La muralla, de Josep Mª Beà

Portada La muralla - Josep M. BeáMientras que los años 80 fueron un hito de innegable importancia para el panorama estadounidense de cómics, en esa misma década España celebraría el así llamado Boom del cómic adulto. Atrás quedaba la época de publicaciones infantiloides o remedos de material extranjero, y se empezaba a consolidar una industria de primer nivel, que no tenía nada que envidiarle a ningún vecino europeo o del otro lado del Atlántico. Sin embargo, una década más tarde, la crisis española dejó en la bancarrota a las editoriales de cómics. Es por eso que ahora, 30 años después de aquella edad de oro, hay lectores que no conocen ni recuerdan a los grandes autores de antaño, como Josep Mª Beà, F. de Felipe, Enrique Sánchez Abulí, Carlos Giménez, Alfonso Font, Antonio Segura, entre otros.

Página La muralla - Josep M. Beá (01)El autor barcelonés Josep Maria Beà i Font alcanzó la fama con “Historias de la taberna galáctica” (publicada en “1984”, la revista pionera de ciencia ficción de Josep Toutain). Sin embargo, siempre tuvo una predilección por la fantasía de corte surrealista (al mejor estilo de un Salvador Dalí en versión viñetas). “La curiosa filosofía con que Josep M Beà analiza la vida, su intelectual y crítico sentido del humor y sus valores humanos, que se proyectan en sus obras, convierten a este autor en uno de los más insólitos creadores del cómic mundial”. Precisamente, son estos los elementos que convergen en “La muralla” (serializada en 1983 y publicada en formato álbum en 1987), una deliciosa novela gráfica cargada de metáforas, reflexiones y surrealismo en su estado más absurdo y puro.

Gato, el protagonista de la historia, es un felino atrapado en un inmenso navío de piedra que surca un océano inexistente. Innumerables individuos de diversas especies animales o humanoides lo acompañan en un viaje lento y agónico en el que nada parece tener sentido. En este increíble escenario, Gato añora a su familia y recuerda lleno de nostalgia su pasado, firmemente anclado a una sociedad española todavía muy marcada por los rezagos del franquismo.

Página La muralla - Josep M. Beá (02)Ahí están los curas hipócritas del colegio religioso en el que se educó, los párrocos sádicos que se saciaban al instaurar en los chavales el miedo al infierno y al recriminarles por todos los “pecados” del cuerpo. Sin embargo, pese a este contexto que podría parecer desolador, impera el humor, el tono sardónico, el guiño cómplice y la carcajada irónica del autor. Desafiante y a la vez honesto, Josep Mª Beà nos revela qué tan perversos podían ser estos representantes del clero; y, al mismo tiempo, subraya la picardía, la astucia y el ingenio de los alumnos escolares.

Mientras el barco de piedra continúa su travesía, la tripulación empieza a perder la calma y la cordura. Gato, en algún momento, deberá luchar para preservar su vida. Desde luego, también habrá todo tipo de enredos inesperados a bordo, como la inexplicable aparición de una bella mujer, la única en toda la nave, que muy cachonda le exige a Gato una unión carnal que en cualquier otra historia sería inadmisible: el coito felino-humano. Finalmente, Gato y el resto de la tripulación encallan en una jungla extraña. Escondida tras la vegetación, se encuentra la misteriosa muralla, que hasta ahora ningún ser vivo ha podido cruzar.

Josep Mª Beà demuestra aquí todo su talento no sólo como guionista sino también como dibujante a lápiz y entintador. Con trazos finos y delicados, el artista catalán otorga a sus personajes –la mayoría felinos antropomorfos– una gran expresividad, a la vez que da rienda suelta a su imaginación con diseños demenciales que consolidan la atmósfera de esta novela gráfica. Finalmente, Beà también está a cargo del rotulado y del coloreado, esmerándose en el empleo de acuarelas, y pintando a mano viñeta por viñeta. Sin duda, se trata de una obra espectacular que merece ser leída una y otra vez.