Legion Worlds # 1-6, de Abnett, Lanning y Cassaday

Portadas Legion Worlds 1-6 - 01La Tierra no es el centro del universo. Y Dan Abnett y Andy Lanning nunca lo olvidan. Hay, ciertamente, muchos otros planetas. Después de los catastróficos eventos de “Legion Lost”, los escritores británicos tenían muchas preguntas: ¿qué pasó en la Tierra durante la ausencia de los legionarios? ¿Cómo cambió la galaxia en esos 12 meses? ¿Cómo se sintieron los legionarios restantes al perder a tantos amigos? Abnett y Lanning decidieron responder estas preguntas en “Legion Worlds”.

Cada capítulo de “Legion Worlds” se centra en un legionario y en un mundo, para fortalecer el concepto de incursión interplanetaria, todas las portadas de esta miniserie de 6 números –dibujadas por el extraordinario John Cassaday, un artista muy talentoso que en ese entonces produjo portadas asombrosas para DC– juegan con formas esféricas y con una carta de navegación galáctica que marca el planeta al que observamos. Las portadas son fantásticas, Cassaday captura la melancolía de M’Onel, la tristeza de Spark, la valentía de Cosmic Boy, el miedo de Star Boy, la ira de Karate Kid y el salvajismo de Timber Wolf.

“Estás aquí: la Tierra” (Legion Worlds # 1, junio 2001), el primer capítulo, es una crónica de un día en la vida de M’Onel. Y en ese día, vemos a Metrópolis y a la Tierra, y vemos cómo la gente ha perdido el optimismo. Todo ha cambiado. Muchos asumieron que los legionarios perdidos habían muerto, esto causó la ruina del presidente de la Tierra –y benefactor de la Legión– RJ Brande, y en poco tiempo Leland McCauley fue elegido como el nuevo presidente del mundo. Inmediatamente dispersó los miembros restantes de la Legión y decidió contratar a M’Onel como el único protector del sistema solar.

A simple vista, este escenario podría resultarle familiar a algunos lectores, después de todo, en “The Dark Knight Returns” de Frank Miller, un presidente déspota decide prohibir a todos los superhéroes, excepto al más fuerte y poderoso de todos: Superman. Pero aquí, M’Onel tiene una relación muy tensa con Leland, obedece sólo porque quiere salvar vidas, pero no es de ninguna manera un esclavo del gobierno como se retrató a Superman en la clásica serie limitada de los 80. Abnett y Lanning exploran las similitudes entre Superman y M’Onel, ambos héroes son inmensamente poderosos –de hecho, como daxamita, M’Onel tiene exactamente los mismos poderes de un kriptoniano, aunque es inmune a la kriptonita–, son idealistas, nobles y generosos, pero ambos se arrodillan ante un poder superior –poder político– y, voluntaria o involuntariamente, siguen órdenes presidenciales. Pero el daxamita sabe, en el fondo, que no seguirá trabajando para el gobierno.

Ha pasado un año entero sin la Legión, y un afligido M’Onel visita el monumento que conmemora a sus camaradas caídos. Es allí donde encuentra a Triad, y ella sugiere que M’Onel reclame su rol mesiánico, y que sea una vez más no sólo el más grande héroe de la Tierra sino el salvador de la galaxia. Yvel Guichet y Dexter Vines dibujan algunas secuencias de acción realmente dinámicas, pero también son buenos en momentos más calmados e introspectivos, como la visita de M’Onel al monumento.

En números subsiguientes, vemos cómo otros planetas han sido profundamente afectados por la ineficiencia de los Planetas Unidos. Winath, un planeta dedicado a la agricultura, ya no puede exportar sus alimentos, y por tanto algunas familias de granjeros están en bancarrota y otras apenas logran subsistir. Es en este escenario donde hallamos a Spark, ahora que la Legión ha sido dispersada, ella ha regresado a su hogar. Abnett y Lanning intensifican, en tan sólo un puñado de páginas, una sensación de fracaso y decepción. A Spark se le han acabado las opciones, al igual que el dinero se le está acabando a su planeta. Ella no está retornando al paraíso de su infancia sino más bien a una realidad amarga y sin esperanza.

El artista Enrique Breccia transmite con fuerza todos estos sentimientos, y logra que Winath se sienta muy cercano a nosotros. Spark encuentra a su padre lisiado a causa de un accidente en la granja, y también ve a su hermano mayor, Lightning Lord; él ya no es un tiránico supervillano, sino simplemente un hombre exhausto que intenta mantener la granja a flote. Hay algunos momentos realmente brillantes en esta historia, cuando Spark entiende lo mucho que sufrió su hermano mayor en un mundo habitado completamente por mellizos; al no tener su ‘par’, él siempre fue un marginado. Y ahora que ella ha perdido a su mellizo, también está sola, también es un fenómeno, y lenta pero constantemente, siente el rechazo de los vecinos. Por momentos, este relato es como una pesadilla, pero está tan firmemente insertado en una sociedad agraria normal, que es terriblemente real y muy próximo a nuestro siglo XXI.

Al ir a planetas diferentes, somos testigos del caos social que otros autores nunca se atrevieron a abordar en las páginas de la Legión. De nuevo, este no es el futuro alegre y luminoso que fue propuesto originalmente, allá por los años 50. Este es un futuro diferente, tal vez más oscuro, tal vez más peligroso, pero inevitablemente más complejo de lo que podríamos haber anticipado. Braal, por ejemplo, es un mundo plagado por hooligans, drogadictos y altas tasas de criminalidad. Este no es el Braal que los viejos lectores podrían recordar, un Braal en el que familias felices iban al estadio a ver el juego de magnoball. Aquí, el deporte magnético aún es popular, pero causa peleas brutales entre pandillas rivales; aquí, las drogas genéticas están destruyendo las vidas de millones; y es también aquí donde Magno descubre que un grupo de ex legionarios (Cosmic Boy, Invisible Kid, Bouncing Boy y Leviathan) están haciendo todo lo que pueden para regresar a la Tierra. Paul Rivoche, el artista de este número, nos sorprende con diseños muy imaginativos y un enfoque vibrante y energético de este mundo extraterrestre que parece estar muy inspirado en maestros como Jack Kirby. Un arte auténticamente maravilloso.

Xanthu y otros planetas indefensos están siendo invadidos, y los Planetas Unidos siguen inactivos, incapaces de ayudar a sus aliados. Duncan Rouleau (lápices) y Jaime Mendoza (tintas) están a cargo de este relato sobre Star Boy y Dreamer, quienes deberán demostrar su coraje. Steve Dillon, en colaboración con Klaus Janson y John Stanisei, es el renombrado artista responsable por el viaje de autodescubrimiento de Karate Kid y la batalla en la que se involucra. Finalmente, Kilian Plunkett retrata a Rimbor y las desventuras de Timber Wolf y Apparition. Y no olvidemos que cada número incluye asombrosas historias complementarias escritas por Dan Abnett e ilustradas por Olivier Coipel, Darwyn Cooke, Rick Burchett, Rick Leonardi, Jamie Tolagson y Mike McKone.

“Legion Worlds” es un ejemplo de la mejor ciencia ficción que podrían encontrar en un título de superhéroes, y también es un extraordinario testimonio de los héroes y planetas que han sobrevivido con las justas después de un año sin la Legión. Con una imaginación desenfrenada y originales reinvenciones, Abnett y Lanning una vez más resucitan nuestra pasión por los jóvenes héroes del futuro. ¡Larga vida a la Legión!