El Barón de Ballantrae, de Hippolyte

Portada El baron de BallantraeComo en una nueva versión de nuestras nostálgica Joyas Literarias Juveniles, con El Barón de Ballantrae, Hippolyte demuestra que también se puede contar de forma extraordinariamente bella una historia densa. Pero este es un relato que tiene poco de juvenil y mucho de reflexión adulta.

La peripecia de dos hermanos muy diferentes entre sí enfrentados por odios irreconciliables, en el que ambos encarnan a Caín. Una situación agravada por la preferencia del padre respecto a uno de ellos y la existencia de una mujer que ambos se disputan. Para ello Hippolyte cuenta con la inestimable ayuda de un guión que adapta un clásico de uno de los grandes de la literatura universal, Robert Louis Stevenson. La lástima es que casi se queda más en un libro de ilustración en el que las viñetas ponen imagen a lo que se dice en un texto ralentizado en demasía con diálogos abstrusos. Una narración no especialmente atractiva de por sí, que obvia el relato de aventuras tan querido por el autor y tan propio de su época. Las incursiones marinas y las exploraciones de las Indias apenas quedan resueltas con breves pinceladas, más preocupado por la compleja relación emocional y la caracterización psicológica.

Pero la historia resulta por momentos excesivamente extensa y enrevesada dando lugar a una novela gráfica poco atractiva que se salva por la maravillosa labor del ilustrador. Hippolyte resuelve su dibujo con acuarela aplicada directamente sobre los lápices logrando increíbles efectos que juegan con la luz y el colorido, y exagerando cada vez más el trazo hasta lo grotesco. Una delicia estética, y una lectura mal enfocada.

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