Azrael / Ash, de Dennis O’Neil y Joe Quesada
Hoy en día los personajes de los cómics aparecen constantemente en todas partes: dibujos animados, series de televisión, películas, etc. Ciertos superhéroes han alcanzado una popularidad que nadie podría haber soñado hace una década. Pero por cada serie o película que retrata a docenas de personajes, todavía quedan cientos en la oscuridad.
Entonces, ¿qué ocurre con los héroes olvidados que tuvieron la desgracia de ser populares años antes de que las producciones de Marvel se convirtieran en un éxito? Lo que sucede es bastante simple: hablamos de ellos, y recordamos por qué fueron importantes para nosotros hace años. A principios de los 90s, el legendario escritor Dennis O’Neil y el futuro editor en jefe de Marvel Joe Quesada fueron el equipo creativo detrás de Azrael, un héroe que se hizo tan popular que llegó a tener colección propia.
Por mucho que me gustaría ser objetivo, no recuerdo por qué Azrael era tan importante para mí, tal vez fue porque disfrutaba mucho con el arte de Quesada, o simplemente porque mi padre me regaló la miniserie original. Al final, sin embargo, no importa cuánta nostalgia o estética haya de por medio, lo que más importa es que, muchos años después, todavía estoy interesado en este héroe, y en muchos otros, que por una razón u otra nunca llegaron a la gran pantalla.
En 1997 DC y la desaparecida editorial Event Comics trabajaron juntos para producir Azrael / Ash, un one-shot especial que reunió al equipo creativo original de Azrael (O’Neil y Quesada), y también a la propia creación de Quesada, Ash. A diferencia de otros crossovers intercompañía, estos dos jóvenes héroes eran en realidad una pareja perfecta: desde su apariencia física hasta sus habilidades especiales, y su conexión única con el fuego, todo fue propicio para una primera reunión memorable.
En sólo 48 páginas, O’Neil crea suspenso, presenta una amenaza misteriosa y resalta las similitudes entre Ash, un superhéroe con la capacidad de controlar el fuego, y Azrael, un superhéroe que usa dagas flamígeras. Los dos principales adversarios también poseen poderes relacionados con el fuego. Sin embargo, la fortaleza narrativa de O’Neil se basa en la forma en que él desarrolla los alter egos de Ash y Azrael, Ashley Quinn y Jean Paul Valley son dos jóvenes, que apenas han dejado atrás la adolescencia, que aún tratan de descubrir sus identidades, así como sus roles como superhéroes. Para Ashley Quinn, usar sus poderes es una práctica intoxicante que “envía oleadas de placer a través de él: una experiencia abrumadoramente sensual”; para Jean Paul Valley, por el contrario, el acto de convertirse en Azrael es desagradable: “él lo odia, porque incluso si aquello le confiere habilidades sobrehumanas, pierde su identidad en el proceso”.
Finalmente, los lápices de Joe Quesada y las tintas de Jimmy Palmiotti son la combinación ideal. Quesada ya era un ilustrador extraordinario en los 90s, y el movimiento y el dinamismo de sus composiciones también están acompañados por una vitalidad que se integra perfectamente a la exuberancia juvenil de los dos protagonistas. A veces es difícil creer que, antes de quedar atrapado detrás de un escritorio, muchos años antes de convertirse en editor en jefe, Quesada era el tipo de artista que habría podido inspirar a toda una generación, si hubiera elegido permanecer como artista en vez de ser seducido por las ventajas de estar en una posición de poder dentro de la industria.


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