Wolverine Origins, un recorrido por las últimas aventuras de Lobezno

Desde su creación en 1974, la característica más llamativa de Lobezno no eran sus garras, sus poderes o su bestialidad, sino la ausencia de memoria sobre su pasado. Este vacío mental ha sido siempre, para los guionistas del personaje, un campo sin vallar en el que poder incrustar y relatar distintas situaciones.

Ahora que está llegando a su fin en España la serie Wolverine Origins, vamos a hacer un LAAAARGO repaso por lo que ha sido la colección en sí, pero comenzando por un recordatorio de lo que sabíamos de Logan hasta el inicio de la segunda cabecera del garras. Lobezno hace su aparición estelar en el mundo de los cómics en una serie que no pertenece al subuniverso mutante, la del Increible Hulk. Sus creadores, Len Wein, Herb Trimpe y John Romita (diseñador del uniforme) crearon a un ser felino que aparece en medio de una batalla entre el monstruo esmeralda y el Wendigo (Incredible Hulk v.2 #180-181), pero cuando Len es nombrado revitalizador de la serie Uncanny X-Men, no duda en hacerlo formar parte en la alineación del nuevo grupo de Patrulla X.

Durante su estancia en la serie madre (Uncanny X-Men) fueron apareciendo pinceladas de su vida pasada, dando a entender que había mucha oscuridad en sus años precedentes al ingreso en la Patrulla. Y aquí aparecieron (por ejemplo) Alpha Flight y el Departamento H con sus agentes canadienses. Poco después, Chris Claremont y Frank Miller nos mostraron su pasado samurai en la primera miniserie que protagonizó (“Honor” 1982), y, nueve años después, Barry Winsord-Smith desveló los entresijos secretos del gobierno y como llegó el adamantium a sus huesos (“Weapon X” 1991).

Todo esto aderezado con algunos datos sueltos vistos en su serie regular (desde 1988 hasta 1995) como su primer amor (Silver Fox), su tortuosa relación con Víctor Creed (Sabretooth) y los lavados cerebrales que sufrió por parte del proyecto Arma-X, así como su participación en la Segunda Guerra Mundial, junto al Capitán América, descubriendo así su extraña longevidad (achacada a su factor mutante curativo).

Pero no es hasta 2001 que Paul Jenkins se atreve a definir un principio a la historia de Logan. Fue la miniserie de seis números “Origin”, y en ella descubrimos su nombre completo (James Howlett), el porqué de su segundo nombre “Logan” y el origen de su familia y sus poderes, a finales del siglo XIX. Decir que la serie fue fantástica es quedarse muuuuy corto. No obstante, seguía siendo un misterio lo sucedido en la vida de Logan desde su huida del hogar hasta la 2ª Guerra Mundial. Y seguían componiéndose historias, con Lobezno de protagonista, en distintas situaciones y fechas.

Pero Marvel inició una miniserie, llamada a convulsionar su universo mutante: “Dinastía de M”. En ella, Wanda Maximoff decidió crear una realidad donde los mutantes fuesen mayoría dominante, para evitar todo el sufrimiento que había padecido en su vida. Y cuando decide dar marcha atrás, eliminando los poderes de todo mutante en la Tierra (salvo unos pocos cientos), hizo que Logan recordase TODO SU PASADO.

Es entonces cuando Marvel decide organizar ese pasado, y le confieren los poderes al guionista DANIEL WAY, el cual comienza su andadura por los años perdidos de Logan con una saga dentro de la serie regular, de título reminiscente: “Wolverine: Origins & endings” (Wolverine v.3 #36-40; Panini Lobezno 11-12-13).

En estos cinco números, Logan decide salir al mundo en busca de venganza por todo el daño y las manipulaciones sufridas, y Way nos presenta a nuevos secundarios que darán que hablar, como la esposa que nunca supimos que tuvo (Itsu), siendo, además, testigos de su asesinato (tanto el de ella como el de su hijo nonato). Conocemos también al creador de la única espada que puede matarlo, Muramasa, y vemos a otro secundario que va a ser recurrente en la incipiente segunda cabecera del garras, Silver Samurai, hermanastro de su amada Mariko.

