Huck, de Mark Millar y Rafael Albuquerque
Ha pasado más de una década desde que leí por primera vez “Superman: Red Son”, un proyecto Elseworlds escrito por Mark Millar que resultó ser una de las mejores historias de Superman de los últimos 75 años. Red Son es comparable con “¿Qué pasó con el Hombre del Mañana?” de Alan Moore o “Man of Steel” de John Byrne. Y eso no debería ser una sorpresa, teniendo en cuenta que Millar ha explicado a menudo lo mucho que le encanta Superman. Pero, salvo algunos números desperdigados, él nunca fue un escritor habitual de Superman en la época en la que todavía estaba trabajando para DC Comics.
Millar, con la astucia que lo caracteriza, encontró la manera de rascarse esta picazón literaria bajo la forma de Superior y ahora “Huck”. Ambos trabajos se complementan entre sí bastante bien, así que creo que sería adecuado leerlos (o re-leerlos) al mismo tiempo. Huck es un enfoque amigable sobre el género de los superhéroes, con un toque de optimismo y sinceridad. En palabras de Antonio Delfini “vivimos en un mundo de cinismo, materialismo, vanidad y egoísmo. Huck es una bocanada de aire fresco porque es lo opuesto de esa mentalidad”.
Huck es un sujeto grande –con un corazón aún más grande– en una pequeña ciudad norteamericana. Él hace por lo menos una buena acción al día, y se ha convertido en una bendición para todos los que lo rodean. Pero apenas decide ampliar su radio de influencia, y ayudar a la gente en otros países, su secreto sale a flote. En vez de ser el misterioso samaritano del pueblito, Huck es ahora una celebridad que debe luchar contra las hordas de periodistas de la prensa y reporteros de televisión… y en el proceso podrá descubrir quién es su verdadera madre.
El concepto central de Millar es aparentemente muy simple. Esto no es solamente un homenaje a las raíces de Superman, también es un retrato perspicaz de lo que somos como sociedad y lo que esperamos, como lectores, de nuestros héroes. Huck es el sujeto que va a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Algunos podrían considerar que ese es un comportamiento extraño, ¿por qué ayudar a otras personas cuando podría convertirse en el hombre más rico de la Tierra? ¿Por qué es tan modesto cuando podría ser mundialmente famoso? ¿Por qué preocuparse por intervenir cuando podría abstenerse de los conflictos de su nación? Tal vez porque él cree que puede hacer la diferencia, y porque todo lo que hace es por una buena razón.
Así que en lugar de luchar tontamente contra supervillanos, como hace Superman en su colección mensual, Huck vive una vida tranquila, previene conflictos antes de que desemboquen en algo peor, ayuda a otros en el momento adecuado para no tener que preocuparse por ellos más tarde. Hay algo absolutamente encantador acerca de esta resurrección del superhéroe clásico.
Por supuesto, también hay un montón de acción en Huck, sobre todo cuando se verá obligado a luchar contra un poderoso androide que ha aprisionado a su madre. Las escenas de acción son adecuadas, pero personalmente creo que traicionan un poco la esencia del protagonista. Tal vez hubiera sido más interesante centrarse más en la vida cotidiana de Huck y, por una vez, olvidar al malvado villano que acecha desde las sombras.
Para ser honesto, me tomó un par de números acostumbrarme al estilo de Rafael Albuquerque pero terminé disfrutando su contribución. Albuquerque es un buen dibujante y un sólido entintador; él saltó a la fama después de sus colaboraciones en American Vampire de Vertigo. No parece estar demasiado interesado en la anatomía realista o en ser detallista, pero eso no le resta valor a su obra. De hecho, es gracias a sus líneas sueltas, su composición dinámica y sus vibrantes páginas que podemos apreciar la verdadera naturaleza de un personaje como Huck. Sus líneas están maravillosamente realzadas por el coloreado de Dave McCaig, que proporciona la atmósfera adecuada en cada escena con el pigmento apropiado.
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