Ciudad, de Ricardo Barreiro y Juan Giménez
La fantasía es un género literario que ha sido cultivado con especial dedicación por los escritores argentinos, basta mencionar nombres tan emblemáticos como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges para constatar que lo fantástico ocupa un lugar predominante en la narrativa del país de los gauchos. Evidentemente, esta tradición también incluye a autores de cómics de primer nivel, como H.G. Oesterheld, Carlos Trillo y Ricardo Barreiro.
“Ciudad” (publicada originalmente en los 80s, en la revista antológica Hora Cero) es un gran ejemplo de la creatividad de dos de los mejores autores sudamericanos del siglo XX: Ricardo Barreiro (guionista) y Juan Giménez (artista). Mi primer contacto con esta obra fue un tanto esporádico: leí apenas un par de capítulos en “Comix Internacional”, y me quedé con ganas de más, hasta que muchos años después pude adquirir el tomo recopilatorio.
Fiel al estilo literario de Cortázar y Borges, el relato empieza insertado firmemente en la cotidianidad. Jean, el protagonista, se aburre a diario en su trabajo, gana una miseria y se pelea constantemente con su chica. Una noche, tras una acalorada discusión con su pareja, Jean decide relajarse con una caminata nocturna. Y sin darse cuenta termina perdiéndose. Y ese extravío es el preludio de lo fantástico.
Jean, repentinamente, es ahora prisionero de la Ciudad, una urbe infinita, que abarca todas las geografías posibles y todas las épocas imaginables. La Ciudad, entonces, funciona como el mítico Aleph de Borges, es un punto de convergencia en donde el hombre es testigo de lo ilimitado; asimismo, su funcionamiento es semejante al de la infundibula crono-sinclástica de Kurt Vonnegut.
Ricardo Barreiro tiene el acierto de organizar esta novela gráfica en capítulos cortos pero contundentes, centrados en Jean y en Karen, su única aliada en un mundo hostil y extraño. Juntos intentarán sobrevivir a todo tipo de amenazas. Desde violentos grupos de personas que, al igual que ellos, han naufragado en la Ciudad sin fin, hasta extrañas e imposibles manifestaciones atmosféricas (entre ellas, el diluvio universal).
Al tratarse de capítulos autoconclusivos, el guionista es capaz de aprovechar al máximo la estructura dramática protagonista-antagonista, a la vez que rinde homenaje a ídolos literarios y a seres ficticios que todos adoramos. Por estas páginas desfilan una secta de fanáticos de Cthulhu (H. P. Lovecraft), Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia y Alien (el de Ridley Scott); también hay versiones actualizadas del Flautista de Hamelin y referencias a novelas clásicas de ciencia ficción, aunque quizás uno de los mayores aciertos sea la inclusión del Eternauta, ícono del cómic sudamericano en general y del argentino en particular.
Juan Giménez, un artista extraordinario y de enorme talento, se encarga de dar vida a un guión intenso y complejo. Giménez tiene la prodigiosa capacidad de retratar de manera totalmente realista tanto el entorno citadino como los escenarios más delirantes y alienígenas. Con un trazo fino, preciso y preciosista, Giménez añade un insospechado nivel de detalles a cada una de sus viñetas, a la vez que equilibra con envidiable armonía y gracia el juego de luces y sombras de esta estupenda obra a blanco y negro. Con un dominio absoluto de las perspectivas, Giménez nos hace viajar por cada rincón y por cada barrio de esta ciudad; sus imágenes, de un innegable impacto visual, son reforzadas por sus audaces composiciones de paneles y por su enfoque único (digno del mejor cineasta), que jamás utiliza planos simples o ángulos predecibles. “Ciudad” es, sin dudas, la mejor colaboración de estos dos grandes maestros del noveno arte.



Crítica de Ciudad por BDVigo
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