Daredevil: Shadowland
Matt Murdock nació para sufrir.
O, por lo menos, eso creen todos los autores que han conducido las riendas de sus aventuras desde que Frank Miller decidiera realizar aquella obra maestra llamada “Born again”.
Antes de la susodicha saga, Daredevil era un personaje menos sombrío, a ratos divertido, y con mucho éxito de aceptación por parte de las mujeres. Su trabajo como abogado era un complemento a su éxito como héroe. Nunca pasó las penurias económicas de su amigo Peter Parker, y las únicas pérdidas emocionales fueron la de su padre y la del sentido de la vista. Pero Miller cambió este concepto.
Primero creó al amor de su adolescencia (Elektra Natchios) para convertirla en una asesina despiadada, la cual, tras su redención, era asesinada por un Bullseye más psicópata que ningún personaje Marvel. Luego decidió (en las carnes voluminosas de Wilson Fisk) que no bastaba con derrotar al héroe, sino que había que quitárselo todo. Y llegó el suicidio de Heather Glenn (mujer a la que le había pedido matrimonio), la retirada de su licencia para ejercer, su acusación de asesinato y la pérdida del acceso a sus cuentas y de su hogar. Y fue el amor de su vida, una drogadicta y prostituta llamada Karen Page, la que colaboró inconscientemente a su caída, revelando su identidad secreta a cambio de unas dosis de heroína.
Pero Matt supo renacer, valorando lo que verdaderamente es importante como el amor o la fidelidad, y, de la nada, tan sólo con su fuerza de voluntad y con su fe, fue capaz de volver a algo parecido a una vida.
A raíz de aquí, todos los guionistas se han empecinado en una gimkana para ver quien es capaz de superar el nivel de crueldad, haciendo pasar al bueno de Murdock por las situaciones más extremas. Sin ahondar mucho, y haciendo un repaso somero: Ann Nocenti le hizo descender al infierno (literalmente), D.G. Chichester resucitó a Elektra y “mató” a Matt (el propio Matt fingió su muerte para empezar una nueva vida con traje nuevo), Joe Quesada asesinó a Karen Page cuando estaban más enamorados, Bendis lo metió en la cárcel y volvió a “desenmascararlo”, Brubacker hizo que su esposa Milla se volviera loca y lo convirtió en líder de La Mano…
La cuestión es tratar de llevar la vida del héroe por el derrotero más doloroso posible. Y todos sabemos que toda persona (o personaje) tiene un límite.
Andy Diggle es el autor de la última etapa de Daredevil y de su última saga, SHADOWLAND (o Tierra de Sombras). Este autor recoge el testigo y retoma a Murdock en la estrambótica situación en la que habían sumergido al personaje (Brubaker termina su etapa dejándolo a la cabeza de la facción ninja asesina que tantas veces había luchado contra él), he intenta construir una situación más o menos creíble.

Desde el Daredevil #500, Matt intenta utilizar dicha organización criminal para controlar al hampa en su querida Cocina del Infierno (Hell’s kitchen). Para ello se rodea de Tarántula Negra (villano inmortal nacido en las páginas de Spider-man) y de la Tigresa Blanca (sustituta de Héctor Ayala y asesinada y resucitada por la Mano).
Por supuesto, toda la operación esta llevada de manera que en La mano piensen que él es un asesino (orquesta un falso crimen para ello), mientras se dedica a extender su plan. Pero todo ésto se complica con la última saga Marvel (Siege = Asedio) y con la caída de Norman Osborn. Y se complica por la sencilla razón de que la huida de Bullseye (recordemos que había estado suplantando a Hawkeye en los Vengadores Oscuros) hace que sienta nostalgia de su anterior némesis y vuelva a Hell’s Kitchen a por él. Su paso por allí se salda con la destrucción de un edificio y el asesinato de 107 personas.
Y éste es el punto de partida de SHADOWLAND: Murdock decide construir un edificio-sede de la Mano en el solar de la catástrofe, en el cual pueda encerrar a los criminales, convirtiéndose en juez, jurado y verdugo de sus dominios.
La saga es muy interesante, y la trama principal se va desarrollando dentro de una serie limitada de 5 números y en los Daredevil 508 a 512, con una serie de spin-offs que no aportan mucho al devenir de los acontecimientos.
A PARTIR DE AHORA, EL ARTÍCULO COMIENZA A EXPONER SPOILERS DE LA TRAMA. SI NO QUIERES SABER MÁS, ÉSTE ES EL MOMENTO DE DEJAR DE LEER.
El detonante de la misma es el asesinato de Bullseye a manos de Daredevil, cuando el villano decide retar a Matt en su edificio. Éste hecho hace que sus antiguos amigos héroes decidan enfrentarse a él, mientras que para Kingpin es la excusa perfecta para beneficiarse de lo que pueda ocurrir.
A partir de aquí, la saga va temporizando cuatro frentes definidos que van conformando la trama:
Por un lado, Foggy Nelson y Dakota North intentarán ayudar a Matt a reconducir sus acciones, pero con un tira y afloja interesante entre la postura de Foggy de justificar sus acciones en el pensamiento de que Matt pueda estar controlado y el enojo de Dakota (no olvidemos que fue el último rollito de Matt y que se sintió utilizada) que ve lo que ocurre y quiere detenerle.
