[Releído] Hellblazer, de Warren Ellis
Bueno, muchachos, la cosa se termina.
¿Cómo? ¿Ya? Pero si faltan aún un porrón de números…
Sip, pero ya sabéis que a veces se funciona por impulsos, y en cuanto terminé de releer a Warren Ellis y cogí el primer tomo de Brian Azzarello el recuerdo del mal sabor de boca que me produjo ésa etapa en su primera lectura salió del comic, se introdujo en mis dedos, recorrió mi brazo y llegó hasta el cerebro. Y éste dijo: “no, mejor no…” Así que le damos al botoncito de pausa en la relectura y ya la retomaremos en el futuro. Total, sólo queda Azzarello, Carey, Mina y la que actualmente están publicando de Diggle. Si eso una semana de éstas comenzamos por lunes y rellenamos semana con ésto.
Pero bueno, vamos a lo que vamos…
Warren Ellis decidió relocalizar a Constantine en Londres y desarrollar el submundo mágico que considera que tiene ésa ciudad. Así que tenemos nueva versión del amigo John, más urbanita y mágico que nunca.
La cosa arranca en una saga de seis números (#134 a #139) en la que Constantine se dedica a rastrear a un mago que se cargó a una de sus anteriores novias. No está mal, pero quizá peca un poco de alargamiento. Estos seis números podrían ser perfectamente la mitad, pero bueno…
Para cuando Ellis tenía listo el guión del número 141 en el que trataba el tema de unos crímenes en un instituto, resulta que DC le dijo que no sería demasiado conveniente publicarla, dada la cercanía de la masacre del instituto Columbine (más datos en el enlace). Así que se ejerció la censura, con el consiguiente mosqueo por parte del guionista que anunció que cogía sus bartulos y se largaba con viento fresco. De todas formas la historia es encontrable casi sin problemas por la web, aunque sin colorear. Por ejemplo se puede ver aquí.
Así que los números que quedan de Ellis resultan ser historias autoconclusivas dibujadas por un buen abanico de autores: Frank Teran, Tim Bradstreet, Javier Pulido y Marcelo Frusin. Es curioso que se finalice su etapa a base de historias autocontenidas en una sola grapa (y que me han gustado bastante, para qué negarlo) justo cuando la comenzaba haciendo un ejercicio de narrativa descomprimida.
De todas formas siempre quedará en el aire la duda de qué habría sido de Cosntantine si la censura no hubiese provocado la estampida del guionista de la serie. ¿Habría llegado a la cuarentena de números como los escritores anteriores?
Después de Ellis el croata Darco Macan se encargaría de un par de numeritos hasta la entrada en la serie de Brian Azzarello.
Bueno, pues ya está. Dejamos aquí a nuestro mago canalla descansar por una temporadita. ¿Y ahora? Pues mañana mismo lo sabréis…