Megamind: animación y cómics
Es imposible hablar de esta nueva producción de Dreamworks sin acordarnos de la competencia y de sus “Increíbles”.
No es que la trama recuerde para nada al film de Disney-Pixar, ni los personajes, ni su tratamiento. Pero si “Los Increíbles” nos recordaban (y de qué manera) a Los Cuatro Fantásticos, “Megamind” es un refrito de los elementos primordiales de Superman.
El primer paralelismo que se me presenta, en cuanto empieza el film, es la dicotomía Marvel/Disney en contraposición de Dreamworks/DC. Pero mientras en la primera teníamos meras sombras que nos recordaban a la Primera Familia, en la segunda esa sombra se convierte en un espejo convexo, que refleja descaradamente los elementos pero distorsionados.
Ya sé que la primera intención del film es entretener, pero para tebeófilos como nosotros es imposible no ir “cazando” los detalles.
El inicio de la película ya lo vimos en los trailers. Es el origen de Superman en clave de comedia, aunque conlleva una salvedad importante, que hace que los 90 minutos de celuloide se conviertan en un ejercicio entretenido, y es la duplicidad del hecho en sí. No es un bebé que abandona Krypton en una nave, son dos bebés de mundos vecinos, cada uno en su nave, que pugnan por llegar a la Tierra, y mientras a uno de ellos todo le viene rodado, al otro todo le sale al revés.
“Más vale caer en gracia que ser gracioso” bien podía ser el lema o la moraleja de la historia. El bebé que aterriza primero lo hace en una mansión, su nave es más chula, más grande, y tiene todo el encanto físico de la mezcla entre Elvis (no os perdáis su actuación en la inauguración de su museo) y Alec Baldwin. Entretanto, al otro bebé, cabezón y azul, el destino le hace aterrizar en una prisión, y los presos le enseñan que en la vida hay que ser malvado.
Los paralelismos con la serie de DC son continuos:
* Metroman (Superman con aliteración M M)
* Metrocity (Metrópolis)
* La periodista que entrevista y le hace ojitos a Metroman, morena de pelo corto, se llama ROXANNE RITCHI (aliteración R-R similar a la de LOIS LANE)
* El compañero cámara de la periodista, friki y pelirrojo, que posteriormente durante el film adquirirá poderes y se llama Hal (simil absoluto de Jimmie Olsen)
* El cobre como elemento sustituto de la kriptonita.
* Inclusive una parodia muy divertida de MARLON BRANDO (recordemos que fue Jor-El en las películas de Richard Donner) cuando MegaMind (otra aliteración) se hace pasar por padre de Titán (otro de los personajes), con un aspecto físico al de Jor-El de Donner, pero hablando como Vito Corleone (El Padrino).
Sin embargo, el desarrollo posterior de la película orada terrenos baldíos en los cómics. Y es que en el primer cuarto de hora, el villano vence al héroe y consigue lo que quiere: dominar la ciudad.
Y éste es el punto de partida verdaderamente distinto, fresco y original. Aunque en clave cómica, es curioso reconocer un mensaje implícito en la trama: “El dinero (o el poder) no da la felicidad”. Mensaje muy importante a tener en cuenta, si el público que asiste a la película es infantil. No es una moralina, ni una manipulación para mentes débiles. Realmente llegas a comprender varios valores:
* La comprensión llana de que las posesiones materiales no dan la felicidad.
* La importancia de la sinceridad en las relaciones humanas.
* El valor de la amistad.
* La superficialidad del estilo de vida consumista (reflejado en la infantil reacción de Titán a sus poderes).
El desarrollo de efectos especiales (salvo que veas la versión 3D) no nos regala nada nuevo. Espectacularidad en las escenas de lucha y derribo de rascacielos, tratamiento fantástico del pelo y ropas de los personajes y poco más. Por desgracia, aunque sea espectacular, ya nos hemos acostumbrado a ello.
Pero el constante cambio de ritmo de la trama hace que no bajes la guardia, sorprendiendo a cada momento con un nuevo giro de los acontecimientos (aunque algunos de ellos sean un pelín predecibles).
La banda sonora (para rockeros como yo) es una delicia, con temas de AC/DC (cuanto le habrá de agradecer este grupo a Iron Man), Elvis Presley, Guns’ n’ Roses, Electric Light Orchestra, Michael Jackson y Minnie Riperton (toque muy divertido). Ayuda mucho a no perder el ritmo de emoción durante el metraje (sensación similar a la que vivimos con Shrek, curiosamente producción de Dreamworks también).
En resumen, buena película para disfrutar, reirte, gozar de buena música y olvidarte de los problemas durante hora y media. Aunque echo de menos algún detalle más para amantes del cómic.
Solo una última cosa ¿soy el único que le encuentra parecido a Megamind con Joseph Fiennes (FlashForward)?