En otro frente están los héroes que un día fueron sus amigos, y que, irremediablemente, se enfrentarán a él: Puño de Hierro, Luke Cage, Spider-man, Elektra y Lobezno. Y a la cabeza de ellos el maestro Itzo, un sustituto del Stick de Miller, que visualiza lo que ocurre demasiado tarde.
El tercer frente lo componen Kingpin y sus asociados (Lady Bullseye y ciertos elementos infiltrados que no se descubrirán hasta el último episodio), con ayuda involuntaria de algún héroe más.
Y a la cabeza de la trama, Daredevil, apoyado por una María Tifoidea (la cual ha sido “normalizada” gracias a la Iniciativa, conjuntando sus tres personalidades en una), y obedecido por los ninjas asesinos.
La acción se va desarrollando en todos estos frentes a la vez, con un buen ritmo de narración, y resultando una historia entretenida. Pero nadie que haya leído en algún momento de su vida las aventuras de Matt podrá identificar al personaje con el que aquí encontramos.
Tras la ejecución de Bullseye en el primer número de la saga, Matt decide engrosar las filas de la mano con sus antiguos colegas héroes. A la misma vez que él se está planteando semejante plan, Luke Cage y Danny Rand están sopesando lo que ocurre en el edificio ninja, y llegan a la conclusión de que es una locura , tomando la decisión de hablar con él. Además, Kingpin está poniendo en juego sus piezas para hacerse con el poder de La Mano, y para ello, Lady Bullseye roba de los archivos de la asociación criminal un documento para invocar a un espíritu al que teman.
María Tifoidea aparece en Shadowland y se convierte en la mano derecha de Matt, un Matt (por otro lado) que parece debatirse entre la culpabilidad y el convencimiento de seguir adelante. Sus espaldas están cubiertas por Tarántula Negra y Tigresa Blanca. Elektra también llega para apoyar a Daredevil, el cual está empezando a desarrollar cualidades que exceden sus poderes.
Mientras Foggy y Dakota experimentan la locura que está azotando a los habitantes de la Cocina (algo está afectando sus mentes y todos se han convertido en malhechores), los héroes se plantan en el edificio para hablar con el líder. Kingpin ha invocado al Espíritu de la Venganza, que se adentra en los calabozos, liberando a los presos, muchos de ellos policías.
La lucha entre héroes está servida dentro del edificio, mientras que fuera Tigresa Blanca (que trabaja para los antiguos líderes de la Mano) pone fuera de juego a Tarántula Negra.
Matt se va transformando en una especie de demonio, y Itzo descubre que está poseído por LA BESTIA, el espíritu que domina a La Mano. La lucha se intensifica, mientras Foggy intenta acceder al edificio, con la ayuda de El Motorista Fantasma, el cual viene a ejecutar a Daredevil. Pero Matt absorbe su esencia y deja al espíritu de la venganza seco.
En el fragor de la lucha, Lobezno calva sus garras en el pecho de Daredevil e, inexplicablemente, sobrevive a las heridas. Todos son derrotados, y al final, aparece Nelson que, al borde de la muerte en las manos de su amigo, intenta llegar a él para que cambie todo lo que está haciendo.
En el último instante, Fog es salvado por Itzo y por Iron Fist, el cual recurre a su Chi para influirle y arrinconar al demonio que posee a Matt. El héroe cae derrotado, ya que se ha liberado por un momento de la dominación de la Bestia, la cual se está nutriendo de su sentimiento de culpabilidad. Elektra penetra en su mente y le da fuerzas para que le dé fin a todo. Matt comete un suicidio ritual en su psique y el cuerpo de Daredevil cae muerto.
En ese momento, mientras la población recupera su cordura, Kingpin hace acto de presencia en Shadowland y descubre a su informador secreto, que no es sino la cuarta personalidad de María Tifoidea. Y se hace con los restos de la organización, con Lady Bullseye y Tifoidea como lugartenientes.
Antes de terminar la saga, el cuerpo de Matt ha desaparecido, y en un epílogo llamado “Shadowland: After the fall” lo vemos peregrinando de ciudad en ciudad y viajando en autobús.
Comienza aquí una “nueva” andanza del héroe (lo de nueva entre comillas es porque Ann Nocenti hizo lo mismo en los ochenta), el cual tendrá que viajar y viajar para purgar su culpa y reencontrarse a sí mismo.
CONCLUSIÓN: Una saga interesante, en la que sobran los spin-off, y que nos desfigura el perfil de un héroe, que ha asesinado a su peor enemigo, y que tendrá que vivir con eso hasta que algún autor decida resucitarlo (no sería la primera vez). Dicho esto, me gustaría entonar un requiem por el Daredevil de Stan Lee, alegre y dicharachero, que combatía el mal dentro de los límites legales, como héroe y como abogado. Jamás volveremos a verlo.