[Crítica] Por el Imperio I: El Honor, de Bastien Vivès y Merwan Chabane
Por el Imperio I: El Honor
Autores: Bastien Vivès y Merwan Chabane.
Color: Sandra Desmazières
Diabólo Ediciones. 2010.
Precio: 15,95 euros.
Últimamente, son varios los títulos que van llegando desde el mercado francés del género “peplum“. Con una desigual calidad, nombres como “Murena” de Jean Dufaux o el reciente “Aguilas de Roma” de Marini se van haciendo un hueco en el siempre difícil mercado nacional. El último en llegar al género es el primer volumen de “Por el Imperio”, una miniserie de tres volúmenes con guión y dibujo de Bastien Vivés (“El gusto del cloro”, “En mis ojos“) y Merwan de la mano de Diábolo Ediciones.
La historia se ubica en el máximo momento de esplendor del Imperio Romano (posiblemente durante el gobierno de Trajano -98-117 d. C-) y tiene como protagonistas a un grupo de elite del ejercito que recibe la misión de explorar y conquistar más allá de las fronteras establecidas en el Imperio. Lo que en principio parece un aventura que promete prestigio y riqueza, pronto se convierte en una lucha con la austeridad del paisaje, la ausencia de civilización y la presencia de enemigos que no combaten pero, como si fueran fantasmas, se mantienen siempre al acecho.
En un primer álbum que sienta las bases de la historia respecto a la presentación de personajes y su ubicación en el entorno, Bastien Vives y Merwan dividen el álbum en dos partes diferenciadas: la primera, caracterizada por la acción y el dinamismo que ofrece plasmar el campo de batalla y grandes masas en combate. La segunda, creado el grupo y con un objetivo en mente, es un viaje en el predomina la calma, los diálogos y la búsqueda psicológica de los personajes (primeras dudas, impaciencia, sed de conquista, etc..). La transición narrativa entre entre cada una de las partes se realiza de manera casi imperceptible, dominando magistralmente el ritmo.
Uno de los aspectos más destacados del cómic es, sin duda, el apartado visual. Con una estructura de entre 6 y 10 viñetas por página, los autores plasman su personalidad propia por medio de un estilo lineal en el que los personajes se trazan con muy poquitas líneas, mostrando los rasgos característicos de cada uno y dejando sin trazar el resto que los hace similares. En las viñetas una fina línea contornea los detalles imprescindibles para la narración de la historia siendo más acusada en las escenas de calma y más difusa en las de acción, donde la “masa” forma los planos y los detalles se pierden porque carecen de importancia.
A todo ello, le acompaña un magnífico e inteligente uso del color por parte de Sandra Desmazières, con un predominio de rojos, ocres y tonos pastel en fondos abstractos pero nunca planos. La tonalidad varia en función del momento del día pero, sobre todo, en lo que la historia requiere. Así, en los momentos de mayor lucha son los negros y tonos rojizos los que predominan, aclarándose y siendo más planos en las largas travesías por el desierto de los protagonistas.
En conjunto, nos encontramos ante un notable cómic que sienta las bases para el “nudo” de la historia que se desarrollará en el segundo volumen, con un estilo visual excelente y en el que las 56 páginas se quedan muy cortas. Esperemos que la segunda parte de la historia no decepcione.

