Hit-Girl, de Mark Millar y John Romita Jr.

Portada Hit-Girl 1Sería largo y aburrido explicar por qué el primer número que leí de Kick-Ass no fue el # 1 sino el cuarto. Sólo había leído “Superman: Red Son” de Millar y movido por su brillante y sensible retrato de un Hombre de Acero soviético decidí darle una oportunidad a Kick-Ass.

Cuando leí Kick-Ass # 4 me sentí como un pez en el agua. El oxígeno ya no era vital porque estaba nadando entre nerds y geeks. Al leer las emocionantes aventuras de Dave como un falso gay que intenta obtener la atención de su amada Katie sentí interés y ternura; al mirar a Dave interactuando con otros fans y comparando la maravillosa etapa de Whedon en Astonishing X-Men versus su conocida serie de televisión -Buffy la cazadora de vampiros- me llené de alegría. Después de terminar el # 4 sabía que sería un fan de Kick-Ass de por vida. Pero había algo más, algo muy especial. Había visto a Kick-Ass en las portadas y había leído entrevistas de Millar que explicaban la génesis del personaje así que no me resultaba ajeno, pero nunca había visto a Big Daddy y Hit-Girl. Y creo que sería justo decir que ellos fueron las estrellas.

Cuatro años después sujeto en mis manos el primer número de Hit-Girl, una miniserie enfocada en la única niña de 8 años capaz de decir palabrotas y salirse con la suya. Desde luego, mutilar y matar criminales sin ser capturada tampoco es una tarea fácil. Al final del volumen 1 de Kick-Ass vimos a Mindy McCready (Hit-Girl) en un hogar normal, intentando vivir la infancia que le había sido negado.

Pero aunque intentara ser normal fracasaría. Porque, después de todo, ¿cómo podría un arma letal -una máquina asesina- adaptarse a una vida rutinaria en un colegio anodino? Ni su astucia ni sus incomparables habilidades de combate le servirán para defenderse de las niñas comunes y corrientes. Ellas notan algo extraño en Mindy. No encaja, no usa el tipo de ropa que ellas usan, no escucha música pop, no es una “chica normal”. Ella es genuinamente una marginal.

Esta es la premisa del primer número de Hit-Girl, y debo admitir que Millar lo ha logrado nuevamente. Al leer estas páginas me sentí transportado al 2008, y fue como si estuviera leyendo Kick-Ass por primera vez. Todo ese asombro, todos esos sentimientos de algo nuevo y emocionante regresaron a mí. Leo cientos de cómics nuevos cada año y la mayor parte del tiempo encuentra algunas cosas que me gustan y muchas que me disgustan en cada título. Sólo unos pocos autores son capaces de revertir esta ecuación. Leyendo Hit-Girl encontré tantas cosas que me gustaron que, incluso haciendo el esfuerzo, no habría podido encontrar puntos en contra.

Cuando Dave y Mindy están hablando a la hora del almuerzo algo se despertó en mi interior. Así es como deberían ser los cómics. Deberían hacer que los personajes te importen tanto que terminas completamente fascinado por sus vidas, y la emoción es tan fuerte que si algo les pasa te sientes conmovido por ello. No puedes permanecer indiferente cuando Mindy es humillada por un grupito de niñas inmaduras, no puedes dejar de maravillarte ante los maquiavélicos planes de Red Mist y, sobre todo, no puedes evitar la pasión hacia el noveno arte. Así de bueno es este primer número. Todos deberían leerlo. De veras.

Hit-Girl #2

Portada Hit-Girl 2Parece haber algo intrínsecamente hilarante en las actitudes y obsesiones de los nerds y los geeks. Tal vez algún día su lenguaje y sus preocupaciones cotidianas sean materia de un estudio sociológico. Mientras tanto, no es ninguna sorpresa que cuando el mundo es confrontado con el universo nerd, el único resultado posible es el humor.

Es por eso que “The Big Bang Theory” es una serie de televisión tan exitosa. Es divertida para las personas que entienden el dialecto geek y que pueden diferenciar a un romulano de un vulcano, y es también divertida -y mucho- para las personas que de pronto descubren que hay, en realidad, miles de individuos que hablan como los klingon o los elfos de “El Señor de los Anillos”.

El corazón de Mark Millar es más cercano al de Dave Lizewski de lo que podríamos imaginar. Mark ha estado leyendo cómics desde niño, ha estado visitando convenciones de cómics desde que tenía 17 años. Lo geek se le sale a borbotones… Así que para él es natural narrar la vida de un chico de 17 años que, superado por su pasión por los súper-héroes, eventualmente se convierte en un héroe urbano.

