Secret Wars 2015: La desolación del lector
¡¡¡El universo Marvel tiembla y se tambalea!!!. Esta frase, que bien podría ser un reclamo para llamar la atención sobre la miniserie que afectará a todas las colecciones de dicha editorial, es más premonitoria y real de lo que parece.
Hace ya tiempo que empezamos a saber que se estaba preparando una nueva Secret War en Marvel, y que el evento iba a tener mucha importancia… Pero como los marvelitas estamos acostumbrados a este tipo de publicidad engañosa para cualquier evento veraniego, no le dimos suficiente credibilidad al asunto.
Ahora resulta que todo cambia.
Las imágenes que nos llegan de lo que será el Universo marveliano tras la saga mencionada no son muy halagüeñas, en tanto en cuanto a las aspiraciones de la mayoría de los lectores. Llegarán cabeceras de personajes que jamás pensaríamos que iban a tener serie propia; Los personajes de siempre no se parecerán en nada a la idea que todos tenemos de ellos; y, como consecuencia de todo ésto, lo que se consigue es la destrucción de la confianza del lector.
Quizás la edad nos haya convertido en seres más exigente de lo que debieramos, teniendo en cuenta que la lectura de cómics no deja de ser un entretenimiento… pero en los círculos internos de las librerías especializadas (que existen, tal y como sucede en los episodios de The Big Bang Theory, aunque a mucha gente le parezca mentira), los comentarios no son muy positivos.
Hace unos días me tope con lo que podríamos denominar como “Consumidor compulsivo de Marvel”, es decir, el comprador de cómics que justificaba muchas de las carencias del medio desde hace tiempo, por el hecho de refugiarse en nombres de personajes, trayectorias de colecciones o peso específico de los autores. Este buen amigo me comentaba que no iba a consumir prácticamente nada de los que se iba a publicar a partir de septiembre por parte de la editorial Panini (poseedora de los derechos de distribución Marvel en España y otros paises). Evidentemente, al estar viviendo la edad de oro de las reediciones, con los formatos Omnigold, Coleccionable Marvel Héroes y Marvel Limited Edition, este tipo de lector seguirá consumiendo cómics, aunque sean áquellos que se publicaron hace 40 ó 50 años.
La maniobra de esta serie me recuerda mucho a lo que ya realizó DC en los ochenta, con sus Crisis en Tierras Infinitas, por un lado, y en la década actual, con el reboot de sus series. Es decir, el evento servirá para poner un punto y aparte en todo lo que hemos conocido y discutido sobre la continuidad Marvel, para quedarse con los elementos más “cool” (según la dirección de la Casa de las Ideas) y montar un universo unificado con toda la amalgama de What if…? y universos paralelos que se han ido creando en estos últimos años. Personajes ultimates conviviendo con personajes de series limitadas (Miles Morales y el Viejo Logan, por poner un ejemplo) y formando equipo, al margen de ciertos cambios estéticos en los personajes de siempre (Thor seguirá siendo esa mujer que aún no se ha desvelado en España, pero que todo el mundo sabe quien es; El manto del Capitán América seguirá en los hombros de Sam Wilson; Peter Parker se transformará en Peter Stark, etc.)
El reinicio es tan contundente que la propia Marvel está publicando actualmente miniseries con el título de LAST DAYS OF… para dar cerrojazo de continuidad a personajes como La Viudad Negra o Punisher (por citar algunos). La idea no es volver atrás (aunque, mucho me temo que lo harán, por lo menos en algunos casos), sino dar tres pasos hacia adelante y liberar del lastre de miles de historias que conformaron a los personajes (la temida y odiada continuidad que tanta gloria le dio a Marvel en sus inicios) de cara a los nuevos lectores… si es que este especimen existe realmente, y no es, por el contrario, una leyenda urbana como el Chupacabras.
A todo este maremagnum de confusión e incertidumbre para el lector fiel “de toda la vida”, hay que sumar movimientos que no tendrían que tener que ver con la publicación ni el respeto de la idiosincrasia de los personajes, los cuales son, ni más ni menos, que los problemas de posesión de derechos cinematográficos de ciertos personajes icónicos de la Marvel, ya que al no poseer éstos sobre la Primera Familia (Los Cuatro Fantásticos) o los mutantes (X-Men, con Lobezno a la cabeza), son éstas las ausencias que más van a marcar esta nueva etapa (por lo menos, a priori), ya que (y voy a especular un poco) si no poseo los derechos, no voy a potenciar productos que generen merchandising a la competencia (SONY y FOX, p.e.), y de ahí que los Inhumanos se estén convirtiendo en los personajes omnipresentes en el universo Marvel, siendo sustituida en todas las tramas de los comics la mutación genética por la consecución de poderes debido a las nieblas terrígenas.
Y es que hemos topado con una inmensa máquina de hacer dinero. Los tiempos en los que las tiradas del cómic en papel generaban millones de dolares han pasado a la historia, eclipsados por los grandes taquillajes de las producciones cinematográficas. Los miles de millones que genera una sola película (Vengadores: La Era de Ultrón o Los Guardianes de la Galaxia) son cifras que Marvel tardaría años (y muchos) en generar con la venta de comic-books. Éste es el gran impulsor de la política que sufrimos los lectores de papel, la imposiblidad de luchar contra esta fábrica de billetes que ha supuesto la sección cinematográfica de Marvel. Y, nuevamente, Marvel se equivoca al dejar de lado la opinión del consumidor de papel que se ha mantenido a su lado durante más de cinco décadas. Por mucho que se empeñen, los millones de espectadores de las salas de cine no se convertirán en consumidores de cómics. Todo lo más, serán consumidores potenciales de merchandising. Y con éstos cambios, las ventas de la línea de cómics bajarán, y terminará por ser una línea inviable de mantener.
En resumen, el sentimiento que genera la llegada de esta reestructuración del Universo Marvel es un sentimiento peligroso. Por supuesto que habrá lectores que seguirán consumiendo, no lo pongo en duda, pero creo que La Casa de las Ideas ha perdido la capacidad de generar ilusión en los lectores de siempre, son respecto a personajes y/o colecciones. Y ésta es la sensación que subyace en muchos de nosotros.
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