Happy, de Grant Morrison y Darick Robertson
Hay escenas que elevan o derriban un cómic. Como escritor, uno siempre intenta lograr algo original que, idealmente, fascine a la audiencia. Aunque a veces, los escritores cruzan una línea invisible que podría dejar a los lectores insatisfechos o impactar en ellos de modo negativo. Por suerte, en “Happy” sólo hay ideas fascinantes. Grant Morrison ha tenido éxito al crear una de las mejores secuencias que he visto en los últimos meses.
Pero no nos adelantemos. “Happy” es la historia de Nick Sax, un detective fracasado, un alcohólico y un individuo infeliz. Ciertamente, su ciudad también es un lugar miserable. Y esto es evidente desde la página 1, en la que vemos a un pordiosero vomitando y a un perro meando encima de él mientras dos gangsters hablan sobre matar a Nick. El asombroso arte de Darick Robertson nos hace sentir cada copo de nieve y cada mota de polvo; sus calles son muy reales, y hay algo absolutamente refrescante en la distribución de las viñetas en esta página.
Pero la escena particular que hace que “Happy” funcione para mí es el “incidente de la felación”. Jack el Martillo se viste como un bicho gigante y mata prostitutas cuando ellas le están practicando sexo oral. No obstante, esta vez el hombre eyacula al mismo tiempo que su cabeza estalla en pedazos. Nick Sax lo ha matado. “Ahora lo he visto todo”, anuncia. Y estoy seguro que muchos lectores estarían de acuerdo con él. No creo que otro artista hubiese sido capaz de dibujar la escena, pero Darick provee todos los elementos visuales necesarios: la felación, el martillo alzado que, de no ser por la intervención de Nick, habría aplastado el cráneo de la mujer, y luego el clímax, el instante de la violenta explosión erótica: el estallido de los sesos, la caída del martillo, el órgano sexual con la erupción de semen. Esta página es ciertamente una brillante combinación de narrativa intensa y arte absolutamente cautivador. Luego de dibujar “The Boys” por años, Darick Robertson era la elección perfecta para un título que gira en torno al sexo y la violencia.
La prostituta está empapada en “sangre y semen”, pero eso no impide que Nick exija cierto tipo de favor luego de salvarle la vida. Así es como actúa nuestro protagonista. No es un héroe benevolente, sólo hace cosas que le convienen. Por supuesto, eso significa que se ha ganado muchos enemigos. Y en cuestión de minutos será abatido por uno de sus rivales.
Claramente, este es un mundo muy sucio, depravado y obsceno. Pero Morrison añada algo más. Va en contra de la predecible ‘amargura y oscuridad’ e incluye el elemento de lo fantástico: Happy (Feliz), el caballo, una dulce criatura que parece salir de un empalagoso dibujo animado de Disney. El contraste es brutal. Después de todas las cosas que hemos visto en estas páginas, un caricaturesco caballo volador empieza a hablar con Nick usando el lenguaje más puro y afable que podamos imaginar.
Happy me había generado muchas expectativas, y debo decir que fueron alcanzadas y superadas. El escritor y el artista crean un fascinante capítulo inicial. Es grandioso ver a Morrison en una miniserie de su propia creación en Image, luego de dedicar la mayor parte de su tiempo a personajes establecidos de DC.
Happy #2
Atrapado en un hospital de la mafia, Nick Sax debe hacer todo lo que pueda para escapar con vida. Y ello, por supuesto, significa que Grant Morrison escribe una escena tan violenta que no podría aparecer en ningún título del Universo DC, y el extra-ordinario artista Darick Robertson convierte esa idea en un sumidero de sangre, dientes arrancados, huesos rotos y muerte sin mitigar.
Nick aún está en conflicto con Happy, un caballo azul con alas que sólo él puede ver y oír. Está convencido de que Happy es una alucinación pero por fin se da cuenta de que esta dulce criatura de caricatura existe de verdad. Así que hace lo que cualquier hombre haría en su situación: juega al póker y le pide a Happy que mire las cartas de sus contendientes, y así gana tantas veces que una vez más debe luchar por su vida.
Hay algo inherentemente violento en Nick Sax. Como ex policía, fue una figura de autoridad y se suponía que respetaba la ley. Como mercenario, como matón de poca monta, se halla en el espectro opuesto de la ley. Sin embargo, más que actuar violentamente, Nick meramente reacciona violentamente (le dispara al asesino de prostitutas en el primer capítulo, y aquí se defiende a sí mismo primero de la mafia en el hospital y luego de los jugadores de póker que no saben perder). Si sus acciones fueron fundamentalmente reacciones, entonces es comprensible que se rehúse a ayudar a la niña que Happy ha mencionado, porque para salvar a esta niña en peligro Nick tendría que emprender una acción más que una reacción, y no está listo para ello, al menos todavía no.
Si consideramos que la violencia tiene un elemento de objetividad (racismo, homofobia, etc.) entonces podríamos olvidar que la violencia también tiene un elemento de subjetividad (crimen, terror, etc.). Nick había batallado contra el crimen en el pasado, pero pelear contra la violencia subjetiva significa que él mismo, el sujeto, puede también cometer el mismo tipo de violencia contra la que estaba peleando en primer lugar. Como matón, Nick es reactivo, está listo para responder, desprovisto de la iniciativa que tenía como detective; al romper la ley, en última instancia, permanece al servicio del mismo orden que en apariencia desprecia.
