Como hablar con chicas en fiestas, de Neil Gaiman y Fabio Moon
Mediante el poder del lenguaje todo es posible… Neil Gaiman lo sabe. Nosotros también lo sabemos. Y en Cómo hablar con chicas en las fiestas, el autor británico recrea las inseguridades, temores y ansiedades de los adolescentes. Los protagonistas de este cómic (que originalmente fue un cuento publicado en Fragile Things) son dos chavales de 15 años que sólo tienen una cosa en mente: conocer chicas. Pero con qué propósito o razón, eso todavía es algo que deben resolver. En el caso de Enn, el protagonista, conocer chicas es una tarea difícil, un verdadero desafío, pero para su amigo Vic conocer chicas es fácil y siempre es un preámbulo al sexo.
Para Enn, interactuar con otros muchachos es algo natural: “Los dos asistimos a una escuela sólo para varones en el sur de Londres, aunque sería una mentira decir que no teníamos experiencia con las chicas. Vic parecía que había tenido muchas novias mientras que yo había besado a tres de las amigas de mi hermana. Creo que sería perfectamente cierto decir que principalmente los dos hablamos, interactuamos y, en verdad, únicamente entendemos a otros chicos”. Pero, ¿qué tan difícil puede ser entender a un miembro del sexo opuesto?
Al comienzo de la historia, los dos amigos se colan en una fiesta local sólo para descubrir que las cosas no son lo que parecen. Estos dos adolescentes entran en una casa aparentemente inofensiva, allí encuentran muchachas de una belleza extraña, chicas tan hermosas que no deberían pertenecer a la esfera de la realidad, y hay una buena razón para ello, porque mientras navegan en esta fiesta comienzan a darse cuenta de que estas chicas quizá no sean humanas después de todo.
Al principio de la historia, Vic le explica a Enn que la única manera de conquistar el corazón de una chica es hablando con ella, de ahí parte la idea de que el lenguaje es suficiente no sólo para seducir sino también para materializar los deseos de uno. Enn está nervioso y después de tomar un par de copas finalmente decide seguir el consejo de su amigo; cuando habla con una chica, de inmediato se da cuenta de que ella es una forastera, debe ser una estudiante de intercambio, es lo que él piensa. Pero cuando ella lentamente le cuenta sobre su pasado, sobre su mundo, Enn se da cuenta de que debe venir de otra galaxia … o eso o ella debe estar completamente loca.
Todo lo que necesitamos como lectores es interpretar esas palabras e imaginar en nuestras cabezas, en nuestras mentes, esos hermosos y extraordinarios planetas alienígenas que Gaiman crea, no necesariamente en imágenes, sino principalmente con palabras. Y las palabras son más que suficientes para nosotros, porque cuando cerramos los ojos podemos ver realmente las razas y las culturas extraterrestres más fantásticas y extraordinarias.
Enn habla con la reina de una raza insectoide, con los descendientes de seres que viven en el sol y con la encarnación de la poesía viviente. Cada jovencita es más enigmática que la anterior. La última, con pelo rojo y ojos grandes, sorprende a Enn, quien explica que “mirándole la cara, en la cocina, [y] pensé en los dibujos de Barry Windsor-Smith sobre mujeres en los cómics de Conan. 5 años más tarde habría pensado en los prerrafaelistas, en Jane Morris y Lizzie Siddall, pero entonces sólo tenía 15 años”.
La última chica es poesía viva y también es la prueba de que la extinción se puede evitar convirtiendo a una raza entera en un poema. Eso es un testimonio del poder de la narrativa y la literatura, porque si podemos imaginar algo y escribir sobre ello, entonces puede volverse real. Esta última chica es la sobreviviente de una raza que se convirtió en poesía para luego reencarnarse en un cuerpo humanoide y, al recitar un poema, comparte la historia de su civilización, pero también el poder mental combinado de toda una especie.
Y es por este poema que Enn y Vic ven a las chicas tal como son, ven más allá de la carne y los huesos, más allá de su disfraz humano, y se dan cuenta de que ninguna de ellas es humana y por lo tanto apenas tienen tiempo para escapar y para evitar el ajuste de cuentas: “Todo esto sucedió hace 30 años. He olvidado mucho y olvidaré más, y al final lo olvidaré todo; sin embargo, si tengo alguna certeza de la vida más allá de la muerte, todo está envuelto, no en salmos o himnos, sino en esta sola cosa. No creo que jamás olvide ese momento, me olvide de la expresión de Stella […] incluso en la muerte seguiré recordando”.
Escalofriante y poderosa, How to Talk to Girls at Parties es una de las obras maestras olvidadas de Neil Gaiman y también gracias al encantador arte de Gabriel Ba y Fábio Luna, esta historia mágica adquiere vida propia, como Craig Thompson explica: “Las acuarelas vibrantes y la exquisita pincelada de Fabio amplían estas palabras en nuevas direcciones poéticas”. Leedlo ahora o, ya lo sabéis, la próxima vez os arrepentiréis de no saber cómo hablar con las chicas en las fiestas.
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