The Avengers: Equal Opportunities, de David Michelinie y John Byrne
Las historias de superhéroes están ligadas a la autoridad. De un modo u otro, un superhéroe representa la ley, y aunque no tenga ninguna jurisdicción formal sobre su ciudad, igual puede aprehender a los malhechores, tanto humanos como sobrehumanos. Sin embargo, todos los héroes deben responder a una autoridad superior, por lo que, incluso en los cómics más antiguos que he leído de los 40s o 50s, el trabajo de un vigilante enmascarado termina tan pronto como ha capturado a su enemigo. Después de eso, el adversario queda en manos del departamento de policía o de cualquier agencia de la ley del mundo ficticio.
Los Vengadores, por supuesto, deben seguir ciertos procedimientos y cumplir con las directrices de las autoridades. Sin embargo, ¿en qué momento las reglas se convierte en un obstáculo para los héroes más poderosos de la Tierra? David Michelinie decidió responder a esta pregunta en “Sobre el asunto de los héroes” (publicado originalmente en The Avengers # 181, marzo de 1979). Henry Peter Gyrich, el agente de enlace del gobierno, comienza a actuar más como un dictador que como un funcionario administrativo. Antes de conceder a los Vengadores la autorización de seguridad especial que necesitan para operar dentro y fuera de los Estados Unidos, Gyrich los obliga a tener sólo 7 miembros activos. Y para el disgusto de Iron Man, él también decide quién permanece en el equipo y quién se va. Ciertamente, George Pérez entiende la relevancia de esta discusión en la extraordinaria portada (incluso años antes de las Crisis en Tierras Infinitas, Pérez tenía la extraña habilidad de balancear docenas de personajes en una sola página, dotando a cada uno de ellos de una personalidad única y rasgos distintivos).
En su guión, Michelinie también introduce un componente racial que era bastante polémico en ese momento: “Si los Vengadores van a ser sancionados por el gobierno, tendrán que adherirse a las políticas gubernamentales – incluyendo igualdad de oportunidades para las minorías”, explica Gyrich. Hay un acalorado debate entre los héroes, porque los criterios para elegir a un Vengador deben basarse únicamente en las habilidades y méritos de cualquier individuo, y no en su raza, lugar de origen o religión. Este es un tema fascinante que sería desarrollado por escritores como Kurt Busiek durante su etapa en Avengers a finales de los 90s.
Basta decir que apenas puedo imaginar lo impactante que este argumento debe haber sido para los lectores en 1979. Así que la nueva lista oficial de Vengadores está compuesta por Iron Man, the Vision, Captain America, Scarlet Witch, Beast, Wasp y Falcon. Aunque al principio Falcon es reacio a aceptar su puesto como Vengador, eventualmente Steve Rogers lo persuade para que se una al equipo en “Honrad a vuestro padre” (The Avengers # 182, abril de 1979). “¡He demostrado que soy un superhéroe! No me gusta que me hayan elegido para llenar una cuota”, explica Sam Wilson. Y aunque se eleva por los cielos como Falcon, ahora se siente incómodo por ser convocado sólo a causa de su raza.
El héroe afroamericano no es el único que tiene dificultades. En las páginas de los Vengadores, presenciamos algunos de los problemas personales de Iron Man. Su alcoholismo está fuera de control y, en algunas interesantes viñetas, vemos a Tony Stark más preocupado por su próximo martini que por asistir a una asamblea de los Vengadores. En ese momento, Michelinie también estaba escribiendo una de las más inquietantes, desgarradoras y memorables sagas de Iron Man jamás publicadas: “The Demon in a Bottle”. Así que es muy interesante observar cómo Tony Stark muestra signos de adicción en las páginas de los Vengadores antes de que las cosas se salgan de control en su propio título.
Michelinie realmente sobresale en la introducción de problemas reales en las vidas de este grupo de superhéroes. Estoy seguro de que algunos fans prefieren celebrar la pelea entre los Vengadores y el Hombre Absorbente, que tiene lugar en “El formidable regreso de Crusher Creel” (The Avengers # 183, mayo de 1979) y “Muerte en el Hudson” (The Avengers # 184, junio de 1979). Personalmente, me siento mucho más conectado con la historia gracias a detalles como ver a Clint Barton (Hawkeye) sin dinero. Después de ser expulsado como Vengador por órdenes de Henry Peter Gyrich, el arquero termina en un bar destartalado, cerca de los muelles, que es el único lugar lo suficientemente barato (incluso hay una escena en la que podemos ver a Clint contando cuántas monedas tiene en su billetera); de hecho, cuando el Hombre Absorbente aparece, Clint encuentra un teléfono público pero desafortunadamente no le alcanza la plata para llamar a los Vengadores. Cosas como esta realmente hacen que la historia resuene, y en general dan más autenticidad a este grupo de personajes.
Finalmente, en “La búsqueda del ayer” (The Avengers # 185, julio de 1979), Scarlet Witch y Quicksilver viajan a Europa del Este para encontrar más información sobre su pasado. Como de costumbre, Michelinie encuentra el equilibrio adecuado entre las amenazas globales y los supervillanos, sin olvidar el aspecto más importante de los héroes: su vida privada. John Byrne hace un trabajo excelente con sus lápices en todos estos números; sin embargo, el cambio constante de entintadores crea una cierta sensación de inestabilidad y no hay suficiente cohesión visual. Por ejemplo, Gene Day es un buen complemento para Byrne, pero eso no es necesariamente el caso con Klaus Janson (cuyo enfoque crudo y visceral contradice las composiciones armónicas y las líneas pulidas de Byrne). Dan Green también es un poco irregular cuando se trata de entintar. Por supuesto, entintadores como Terry Austin son el socio artístico ideal para Byrne, lamentablemente Austin está aquí solamente en un número. Con la excepción de la portada del # 182 (realizada por Al Milgrom), todas las demás están ilustradas por el legendario George Pérez (asistido por el entintador Terry Austin); estas son imágenes hermosas y potentes, los diseños atrevidos de Pérez y su atención por los detalles agregan un sabor muy especial a estas portadas tan atractivas visualmente.