Los Cuatro Fantásticos de Jack Kirby y Stan Lee (1ª parte)

Logo Fantastic FourEn 1961 Stan Lee y Jack Kirby sacudieron los cimientos del mundo del cómic con la aparición del número uno de la serie “Los Cuatro Fantásticos”, abriendo las puertas a un universo de dioses con pies de barro que perduran hasta nuestros días.

A priori, la colección más bien parecía una adaptación de otra serie ya existente (“Challengers of the Unknown”, publicada por DC desde 1957 y cuyos personajes fueron creados por el propio Kirby, entre otros autores), en la cual se respiraba aún el ambiente de aquellos cómics de ciencia ficción y monstruos que todavía lideraban las ventas. De hecho, el primer villano al que se enfrentan es una suerte de ser grotesco, con rasgos emocionales similares al Quasimodo de Victor Hugo (El Hombre Topo), el cual comanda o lidera a toda una suerte de monstruos nacidos en el subsuelo del planeta.

Challengers Unknown 01Sin embargo, la influencia de Lee hizo que esta agrupación fuese una familia en la que las tramas dividían su interés entre las amenazas a las que se enfrentaban y los problemas internos del grupo (el concepto de superhéroe no se completa hasta el tercer número, en el que por fín los vemos ataviados con el uniforme azul).

En los 102 números que realizaron Stan Lee y Jack Kirby se pueden diferenciar varias etapas:

La primera etapa la podríamos situar desde el año 1961 al 1965, (Fantastic Four #1 to 39, biblioteca Marvel Forum 01 a 03 y 1 a 3) y en ella podemos apreciar el trabajo de adaptación que van realizando los autores, transformando y adaptando las tendencias del público (el cual aún está imbuido por los relatos de ciencia ficción y monstruos) hacia un elenco de personajes secundarios, pero no menos importantes, que se van a convertir en el motor auxiliar de la serie.

Fantastic Four The hate monger 1Los Skrulls, Namor, Doctor Doom o The Puppet Master son personajes que van alternando sus apariciones (cada vez más frecuentemente) con otros villanos que tendrán poca o ninguna trascendencia, hijos de esa época, tales como el Hombre Milagro, Mr. Gideon, Kurrgo, el Infant Terrible o el Aborrecedor (fantasía del lado judío de Kirby, en la que convierte al dictador alemán Adolf Hitler en la identidad oculta del villano, haciéndole morder el polvo tal y como hizo con el legendario golpe de otro de los héroes Marvel al temido Führer en la portada del Captain America #1 de 1941).

Pero también se va dando forma a la cohesión del Universo Marvel, haciendo que los personajes de otras colecciones interactuen de forma cronológica en la serie (a modo de presentación), formando una red de acontecimientos ordenados que muchos fans hemos coincidido en denominar CONTINUIDAD. De esta forma, podemos ver a Hulk (FF #12), Ant-Man (FF #16), Los Vengadores (FF #26), Doctor Extraño (FF #27), Spider-man (FF annual #1) o X-Men (FF #28) en interacción con el cuarteto, creando una sensación de unión en ese universo de ficción que no se había vivido desde el encuentro de los Flash de Tierra 1 y Tierra 2.

Los entintados de Dick Ayers, George Bell o Chic Stone (que contribuyeron a empobrecer los lápices de Kirby) junto a las referencias contemporáneas, las fobias americanas de la época (los comunistas, sean rusos o chinos) y, todo ésto sumado a la herencia de extraterrestres más cómicos que amenazadores, han hecho que esta primera etapa de la colección haya soportado bastante mal el paso del tiempo, y se haya convertido en material para coleccionistas, nostálgicos o amantes de la serie. Incluso, la propia aparición de Uatu (el Vigilante, un personaje de mucho calado posterior) en el FF #13 queda eclipsada por la “felonía” del Fantasma Rojo y sus supersimios (intentad repetir el nombre del villano sin reiros).

No obstante podemos subrayar como destacable, las apariciones del archienemigo (Victor Von Doom), el cual rivaliza en inteligencia con el líder del grupo, creando maquinarias tan increíbles como la máquina del tiempo o el artilugio con el que intercambiará su cuerpo con el de Reed Richards (invenciones que serán usadas por muchos autores futuros en la serie); o el eterno dilema de la humanidad perdida de Ben Grimm, que desata, por un lado, un obsesivo frenesí por intentar curar la condición de su amigo por parte de Richards (complejo de culpabilidad) y la constante autocompasión de La Cosa, que divaga entre la emoción de ser uno de los seres más fuertes del mundo y la angustia de no volver a ser humano (complejo de victimismo).

Primer collage de Jack Kirby FF nº29También podemos resaltar los primeros intentos de introducir en las viñetas complicados montajes fotográficos realizados por Kirby, para transmitir al lector una sensación de ficción-realidad a la hora de plasmar las distintas naves y emplazamientos imaginados por el autor, intentando dar visos de credibilidad a los mundos inexplorados del espacio y a la propia narración de la historia, sensación de realidad ya conseguida por dos aspectos importantes: Uno, la propia existencia del cuarteto en New York y no en una ciudad imaginaria como hasta el momento (Gotham, Central City o Metropolis) y dos, por la aparición de personajes reales interactuando, tales como el presidente Kennedy (FF #17), Alfred Hitchcock (FF #9) o distintos artistas de cine (inclusive la propia participación de los autores en las últimas viñetas del annual #3, la boda de Reed y Susan)

Collage de Jack Kirby FF #39

Otro detalle interesante es ver la evolución de la maquinaria usada por el cuarteto, el cual en sus dos primeras aventuras usa instrumentos conocidos, tales como radares o pistolas, y se traslada a través de medios convencionales (aviones comerciales, vuelos militares, etc.) para luego, a partir del tercer número, dar entrada a toda una serie de artilugios de fabricación propia que comenzarían por el Fantasticar (FF #3) y que culminarían con la presentación y evolución del propio Edificio Baxter.

Todo un mundo de fantasía que estaba arraigando entre los lectores de la época, y que posibilitaron la mutación de la serie realmente en el “Cómic más grande del mundo” (The World’s Greatest Comic Magazine).