Desde un primer momento, el autor quiere hilvanar todas las situaciones vividas en un único tejido, para no diversificar mucho en situaciones, y decide ir mostrando poco a poco sus intenciones. Volvemos a ver los mismos escenarios ya conocidos del Departamento H, del proyecto Arma-X, Madripur y sus amores perdidos, mientras descubre quien asesinó a su mujer e hijo: El Soldado de Invierno, Bucky Barnes.

Al final, el asesino es redimido (sin saber quién le daba las órdenes) y Logan consigue la espada Muramasa, de manos de su creador. Se ha sembrado el punto de partida para la venganza, y para la nueva serie de Lobezno: “Wolverine Origins”, cuyo leif motiv va a ser la búsqueda del culpable en las sombras, alguien a quien todos han obedecido para hacer de la vida de Logan el calvario que conocemos, y al que descubriremos en las páginas de la serie primigenia (creación de Jeph Loeb, pero que a Way le viene al pelo para sus propósitos).

Daniel Way recluta a Steve Dillon para la nueva serie regular. Un dibujante bastante limpio, pero con cierta falta de dinámica en sus composiciones. Se agradece, por una parte, que no tengamos un dibujo farragoso o barroco, ya que las tramas se van a ir desarrollando con cierta lentitud, aunque, por otro lado, las buenas intenciones naufragan hacia el ecuador de la misma, cuando comienza el baile de dibujantes.

Way va a aprovechar todo lo escrito sobre el canadiense para organizar una especie de año uno cronológico en forma de flashback (salpicado de esa retrocontinuidad que ahora gusta tanto a los autores), mientras la trama principal avanza a paso de tortuga.

El primer arco argumental lleva por título “Nacido en sangre” (W.O. #1-5, Panini Lobezno 15-16-17), y aunque parece indicar que se refiere al protagonista, no es así. Logan comienza la búsqueda de personas que le han jorobado la vida, empezando por agentes ocultos en la propia Casablanca, y, mientras Dum Dum Dugan es el encargado de perseguirlo y capturarlo (siempre dos pasos por detrás de Lobezno), comienzan a aparecer elementos vistos anteriormente, como son los SHIVA (robots encargados de eliminar a los Arma-X), o NUKE (el soldado de la cara de bandera del Daredevil de Miller). Antes del enfrentamiento con éste último, vemos como fue su relación con él en Vietnam (retrocon), revelando el lado más oscuro de Logan, cumpliendo las misiones que le encargaban desde el gobierno, entre lavado y lavado de cerebro; o bien como influyó en la formación del carácter de Frank Simpson (Nuke) cuando éste era aún un niño (otra retrocon).

Por supuesto, habiendo un supersoldado de por medio, no podía faltar “El Supersoldado”. De manera que Emma Frost, Cíclope y el Capitán América son los otros secundarios que intentan frenar a Logan. Pero lo más impactante de este primer arco es el descubrimiento de que el hijo de Itsu sobrevivió al asesinato, y que fue recogido por alguien del que pronto sabremos más. Al final, tras la lucha, Logan le pide a Scott Summers que sea el guardián del único arma que le puede matar, la espada Muramasa.

El segundo arco argumental (“Salvador” W.O. #6-10; Panini Lobezno 24-25-26) comienza con Logan intentando encontrar a un viejo amigo, Maverick, ya que éste posee el único sintetizador de CARBONADIUM, una sustancia que anula su factor de curación, pero que no se encuentra de forma natural.

Viejos conocidos aparecen en esta saga, como son el propio Maverick, Rojo Omega (contra el que habrá de luchar, pues ambos persiguen lo mismo, el sintetizador) y Júbilo, mutante venida a menos desde el Día M, la cual será víctima propiciatoria de la historia.

En retrocon conocemos como el Carbonadium fue experimentado en su cuerpo (desde el proyecto Arma-X), así como el sistema de lavado de cerebro que se utilizaba con Logan. También conocemos el momento en el que redescubre sus garras (antes del Adamantium, en los sesenta). Omega rapta a Júbilo para conseguir lo que quiere, y la huida les lleva hasta Berlín. Allí se encontrará con Natalia Romanova, la VIUDA NEGRA, con la cual (nuevamente en retrocon) compartió pasado, siendo él su primer instructor en el arte de la defensa. Debido a favores que le debía, ella entrega a Rojo Omega a Dugan, el cual cree que va a capturar a Lobezno.

