Batman: Condenado # 2, de Brian Azzarello y Lee Bermejo
El Joker está muerto. ¿O no? En el segundo número de esta impresionante y también controvertida miniserie dirigida a lectores adultos, Batman continúa trabajando junto a John Constantine y Deadman para desentrañar el misterio detrás de la muerte de su archienemigo. Sin embargo, en el proceso también se ve obligado a enfrentar su propio pasado. Y revivir experiencias largo tiempo enterradas.
Algo que me parece especialmente audaz en la versión de Batman de Azzarello es la forma en que estamos al tanto de los secretos de la familia Wayne. Esto es, de hecho, “una infancia mucho menos idílica de la que se retrata con frecuencia”, como explica Rich Johnston. Y estoy totalmente de acuerdo con él. Los escritores de Batman a menudo nos han ofrecido una visión del pasado que quizás parecía demasiado buena para ser verdad: padres cariñosos y amables, una infancia feliz, una ciudad Gotham que aún no está plagada de delitos o corrupción.
Sin embargo, en Batman: Damned, Azzarello juega con la noción algo melodramática de que los ricos también lloran. Después de todo, uno podría preguntarse, ¿tener millones de dólares garantiza la felicidad? ¿O, por el contrario, ser millonario significa estar constantemente preocupados por la posibilidad de la pérdida? Lo que vemos aquí son los conflictos entre Martha y Thomas Wayne. Lee Bermejo diseña una de las versiones más majestuosas de la mansión Wayne, y en una magnífica escena que ocurre en el pasado, vemos a Bruce Wayne disfrazado del Llanero Solitario. Pero Thomas Wayne no le presta atención a su hijo, debido a su altercado con Martha.
¿Thomas Wayne fue siempre el noble y bondadoso filántropo que hemos visto en todos los cómics de Batman? ¿O también tenía pies de barro? ¿La pareja gritaba constantemente, amenazando con el divorcio? Porque eso es exactamente lo que vemos en algunas de las páginas más dramáticas de este ejemplar, maravillosamente ilustradas por Bermejo.
Todos los lectores saben que Batman nunca usa armas de fuego porque sus padres fueron asesinados con una pistola. Sin embargo, Azzarello sugiere una explicación menos espectacular. Frustrado debido a la constante disputa entre sus padres, el joven Bruce no puede entender lo que está pasando y, debido a su inmadurez, inmediatamente culpa a su madre e intenta dispararle con su revólver de Llanero Solitario. Martha le hace prometer a Bruce que “nunca apuntará con un arma a nadie”, y esa es una promesa que Bruce mantendrá como Batman.
Cuando Martha lleva a Bruce a una reunión que tiene con un detective privado, finalmente puede responder a la pregunta que la atormentaba: ¿Thomas le está siendo infiel? Y después de ver las fotografías proporcionadas por el detective, no hay palabras necesarias para explicar sus lágrimas. Bermejo intensifica la tensión dramática con dos magníficas viñetas silenciosss en las que los movimientos de Martha son más que suficientes para transmitir sus emociones.
Bermejo establece una conexión visual entre el fuego de un encendedor y el incendio de un edificio, un incendio del cual Batman necesita ser rescatado por el Demonio Etrigan. Debilitado, herido y agotado, el Caballero Oscuro es una presa fácil para una Harley Quinn enfurecida, que decide desabotonar los pantalones de Batman, en una escena de seducción muy agresiva. El tercer ejemplar será el último y, personalmente, no puedo esperar a ver cuál es el desenlace de la miniserie.