Masquerouge, de Patrick Cothias y André Juillard
Hay veces que la lógica se nos escapa. Cuando se publicaron las listas de novedades de las distintas editoriales para el Salón de BCN del 2009, hubo una iniciativa bloguera en la que cada uno seleccionaba cinco obras que consideraba de compra imprescindible entre el gran maremagnum de novedades que aparecieron. En muchas de esas selecciones aparecía la obra que nos ocupa, pero en el momento de escribiros éstas líneas no encontramos menciones o reseñas por ninguna web o blog. O al menos eso creo, si es que he hecho bien la búsqueda con el glugle.
Y si tenemos en cuenta lo encumbrada y bien considerada que está la serie de Las 7 vidas del gavilán entre los astiberros, esa lógica que se nos escapa debería de dictar que este tomo fuese un éxito de ventas y estuviese en boca de todos ¿no?. En cambio, no ha sido así. ¿Por qué? La verdad es que desconozco la respuesta, pero como la introducción ya se nos está estirando demasiado, mejor vayamos al grano.
Corría el año 1978 cuando Patrick Cothias y André Juillard publicaban la primera aventura de Masquerouge. Diez páginas en la mítica revista PIF fue lo que les dieron, pero pronto se pudo ver que las aventuras de tal justiciero no podían quedarse reducidas únicamente a ese formato. Después de cuatro historias cortas, las siguientes ya se planificaron pensando en el posterior recopilatorio en formato álbum.
Masquerouge nos cuenta la historia de un justiciero, un defensor de los más débiles, a quién los crueles nobles creían haber muerto. Pero no es así, pues Masquerouge vuelve de la tumba, junto con su fiel gavilán y su vestido de cuero rojo para luchar por la gente que más lo necesita. ¿Se trata de la misma persona? ¿Ha cambiado la personalidad de quién se esconde bajo la capucha? ¿Eh?
Recopilando los tres álbumes dibujados por Juillard, el de las cuatro historias cortas y el primer par de aventuras, el tomo se me ha hecho corto y me ha dejado con ganas de más. Por si alguien desconoce el dato, la serie de Masquerouge llegó a alcanzar la cifra de nueve entregas, siendo las seis restantes ilustradas por Marco Venanzi. La lógica a la que nos acogemos en esta reseña dice que deberían aparecer tarde o temprano, pero eso sólo lo sabe Norma y la muchacha que se nos aparece vestida de azul cuando vamos a poner una lavadora con una lejía que no es de su marca. Hombre, y ya puestos a pedir podrían publicarse el resto de álbumes que transcurren en éste particular universo del gavilán, pero en total la cifra se eleva a cincuenta y cinco, y llevamos de momento en castellano catorce. Pero que por pedir que no quede…
Un servidor tiene una pequeña debilidad por Juillard, y por ello la compra era obligada. Cierto es que aquí se nota que aún no estaba total y completamente suelto en sus ilustraciones, pero pensad que los tomos recopilados tienen casi treinta años, que no es poco. Y aún así se puede apreciar perfectamente al artista que ha llegado a ser. De las historias que crea Cothias poco se puede decir. Se acogen al prototipo de aventuras de capa y espada en la Francia de 1624… nobles malvados, el pueblo oprimido, el héroe misterioso que apoya a los desvalidos, etc.
La edición de Norma es impecable. Mismo tamaño, papel y diseño que los integrales de las otras dos series, para que queden bonitas las tres juntas en la estantería. Bueno, sí a lomo plano blanco y letras negras normalitas se le puede considerar diseño…
Aunque situada cronológicamente después de Las 7 vidas… estas aventuras fueron escritas y publicadas antes de dicha serie, por lo que he preferido recomendarla antes que las otras dos. Y con esto ya sabéis un par más de reseñas que os caerán en el futuro. ¿O debería de hacer once? Una por tomo. Seguro que al compañero tebeotopia le encantaría…