El final de este arco lo completa la captura de Lobezno por Dugan (se entrega para que puedan salvar la vida de una Júbilo empalada) y la aparición estelar de DAKEN, su hijo. Éste ha llegado hasta su padre para mostrarle el odio que siente por él, aseverando que: “El me dijo la verdad. Eres débil. Volveremos a vernos”. ¿Quién es “él”? Este es el objetivo de Daniel Way, hacer que todo lo que ha sufrido Logan en su vida haya sido provocado por un único enemigo en las sombras, y es la subtrama que planea por la serie en todo momento.

El tercer arco (“Rápido y terrible” W.O. #11-15; Panini Lobezno 26-27-28) es escenario para conocer un poco el modus operandi de Daken, pero también para la entrada en escena de otro viejo conocido de Logan, CYBER (villano que apareció en Marvel Comics Presents 85-92, 1991, el cual era un mutante mejorado tecnológicamente y de longevidad extrema, y que supuestamente murió en Wolverine v.2#96, 1995, a manos de Génesis).

Nuevo flashback, donde vemos a Cyber, como sargento de instrucción de Logan en el ejercito, para asegurar al lector que se odian bastante. El caso es que Lobezno se dirige a Bruselas, en busca del verdadero sintetizador de Carbonadium (el de la saga anterior era un señuelo creado por la Viuda Negra), y allí se enfrenta a Daken, el cual lo ha seguido. En medio de la lucha paterno filial, aparece un nuevo Cyber (se ha metido en el cuerpo de un gigante hipermusculado y mentalmente débil).

Logan, tras ser vapuleado por su hijo, ahora ha de salvarlo de Cyber. Cuando lo consigue, Daken se va, en la espera de acabar lo empezado. Y Cyber (en retrocon) cuenta como Dientes de Sable le reclutó en 1912 para un señor llamado HUDSON, curiosa coincidencia omnipresente en la vida de Lobezno, ya que sus mejores amigos (James y Heather de Alpha Flight) y la compañía de la bahía llevan el mismo apellido. Este Hudson fue el que puso como instructor de Logan a Cyber, y el que hizo que asesinaran a Janet (otra de las mujeres en la vida de Logan).

Al final, el sintetizador de Carbonadium es utilizado por el Chapucero para instalarle a Cyber un marcapasos venenoso (el cuerpo del hipermusculado tiene problemas cardiacos). Y Logan tira el sintetizador al río, condenando a su oponente. En el epílogo, Bucky recoge tres balas de una taquilla con una nota de Logan: “Ya te haré saber quién y cuándo”.

Llegados a este punto, suceden los hechos narrados en el tomo “Evolución” (Jeph Loeb y Simone Bianchi. Wolverine v.3 #50-55), en el que se saldan las cuentas entre Dientes de Sable y Lobezno de manera PERMANENTE. Y es en esta saga donde sale a relucir por primera vez el nombre del villano en las sombras, del que parece que ha sido el manipulador supremo en la historia de Logan. Su nombre: RÓMULO.

Volviendo a a serie en cuestión, entra también en este by-pass el annual 1 de la colección (Panini Lobezno 32), donde volvemos a encontrarnos con Seraph, una novia de baja estatura de Madripur, que apareció en Uncanny X-Men #268 y en Wolverine v.2 #126, y a la que vemos en una nueva retrocon obedeciendo órdenes para manipular a Logan. Y en su tumba, al final del episodio, volvemos a encontrar escrito un nombre: ROMULUS.

Tras este lapsus en la narración, continua la serie con otro arco de cinco número titulado “Nuestra Guerra” (W.O. #16-20; Panini Lobezno 32-33-34), un arco que sirve para ahondar en la relación entre Logan y el Capitán América, aprovechando que éste último acaba de ser asesinado (epílogo de la Civil War).

Toda la retrocon está situada en la Segunda Guerra Mundial, y aderezada con los secundarios habituales de esta época: Nick Furia, Bucky, el Baron Strucker y Seraph. Es una saga interesante, pero que solo sirve para mostrar la relación entre el futuro soldado de invierno y nuestro protagonista.

La misma, termina con un epílogo que deja abierta la siguiente saga. Alguien en las sombras ha contratado a DEADPOOL para que mate a Logan.

