Chew # 1: Al gusto del consumidor, de John Layman y Rob Guillory
Cómo mola, hasta el apellido del protagonista es un juego de palabras. Chu suena en inglés igual que Chew, que significa masticar. Tony Chu es un policía con una habilidad muy particular: es capaz de saberlo todo acerca de cualquier ser que haya estado vivo con tan sólo saborear un bocado de él. Sí, la premisa da lugar a un montón de momentos ridículos, y con sólo ver el estilo con el que está dibujado este cómic ya se sabe que el humor bestia y las situaciones salvajes están servidas. El dibujo de Rob Guillory, previamente curtido en trabajos de animación, y eso se le nota, tal vez sea el que más se adecua a Chew, la nueva serie que publica Image en Estados Unidos, pero a mí me tira para atrás. Los dibujos animados no son lo que más me apetece ver en un cómic, sin embargo la historia que cuenta, aunque no acabe de cuajar, es en principio entretenida y la galería de personajes que exhibe, a cada cual más extravagante
El Agente Chu se mueve en un futuro reciente en el que el la carne de pollo está prohibida debido a una hipotética gripe aviar que ha causado 23 millones de muertos entre la población de los USA, y 116 millones en todo el planeta. John Layman, guionista de Marvel Zombies, se ve que le van los mordiscos, se sirve de este ocurrente chascarrillo, para montar un paralelismo con la América de la prohibición, la ley seca y el gangsterismo. Y, de paso, marcarse unas risas. Vale, como pequeña sátira no está mal y se ha llevado un montón de premios y eso, pero a mí me dio la sensación de que estaba leyendo una puesta al día del Sir Tim O’Theo de Raf y Anacleto Agente Secreto de Vázquez. ¿Significa eso que Chew es tan bueno como estos clásicos de Bruguera? No, ni se quedará tanto tiempo en la memoria popular. Al cabo de unos capítulos, precisamente es el dibujo lo que termina siendo lo más llamativo y la historia deviene aburrida. Estos americanos son la mar de impresionables.