[Reseña Express] Iron Man 3
El visionado de la tercera entrega cinematográfica del cabeza de lata estuvo torcido desde los inicios. El hecho de que mi retoño mayor me despertara en un día festivo a las 7:30 porque “ya es de día, que se ve luz” además de que se le habían escapado unas gotillas de pipi y requería cambiarse el pijama humedecido debería haberlo tomado como un presagio. Pero no…
Antes de ingerir los alimentos, y aprovechando la sesión matinal, nos dispusimos a ver la peli. Una sala semivacía es algo malo para un crío que se aburre, porque te pasas medio film buscando por dónde anda y llamándole la atención en ése tono que pretende ser alto para broncarle pero bajito a la vez para no molestar al resto de la gente. Ya saben…
La cuestión es que si sumamos los despistes que pude tener por lo que os he contado junto con la peli en sí llegamos a la conclusión de que no me gustó. La más mejor de Iron Man es la primera, la segunda no la recuerdo (cosa bastante significativa) y ésta tercera…
A partir ahora lo que os pongo es la listita de las cosas que me han chirriado muy mucho y que han contribuido a mi desencanto. Ni que decir tiene que son espoileantes al mil por cien:
[toggle title=”spoilers” state=”close” ]La motivación del malo maloso. ¿En serio está cabreado con Stark por darle plantón y se la guarda durante 13 años? Menos mal que yo no soy como él, porque tendría ahora mismo una lista de bellas muchachas que me han dado plantón en mi vida que me faltaría tiempo para ejecutar todas las venganzas…
El “nolannismo” del Mandarín. Que te lo hagan con Ra’s pasa… Que te lo repitan con su hija ya huele. Pero que se repita más veces ya cansa. De hecho mi inconsciente esperaba que la escena post-creditos le diera una vueltar de tuerca al asunto aplicando el “nolannismo” a Guy Pierce, pero no fue así…
Lo que nos lleva a la sosa y cutre escena post-creditos. Si dominar al crio durante la peli es complicado, durante los créditos es imposible. Y si encima te sale la mieeeeerrrrrda de escena que te sale, las ganas de matar se acrecentan por momentos.
El momento molón multiarmadúrico del final… ¿no lo podía hacer antes? Se pasa media peli sin armadura y de repente resulta que podía llamar a todo su fondo de armario para que le echase un cable en cualquier momento y se lo guarda sólo para el final.
El apaño final. Os pongo una voz en off que dice que se cura Pepper y además se muestra que se le puede quitar la metralla del pecho y prescindir del “electroimán” que le protegía de que se le quedara el corazón como un colador. Y, volviendo al punto anterior… ¿por qué ahora? ¿no ha podido hacerlo en las pelis anteriores y ahora es capaz? ¿cómo se le ha quedado el pecho? ¿con un bujeraco del copón? ¿se habrá puesto un tapón de corcho de quince cm de diámetro para taparlo?[/toggle]
En fin, que entre todo éso, el comportamiento del crío porque se aburría y el dolor de mandíbula que todavía tengo por ver a Jon Favreau cosplayerado de Travolta en Pulp Fiction, la verdad es que salí bastante maltrecho del cine. Y es que si te paras a fijarte en todas éstas cosas en lugar de encefaloplanearte y disfrutar es por algo: creo que yo también me aburría.