[Releído] Hellblazer, de Azzarello
¿Cómo? ¿Pero no habíamos quedado en que ésto no iba a salir?
Ya, pero al final hice de tripas corazón y me dió por quitarme a Azzarello del medio. Cuando las cosas no te agradan cuanto antes las hagas mejor. Lo que sí que es ya de fijo es posponer la relectura de Carey para dentro de un tiempo…
Cuando un guionista comienza su etapa en una colección suele optar entre dos cosas: continuismo puro y duro, o volver las cosas del revés adaptándolas a su gusto. Ya hemos visto que los distintos guionistas que en el pasado han ido escribiendo la serie han modificado ligeramente la personalidad de Constantine hacia su idea del personaje. En el caso de Azzarello ésto lo hace de tal manera que para mí la serie deja de ser Hellblazer. ¿Es una serie vértigo? Por supuesto ¿Sale un personaje canalla? Pues sí. Pero ni éste personaje ni el ambiente que le rodean recuerdan remotamente al Constantine que hasta ahora conocíamos. Supongo que estarán los que les encantará ésta etapa. Yo, como habrán deducido los más avispados, me encuentro entre sus detractores.
Y es una lástima, pues la elección gráfica es impecable. Comenzamos con Corben, seguido luego por Marcelo Frusin (cómo me recuerda a Risso el dibujo de éste tipo). Pero ni por los dibujantes consigo cambiar de idea.
En cuanto a nivel argumental comenzamos con un Constantine entre rejas, asisitimos a su “liberación”, descubrimos el por qué había terminado allí y los pasos que da para resarcirse con quien le ha hecho todo ésto.
La parte mágica y sobrenatural brilla por su ausencia. Es prácticamente inexistente. Las referencias y raices británicas del personaje son arrancadas de cuajo, teniendo en su lugar un paseito por la América profunda y sus típicos personajes macabros.
Igual si se hubiera publicado en otro contexto (serie aparte) y con otro nombre en el personaje protagonista puede que incluso hubiese llegado a gustarme. Pero con Hellblazer no. Que diga la gente lo que quiera, pero éste no es mi Constantine.
En la recámara tenemos una vuelta a los orígenes. Un devolver al personaje a su esencia original. Una etapa que escribe el señor Mike Carey. Una etapa que dejaremos, ahora sí, para otro momento.