El origen de Lagarto

En el año 1963 la editorial Marvel estaba de enhorabuena, sus años más negros habían pasado y sus héroes vivían una época gloriosa (el Bullpen de Marvel parecía dar sus primeros resultados). De hecho, fruto de este buen momento se forman el grupo The Avengers (copia de la Liga de la Justicia de DC), cuya reciente adaptación al cine ha sido alabada por público y crítica. Por si fuera poco el mismo año se crean los X-Men, también adaptados al cine en forma de secuela.

Pero Spiderman no iba a ser menos ese año, su creciente fama supuso que en este prolífico año se enfrentase a dos de sus más temibles enemigos, el primero de ellos fue El hombre de Arena (también convertido en personaje fílmico) y el otro de ellos fue Lagarto, que acaba de debutar en un nuevo reinicio cinematográfico del intrépido trepamuros. El lagarto es el alter ego del prestigioso doctor Connors, quien no es capaz de superar la pérdida de su brazo y decide inyectarse una sustancia para hacer resurgir su miembro amputado, pero el experimento no resulta 100% perfecto y el doctor se convierte en una peligrosa criatura conocida como Lagarto, uno de los clásicos enemigos de Spiderman.

Stan Lee y Steve Ditko fueron los creadores de este rejuvenecido personaje que casi 50 años después de debutar en el papel coprotagoniza una superproducción americana. Muy ocupado estuvo Spiderman durante aqueños inicios de la década de los 60, en los que posteriormente surgieron villanos como El Duende Verde, Electro o Escorpión. Y también ocupado estuvo Stan Lee, que en el año 64 inauguraba el llamado “estilo Marvel” con un universo reconocible y propio cuyos iconos conocemos hoy todos.