Darick Robertson continúa asombrándome con sus explosiones de sangre entintadas con fiereza, y con su dominio único de la violencia gráfica, al retratar escenas de pelea como mortales y, no obstante, hipnotizadoras danzas. En las manos de Darick, los cadáveres son mucho más que un adorno en la página, son piezas fundamentales de la narrativa al marcar la relevancia de las acciones (o reacciones) de Nick y las consecuencias. También me gustaría señalar la impresionante portada de Darick, en la que vemos a un Papa Noel destrozado, con ropa vieja y sucia que carga una bolsa que no está llena de regalos sino de niños secuestrados (y de hecho, podemos ver el ojo asustado de uno de los niños a través de un hueco en la bolsa).
Happy #3
¿La nostalgia traiciona nuestras memorias, coloreando el pasado con tonos más cálidos y felices? Tal vez así sea en algunos casos, pero algo es cierto cuando se trata de Nick Sax: su terrible situación actual haría que su pasado, cualquier pasado, sea como un paraíso en comparación.
En el penúltimo capítulo de la nueva miniserie de Grant Morrison, Nick intenta escapar de la ciudad. Happy, el caballo alado azul que él inicialmente consideraba como una alucinación intenta convencerlo para que le salve la vida a una niña llamada Hailey.
Es interesante observar que en el pasado, Nick había tenido una buena vida y una esposa amorosa. Pero luego de ser testigo de algunos de los crímenes más horrendos de la ciudad, su única manera de lidiar con todo ello fue a través de la bebida. Luego las cosas empeoran y finalmente su esposa lo abandona y él pierde su placa. Sin nada que perder, empieza a trabajar para un grupo criminal.
Happy no acepta que la miseria y la corrupción sean la norma, pero luego de ver cómo la gente actúa y habla durante la temporada navideña, descubre que Nick tiene razón: el mundo es un lugar de mierda, sin esperanza. Parece, entonces, que sin nada de felicidad Happy no puede manifestarse en nuestra realidad, así que se desvanece no sin antes explicarle a Nick cuál es conexión con Hailey.
En las escenas finales, vemos al depravado Papa Noel a punto de ‘abrir sus regalos’, un grupo de niños amarrados como obsequios navideños. Entre ellos está Hailey. Ella está a punto de ser violado por un Papa Noel que planea actuar como el depravado protagonista de una película pornográfica. Recordemos que el término pornografía se origina de dos palabras griegas, porne, que significa prostíbulo, y graphein, que significa escribir. En cierto modo, el espectador se inscribe -está inscrito en la situación sexual que observa- en la película. La audiencia se imagina cómo se sentiría al ser el hombre que penetra a la mujer, pero ¿qué es lo que Hailey se imagina en esta situación? Ella fantasea, por supuesto, con la libertad, con una criatura ficticia que la salvará mágicamente: Happy. Papa Noel la reducirá a algo inhumano; apenas una parte del cuerpo, una abertura corporal o un orificio, y ella debe aferrarse a sus fantasías para poder conservar la cordura. El pederasta de barba blanca deriva su gratificación sexual de la degradación de los niños. Ciertamente, este tercer número concluye con fuerza.
Happy #4
Los amigos imaginarios tienen un origen bien definido. Al igual que ciertos juguetes que funcionan como objetos transicionales, un amigo imaginario a menudo desempeña un propósito similar. Happy, el caballo azul, también personifica la transición. Para empezar, Happy es el último remanente de la inocencia infantil de Hailey, pero esta caricaturesca mascota es también lo que motiva la transición de Nick. Su cinismo característico y su crueldad están cambiando lentamente en compromiso y responsabilidad.
La confrontación final entre Nick y el Papa Noel pedófilo es bastante brutal. Desde las secuencias iniciales de esta miniserie, Nick Sax ha sido un personaje condenado. Es un hombre enfermo, con problemas cardiacos y alguien que ha sido herido y hospitalizado más de la cuenta. Ahora, usando sus últimas energías, hace todo lo que puede para preservar las vidas -y la inocencia- de los niños capturados.
Este número final tiene algunos momentos que nos invitan a la reflexión: la confrontación entre Nick y un cura depravado, su trabajo es descrito por Morrison con lucidez, se trata de ponerse en contacto con algo que no existe (¿y no es ese el trabajo de todos los curas del mundo?). Una de las mejores escenas involucra un juego con criaturas inexistentes y proyecciones de nuestra fantasía. Happy, al ser un amigo imaginario, viaja tan rápido y tan lejos como puede, y recluta a miles de amigos imaginarios de niños de todo el orbe. Y es gracias a la llegada de los refuerzos de Happy que Nick es capaz de matar, por fin, a Papa Noel.
El final de “Happy”, sin embargo, no es precisamente feliz. Por el contrario, es bastante triste, pero es coherente con las premisas establecidas desde el capítulo inicial. Una vez más, Darick Robertson crea un arte realmente exquisito. Desde el gran “Papa Noel en drogas” hasta la maravillosa página doble en la que Happy y la caballería rodean a Papa Noel. Si han estado ligeramente insatisfechos con la producción reciente de Morrison para DC, entonces deben leer “Happy”, restaurará vuestra fe en el escritor escocés. Garantizado.

Guión: Grant Morrison
Dibujo: Darick Robertson
Image Comics
Precio: 12.99 euros
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