[Crítica] Los muertos vivientes Nº 01 Días pasados
Edición original: The Walking Dead Vol. 1: Days Gone Bye
Fecha de edición: junio de 2005
Guión: Robert Kirkman
Dibujo: Tony Moore
Tinta: Tony Moore
Color: Blanco y negro
Formato: 144 págs.
7,5 €
El género zombie está en su edad de oro, en el caso de la industria del cine incluso tenemos subgéneros que abarcan desde el remake de The Crazies, del padre de la temática zombie Geroge Romero, hasta las versiones más humorísticas como los zombies nazis de Dead Snow o el no tan lejano estreno de Zombieland. El cómic tampoco escapa a esta influencia (¿Os acordáis de Marvel Zombies, que ya lleva varias entregas?) y de hecho Planeta DeAgostini Cómics ha lanzado un dossier exclusivo de temática zombie. Entre las novedades se incluye el tomo que tenemos entre manos Los muertos vivientes Nº 01: Días pasados.
El guionista de la obra es Robert Kirkman, quien consiguió atraer las miradas de los fans tras autoeditarse la serie Battle Pope, que contaba las desventuras de un Papa mujeriego y violento que luchaba contra hordas de demonios. Pues bien, Kirkman nos cuenta en el prólgo que esta no es una obra al uso ya que no pretende ser un cómic de fácil lectura típico de luchas entre humanos y zombies, sino que se trata de un cómic que pretende hacer reflexionar sobre la sociedad , sobre el “canibalismo” entre humanos y sobre hasta donde somos capaces de llegar cuando nos encontramos situaciones límite. Esta ambición del guionista hace que cuando nos sentemos en el sillón nuestras expectativas sean altas sin embargo, aunque estemos ante una obra correcta, bajo nuestro punto de vista no llega a cumplir el objetivo de ser una trama que destaque por su planteamiento y visión del género, aunque también es verdad que estamos ante el primer número de la serie.
El argumento nos presenta a Rick, un policía que despierta en un hospital y de repente descubre que la ciudad está desolada y repleta de zombies, busca desesperadamente a su mujer y a su hija quienes se han unido a un grupo de supervivientes, Rick rápidamente se integra con el grupo de refugiados, cada uno de una naturaleza y con una vida pasada diferente, pero ahora todos son iguales y tienen que ponerse deacuerdo para sobrevivir. Rick pretende convertirse en el líder pero no todo será tan fácil, ni siquiera tiene asegurada la fidelidad de su mujer.
Destaca en el dibujo Tony Moore, un compañero habitual de Robert Kirkman, que es capaz de sacar el mayor provecho a unos lápices en blanco y negro para mostrar los sentimientos de los personajes.
En definitiva Robert Kirkman cumple, pero la evaluación definitiva la veremos cuando finalice la serie.