Pero desde el primer número de Kick-Ass resultaba claro para los lectores que Dave vivía en el mundo real. Y no importaba lo mucho que lo intentase, nunca podría ser tan genial como Batman. Hay, sin embargo, un personaje que es tan invencible como Batman, tan desafiante como Daredevil y tan letal como Punisher: Hit-Girl.

No pude dejar de reírme mientras leía el segundo capítulo de la miniserie de Hit-Girl. Hay tantas bromas inteligentes sobre la comunidad nerd que en algún momento uno olvida que lo que está leyendo es -supuestamente- ficción. Cuando Dave Lizewski habla sobre su artículo en CBR -Comic Book Resources- mi punto queda ilustrado. ¿Qué persona cuerda dedicaría horas a escribir sobre el tipo de papel de una conocida editorial? Hay cosas que los fans hacen por amor, y otras que hacen al disponer de una cantidad excesiva de tiempo libre: las manos ociosas son el patio de juegos del diablo, afirma un refrán. ¿Qué puede hacer Dave para dejar de ser tan perezoso?

Mindy -Hit-Girl- empieza a entrenarlo. Algo que ella toma muy en serio. Y eso, por supuesto, provoca la risa de los lectores. Mirar a Kick-Ass romper ventanas hasta que sepa cómo hacerlo es no sólo divertido sino también una astuta referencia a los clásicos clichés súper-heroicos. Al mismo tiempo, Dave le explica a Mindy qué debe hacer para encajar en el colegio y hacer amigas. Para ello hacen falta muchos cambios, ella deberá empezar a usar cierto tipo de ropa, escuchar cierto tipo de música, prestar atención a los ídolos pop juveniles, etc. Todo este mundo artificial -que se aleja mucho del acogedor universo de lo nerd- le parece estúpido a Mindy, pero eventualmente decide tomarse todo el asunto como una operación encubierta. ¿Tendrá éxito o fracasará al hacer amigos? ¿Dave finalmente aprenderá cómo hacer una entrada dramática a través de una ventana? No importa, lo único que importa aquí es que no puedo recordar la última vez que me divertí tanto con un cómic.

Hit-Girl #3

Portada Hit-Girl 3El mayor deseo de uno es ser el objeto de deseo del otro, dijo Jacques Lacan alguna vez. Y aunque Lacan no se refería de modo exclusivo a niñas de 12 años, pienso que esa frase encaja aquí bastante bien. Como hemos visto antes, Mindy es invencible como Hit-Girl, pero como una chica normal está a merced del otro: no tiene amigos en el colegio y es humillada y ridiculizada por las chicas ‘populares’.

Su mayor deseo es ser deseada por sus coetáneas, o más bien, ser admirada o por lo menos aceptada. Y ha estado esforzándose mucho para lograrlo. Asumiendo este reto como una misión de inteligencia, ella ha aprendido todo lo que hace falta sobre ropa, series de televisión y Justin Bieber. Está lista para ser una chica normal, sin embargo descubre que su principal rival es despiadada. Las burlas sobre su apariencia son ahora reemplazadas por burlas sobre su desesperado intento por cambiar de apariencia. De un modo u otro, Mindy no puede ganar. Su deseo de ser deseada no puede cumplirse.

Así que la pregunta es, ¿qué lejos irías -o iríamos en todo caso- para ganar aceptación? Mindy ha perdido la paciencia, y finalmente decide ser un poco más Hit-Girl y un poco menos niña. Electrocuta a su rival, la amarra y la tira en un camión de basura. Además, le hace una advertencia final: a partir de ahora ella será aceptada, se convertirá en la hembra alfa, ella será, al final, deseada por todas las chicas populares de su salón. Aparentemente, su ardid ha dado resultados.

Mientras tanto, Red Mist tiene otras preocupaciones en su cabeza. Primero, quiere vengar la muerte de su padre y matar a Kick-Ass. Sin embargo, comprueba dolorosamente que todavía no está listo para esa tarea. Él apenas sobrevive su primer gran golpe criminal -asaltar una bodeguita- y es obligado a abandonar el país o enfrentar las consecuencias de sus actos delictivos. Su idea es imitar a Bruce Wayne, viajar por todo el mundo y entrenarse con los mayores expertos en artes marciales. Al buscar venganza también está buscando la aprobación de su padre, algo que nunca obtuvo cuando el hombre estaba vivo. Su deseo, como hijo abandonado, es también ser deseado por el otro.