Si la anterior saga tan solo nos sirve para ver nuevamente al Capitán América en acción, vivito y coleando, la siguiente es una aventura de Deadpool en toda regla, donde vemos diálogos divertidos, mutilaciones, sangre y persecuciones por doquier.

Es la saga que sirve de despedida de la serie al dibujante, Steve Dillon, y en ella lo único que resaltaremos que todo lo sucedido en los 5 números ha sido un plan ideado por el propio Logan para poder atrapar a Daken, el cual cae abatido por una de las balas de carbonadium de Bucky. Por supuesto, los amantes del mercenario bocazas quedan más que satisfechos por el tratamiento del personaje, trayendo a colación al Masacre más entretenido y sangriento del que hacía mucho tiempo que no se sabía.

Los siguientes dos números (W.O. #26-27; Panini Lobezno 41) narran una aventura en la que el padre quiere acercarse a un hijo que no recuerda su pasado, para intentar evitar que se convierta en lo que él es. Stephen Segovia es quien dibuja la saga “Hijo de X” de forma transitoria, mientras llega otro artista a la colección.

Presenciamos en estos dos números el origen de Daken; como Rómulo lo rescata del seno de su madre muerta y lo entrega a otra familia para que lo críe, mientras él (desde las sombras) vigila cada paso del niño, intentando crear un arma que le sirva para destruir a Lobezno o convertirlo en el asesino máximo.

Una historia dramática, en la que también vemos como Rómulo es el asesino de Hudson, el cual ha dejado embarazada a su secretaria MacDonald, y como manipula también a Silas Burr, convirtiéndolo en Cyber.
Y llegamos así al crossover entre X-Men y Wolverine Origins denominado “Pecado Original” (X-Men #216-218 W.O. #28-30; Panini X-Men Legado 43-45). Xavier, desde su final en Complejo de Mesías, anda buscando completar su fracturada mente, mientras que Lobezno necesita que el Profesor haga con su hijo lo que hizo con él.

Y es que Way cambia un poco las cosas (otra vez en retrocon) de como las conocíamos, ya que Lobezno no es encontrado por casualidad, ni por la tenacidad de Xaviers.

Los poderes en las sombras determinan que Logan ataque a Hulk (Hulk 180-181) para que el mutante telépata se fije en él, siendo el plan original que Logan matase al Profesor.
Mientras él busca ayuda para su hijo, Daken es localizado por Sebastian Shaw y Claudine “Siniestro” Renko, los cuales quieren usarlo como arma para recuperar el control del Club del Fuego Infernal.
Uno de los datos descubiertos en la saga es que Xaviers manipuló la mente de Lobezno para poderlo convertir en X-Men, y es que se han empeñado en convertir al buen profesor en un ser peor de lo que fue el propio Magneto.

La saga está dibujada por Mike Deodato Jr. (Origin) y Scott Eaton (Legacy), siendo estilos tan contrapuestos que no ayudan mucho al seguimiento de la misma. De todas formas, vemos como Daken consigue rescatar sus verdaderos recuerdos y “ver”, gracias a Xaviers, la verdad del asesinato de su madre y quien es el culpable de todo lo malo que ha pasado en su vida y en la de su padre.

Llegados a este punto, la serie empieza a languidecer. Se hace larga y un poco pesada, ya que no hacemos sino dar vueltas sobre lo mismo sin llegar a ninguna conclusión, estirando una y otra vez la aparición de Rómulo. Y el baile de dibujantes no ayuda en nada a seguirla con interés.

Nuevo saga de dos números (“Negocios Familiares”, W.O. #31-32; Panini Lobezno 50), en la que Daken traiciona a su padre para asociarse con Cyber e intentar localizar a Rómulo para vengarse, dibujada por Yanick Paquette. Al final, Cyber es sacrificado y Lobezno debe buscar ayuda… en Nick Furia. Los siguientes números quedan incluidos en el entorno del Reinado Oscuro, donde Daken ya ha sido reclutado por Norman Osborn para sustituir a su padre en la nueva formación de Vengadores Oscuros.

