira en torno a una extraña versión de Alfred Hitchcock. El cineasta, en esta historia, es también un consumado chef que descuartiza (y cocina) a las actrices que trabajan con él. Matena rinde homenaje al maestro del cine de terror, incluyendo también algunos elementos en clave de humor que equilibran el innegable suspenso.
“Rebelde con causa”, como el mismo título anuncia, hace referencia al gran símbolo juvenil de Hollywood: James Dean. La premisa central es que, en un mundo cruel y corrupto, un chico bueno e ingenuo será siempre una víctima. Cansado de ser maltratado, el joven protagonista decide que si se comporta como un chico malo, entonces por fin podrá salir victorioso. Mientras que James Dean acaparó el interés de los amantes del chisme a causa de sus encuentros íntimos tanto con hombres como con mujeres, el protagonista de este relato también siente un enorme interés por los jóvenes de su mismo sexo. Por eso decide violar al primer chico que encuentra en la calle, pero luego de la consumación del acto se enamora de él. En un inesperado giro argumental, Matena revela que el muchacho era en realidad una muchacha disfrazada; sorprendido, el protagonista reflexiona y concluye que también podría amar a una chica, pero ella lo abofetea, increpándolo por ser un degenerado que sólo busca la unión carnal y tradicional entre un macho y una hembra.
Dick Matena elabora guiones audaces, cargados de una fina ironía y de un astuto juego metaficcional. Asimismo, el trazo limpio y preciso del holandés, aunado a su capacidad para representar a seres de carne y hueso en escenarios delirantes, dan versatilidad a un estilo en el que se aquilatan las influencias de los grandes maestros europeos y se afianzan las propuestas transgresoras de este ingenioso creador.
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