Al igual que en números anteriores, John Romita Jr. crea con éxito una atmósfera adecuada para este serie derivada de Kick-Ass. Ciertamente, el estilo distintivo de los lápices de Romita genera una bienvenida sensación de unidad, llenando los vacíos que podríamos haber detectado entre el final del volumen 1 y el comienzo del volumen 2 de Kick-Ass. También debería enfatizar la fortaleza visual de Tom Palmer como entintador y la deliciosa paleta de colores usada por Dean White.

Hit-Girl #4

Portada Hit-Girl 4Incluso sin la ayuda de Kick-Ass, Hit-Girl continúa agrediendo al bajo mundo. Su blanco es la mafia, y ella es implacable. Mr. Genovese, el gran jefe, pierde millones de dólares cuando sus transacciones son interceptadas rutinariamente por una niña de 12 años realmente letal.

Mientras tanto, después de torturar a la chica más popular del colegio, Mindy por fin es bien recibida por todas las chicas. De pronto, todas ellas quieren sentarse a su lado a la hora del almuerzo, y es Mindy la que debe decidir quiénes merecen el privilegio de su compañía. Dave Lizewski aún se está recuperando después de romperse el brazo, y ahí es cuando recibe un misterioso mensaje enviado por su némesis Red Mist.

Red Mist le dice que ha estado entrenando en Asia con los mejores expertos en artes marciales que el dinero puede comprar (o alquilar), y se compara a sí mismo con Bruce Wayne antes de convertirse en Batman; advierte a Dave sobre sus habilidades de lucha que ahora se han incrementado. Sin embargo, lo que Red Mist no sabe es que sus maestros sólo están interesados en los miles de dólares que él está pagando, y en vez de enseñarles los secretos del Kung Fu lo fuerzan a hacer raros ejercicios que se ven alucinantes pero que en realidad no tienen ningún propósito. Este es un sub-argumento importante ya que las habilidades de pelea de Red Mist serán puestas a prueba en la confrontación final con Kick-Ass en el segundo volumen de la serie.

Hay algunas referencias muy divertidas sobre la cultura pop, películas (como “Batman Begins”) e incluso cómics, cuando Red Mist le dice a Dave que disfrute el relanzamiento de DC mientras pueda (irónicamente, este relanzamiento ya no resulta un disfrute para DC, y es que sus ventas continúan cayendo, pero dudo que Millar haya usado esta frase para burlarse de la Distinguida Competencia).

Otro sub-argumento que tendrá mayores repercusiones en el segundo volumen es el hecho que el padrastro de Mindy descubre que ella ha estado matando a docenas de mafiosos en las últimas semanas, y le prohíbe continuar actuando como Hit-Girl, Ahora Mindy tendrá que hacer todo lo que pueda para escapar de casa si es que quiere seguir luchando contra el crimen, pero su padrastro sabe que debe vigilarla, después de todo, él es un policía.

Hit-Girl #5

Portada Hit-Girl 5Es difícil expresar lo divertido que ha sido el último capítulo de Hit-Girl. Creo que cualquiera que esté familiarizado con la obra de Millar sabe que la violencia es un componente importante en las historias del escritor irlandés. Bueno, violencia es decir poco en el caso de Mindy, una dulce niña de día y una vengativa asesina de noche.

Cuando los mafiosos están amenazando las vidas de la familia adoptiva de Hit-Girl, su reacción es más brutal que nunca. La pandilla de criminales que visitan su casa son despachados rápidamente, sin armas, Mindy usa cuchillos de cocina e incluso un martillo para convertir la cabeza de uno de los tipos en un charco de sangre y materia gris.

Después de eso, ella caza y extermina a muchos otros mafiosos, matándolos de las maneras más creativas y dolorosas. Seguramente, John Romita Jr. debe haber gozado dibujando todo este tumulto, en especial los cuerpos decapitados y los intestinos y el tremendo ratro de cadáveres que Hit-Girl deja a su paso.

Mientras tanto, Red Mist por fin se da cuenta de que las cosas no son tan fáciles como parecen en los cómics. Él está en Asia, entrenando con los mejores maestros de artes marciales, pero no está ni cerca de ser alguien como Batman. De hecho, está siendo estafado por sus maestros, quienes le cobran miles de dólares y le enseñan la misma auto-defensa que podría aprender en una escuela pública. Al final, él decide renunciar. Es demasiado difícil ser tan letal como Batman, pero es mucho más fácil contratar a alguien que ya sea un arma viviente. En Kick-Ass volumen 2 vemos a Red Mist ya convertido en el infame Motherfucker. En esta miniserie, descubrimos qué le pasó para terminar como tan peculiar némesis.