“Arma XI” (W.O. #33-36; Panini Lobezno 51-52) está dibujada por Doug Braithwaite y Bill Reinhold, y es la mejor saga de toda la serie. En ella, Furia le cuenta a Logan cual es el denominador común en su vida. Y es que la Compañía Hudson Bay, Hudson (dirigente del campamento de Cyber) y James Hudson (Alpha Flight) tienen lazos de unión a través de Elisabeth Hudson, la madre de Logan. Furia le cuenta también como Rómulo los asesinó a todos. Pero el legado Hudson continuó, ya que el Profesor de Arma X era Truett Hudson, nieto del Hudson de la Compañía y de Caitlyn McDonald (su secretaria), y hermano de James Hudson, al que hay que añadir un tercer hermano, Víctor Hudson, nacido ciego y mudo, del que no se sabe nada.

Un ejercicio de continuidad muy bien hilvanado, aunque para llegar a él hayamos tenido que esperar casi tres años ¡¡¡Y EXPLICADO EN NUEVE PÁGINAS!!!

El resto de la saga es el intento exitoso de que Daken consiga la espada Muramasa para que su metal sea fundido y utilizado para recubrir sus garras, convirtiéndose en el arma que podría destruir a Lobezno. Y es el Chapucero quien consigue hacerlo (pero tan solo con las garras que salen de sus muñecas, ya que Daken tan solo consigue un fragmento de la espada).

Romulus (W.O. #37-40; Panini Lobezno 55-56) es la saga en la que por fín vemos el rostro del villano. Victor Hudson (el niño ciego mudo), el cual está al servicio de Rómulo, es el encargado de conducir a Logan hacia la trampa. Una vez allí se enfrenta a los otros villanos secundarios de la trama. Y es que tras eliminar a Nuke, Cyber, a Rojo Omega y a Chico Salvaje (éstos dos últimos en esta saga), tan solo quedan dos aspirantes al trono de Rómulo: Daken y Logan.

Pero nuestro protagonista no quiere dejar que el villano se salga con la suya, y se enfrenta a él en batalla épica, descubriendo que Rómulo no es inmortal, sino que tan solo envejece muy despacio (y sus garras son postizas). Al final, Rómulo deja inconsciente a Logan y le deja la espada, en espera de un último enfrentamiento final. (???)

Y con esto llegamos a la última saga publicada en España, “Siete, por las malas” (W.O. #41-45; Panini Lobezno 57-58), en la que Logan decide buscar aliados para su última batalla contra Rómulo, acudiéndo en primer lugar a Bruce Banner, el cual vive sin poderes gamma en compañía de su hijo Skaar. Luego recurre a Capa (el cual es parte de la nueva Patrulla de Scott). Con éste último se teleporta hasta el Samurai de Plata, el cual le enseña a manejar la espada Muramasa. La siguiente aliada es rubí, la mujer con cabeza redonda, roja y multiforme.

Con todos ellos quiere desconcertar a su enemigo, para que no sepa cual será el siguiente paso y sacarlo a la luz, pero el plan no es de Logan, sino de Masacre ¿Quién sino podría pensar un plan lo suficientemente desquiciado para mantener fuera de juego a Rómulo, el cual cree conocer todas las piezas de la partida?

Los últimos números de la serie (ya que finaliza en el número 50) ya se han publicado en U.S.A., con las dos últimas sagas “Lo que hago” y “El fin siempre está cerca”, pero el final de la serie parece dejar entreabierta la puerta y no cumplir con esa intención de Wolverine de “dejar el pasado atrás”.

La última saga (saldrá a la venta a partir de enero en la serie regular de Lobezno) es un cruce con la colección de Daken, y en ella, en lugar de acabar para siempre con Romulus (cosa que no iban a hacer en Marvel, visto lo rentable del invento y lo mucho que aún puede estirar el chicle), Logan opta por dejarlo encerrado en la Dimensión de la Fuerza Oscura, con lo que eso significa para posibles secuelas.

No es el final de Rómulo. Además, el final de la colección deja abierto un nuevo sendero a seguir, el de la propia salvación de Lobezno tras cumplir su ansiada venganza. A mi me ha parecido larga, y más que un “año cero” de Logan, ha sido un “Marvel Team Up Wolverine”, en donde se ha buscado contar historias compartidas con otros protagonistas (en retro continuidad), dejando caer, de vez en cuando, una pista de los planes de Rómulo, para así alargar la batalla contra el villano hasta la cincuentena de números.

Nada nuevo en este mundo de los cómics.

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