[Crítica] Dreadstar, de Jim Starlin
Corría el año 86 en nuestros lares, cuando un servidor de ustedes comenzó a adquirir la serie de Jim Starlin denominada Dreadstar, que publicaba Forum dentro de la línea Epic. Buenas cosas se publicaron en ésa línea: Alien Legion, Bozz Chronicles… o ésta, que siempre ha sido una pequeña debilidad para quien les escribe. Yo soy bastante cienciaficcionero en mis lecturas, y ésta serie me venía como anillo al dedo. Naves espaciales, razas extraterrestres, un gran imperio malvado (aunque más bien es una Iglesia de la Instrumentalidad) con su grupito de rebeldes a juego…
El señor Starlin creó unos añetes antes una novela gráfica llamada Odisea de la Metamorfosis, que es dónde plantó la semillita de toda la serie (publicada por Planeta este año). Luego sacó otra novela gráfica llamada The Prize, que también es anterior a la serie y que fue reeditada por Epic en forma de Annual de la serie (incluso Forum llegó a publicarla). Pero Planeta no la va a publicar ahora, así que la dejamos de lado. Después sacó una tercera novela gráfica que se llamaba como la serie: Dreadstar. Por supuesto, ésta también va antes de la serie. Pero Planeta no la va a publicar ahora, así que la dejamos de lado.
Entonces… ¿que incluye este tomo de Planeta? Pues llega a cubrir las doce primeras grapas publicadas por Epic en su día y reeditadas por Dynamite hace cinco añetes. En ellas se comenta algo sobre las novelas gráficas anteriores, pero no es imprescindible su lectura para la comprensión de la serie (aunque la enriquecen bastante). Y tenemos un buen puñado de aventuras que merecen la pena. En especial la penúltima grapa del tomo.
De unos años a ésta parte, en el terreno pijamista, se han alabado los números que el guionista Geoff Johns suele dedicar a los villanos. Ya sea en Flash o en Green Lantern, que nos cuente la vida de Black Hand o del Capitán Frío, normalmente cuando éste guionista relata inicios, motivaciones y demás de los contrincantes del héroe de turno ésos ejemplares suelen estar mejor valorados que el resto de episodios. Pero ésto de dedicar un número al malo maloso dejando a un ladico al héroe de rigor, cual guarnición que no te gusta que dejas en el borde del plato, no es algo novedoso. Se hace desde hace muchos años. Bueno, pues resulta que en el decimoprimer número de Dreadstar el elenco bienhechor protagonista brillaba por su ausencia. En su lugar el ejemplar estaba dedicado al villano de la serie: el Alto Señor Papal.
Y es que en ese número (el 11, por si alguien no se ha enterado) se nos narra su vida. Desde que sus padres, de diferentes razas intergalácticas, se conocen hasta su ascensión a lo más alto de la Iglesia de la Instrumentalidad. Starlin no se molesta en darle un nombre, no le hace falta. Y es curioso, porque durante toda la serie siempre es mencionado por su cargo y en ningún momento se le llama de otra forma. Por eso al contar el origen con él de narrador se omite la necesidad de autodenominarse por su nombre de pila.
La historia es la típica del pobrecito mestizo abusado y tratado a palos por todos y perjudicado por la vida. Hasta que llega el momento en que obtiene una forma de poder que le permite estar por encima de los que se portaban mal con él, y lo utiliza para vengarse. Y no se venga de nadie en particular, sino de la vida en sí. Tenemos el claro ejemplo de maltratado que se convierte en maltratador. Si nadie tuvo escrúpulos con él ¿por qué debería tenerlos él con los demás? Pues lo dicho, que aquí tienen una buena historia de motivaciones malignas, ascensión al poder y malos malosos en general.
Siguiendo con la serie en general, Starlin permaneció en ella hasta el número treinta y uno como artista completo. Después delegó el dibujo y terminó delegando incluso los guiones (a un tal Peter David ¿les suena de algo el nombre?). Pero en mi humilde opinión debería haber cerrado en aquel número treinta y uno, pues se utilizó el típico truco de dar un salto en el tiempo en la serie (de dos años, para ser concreto) y cambió bastante de rumbo argumentalmente. Aún así duraría hasta el sesenta y cuatro y contaría después con una serie limitada de otros seis. Y es que el baile de editoriales es algo que acompaña bastante a ésta serie. Comenzó en Epic y pasó a First a partir del número veintisiete, y la última serie limitada de publicó en Bravura. Incluso en sus posteriores reediciones en tomo ha pasado por SLG o Dynamite, por citar un par. Pero eso ya es otra historia…
Del apartado gráfico poco hay que reseñar, pues supongo que dada la enoooooorme trayectoria del señor Starlin casi todo el mundo habrá visto algún dibujín suyo en alguna ocasión. Y como evolucionar no es que haya evolucionado gráficamente en absoluto, pues es fácil hacerse a la idea.
Y como comentaba al principio, si les gusta la ciencia ficción en general y los comics en particular, pueden aprovechar que los señores de Planeta publicaron un bonito tochete con la primera saga y no dejar de echarle un vistazo a la serie… aunque creo que igual tengo malas noticias. ¿Que cuáles son? Pues que como la edición de Planeta parte de la de Dynamite, y esta editorial lleva cinco años sin sacar ni una sóla página más de las que va a incluir Planeta en éste tomo no se sabe muy bien que va a pasar de aquí en adelante.Y como podéis imaginar todo son conjeturas, pero hay dos posiciones bastantes claras: que si Planeta se montará sus propios tomos (incluso los más malosos hacen referencia a sus escaneados), o si por el contrario ésto va a ser lo único que vamos a ver de la serie.
De todas formas, dado el material que contiene, el punto de corte, el formato y el precio de la edición, yo creo que merece la pena. Aunque sea sólo para pasar un buen rato. Al fin y al cabo ¿los comics no están para eso?.