Goober, el poderoso. Los inicios de Jerry Siegel y Joe Shuster

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El centro educativo Glenville High School no es ni mucho menos el instituto más prestigioso de Estados Unidos, ni su periódico local The Glenville Torch puede considerarse uno de los diarios con más lectores estudiantiles. Aún así, tanto la escuela como el periódico han pasado a la historia por ser el lugar donde se conocieron y desarrollaron sus primeros trabajos colaborativos Jerry Siegel y Joe Shuster, el tándem creador del mito intemporal Superman.

Allá por el año 1930 Jerry Siegel, natural de Cleveland, y Joe Shuster, nacido en Toronto, comienzan su curso escolar. Ambos pronto descubren que el Glenville Torch es el lugar ideal para desembocar su torrente creativo influenciado por la ciencia ficción, Tarzán, Buck Rogers, Popeye y los seriales de el Zorro (en aquel momento protagonizados por Douglas Fairbanks). El crack del 29 había hundido en la miseria a millones de americanos lo que influía en un sentimiento generalizado de desesperanza que empujaba a los estadounidenses a buscar un refugio que les hiciese olvidar lo triste y cotidiano de su condición de pobres, por esta razón las aventuras de personajes humorísticos y poderosos eran devoradas por los americanos. Quizás Siegel y Shuster se mostraban ajenos a esta demanda pero el caso es que en 1931 decidieron dar forma y nombre a su primera creación juntos naciendo así Goober, el poderoso ( Goober The Mighty), un personaje a medio camino entre Tarzán y Popeye. Goober rociaba humor por los cuatro costados, se había criado con los leones en la jungla y su simpático compañero de aventuras era el mono Izzy.

Hoy en día las historias de Goober son toda una reliquia (podéis disfrutar de ellas en los archivos de la Glenville High School) , allí el narrador Siegel y dibujante Shuster iniciaron el camino a la eternidad, ya que en el año 1933 consiguieron que otro de sus personajes viera la luz, se trataba de un tal Superman, un extraterrestre que escapó de la destucción de su planeta y encontró en la Tierra su salvación y su razón de ser, nosotros ya no le dejariamos irse jamás.