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De Superman au Chat du rabbin

 De Superman au Chat du rabbinMusée Juif de Belgique
Rue des Minimes 21
1000 BRUXELLES

Desde mayo hasta agosto de este año y con motivo del año de la bande-dessinée en Bruselas, se celebra la exposición “De Superman au Chat du rabbin” en el Musée Juif de Belgique, la cual pretende exponer la manera en que el cómic contribuye a crear, enriquecer y difundir diferentes visiones del pasado judío.

Esta exposición es la primera en Belgica que pone en evidencia el importante papel de numerosos artistas y autores judíos de la historieta, a través de 230 obras o documentos (dibujos originales, tablas impresas y archivos). Evoca, en primer lugar, el período 1890-1930, durante la cual los artistas judíos de Nueva York nacidos de familias emigrantes demuestran en sus comic strips publicados en los periódicos yiddish y anglófonos los desafíos con los que se enfrentaron.

La era de los superhéroes llega unida al proceso de integración de la segunda generación de inmigrantes. 1938 ve nacer a Superman, Batman en 1939, y el Capitán América en 1940. Son los primeros superhéroes son destinados a la nación americana. Constituyen una respuesta tranquilizadora y fantástica a las dificultades engendradas por la crisis de 1929 y el aumento de los fascismos en Europa. Al velar infatigables por el orden del mundo, defienden la especie humana y los valores universales del Bien y de la Justicia.

La exposición le dedica una amplio espacio a uno de los pioneros del comic-book y de la novela gráfica americana, Will Eisner. Cofundador del estudio de producción Eisner e Iger Studio (1936), donde trabajarán algunos de los dibujantes más grandes. Y que publica, desde 1940, la serie célebre serie de Spirit. Su primera novela gráfica, En Contract with God (1978), está seguida de A Life Force y de To the Heart of the Storm, obras medio autobiográficas, medio-ficción, que nos ofrecen los ejemplos mejor construidos de su trabajo..

En los años 50, ciertos artistas americanos se comprometen en la contestación política (Harvey Kurtzman, fundador de la revista MAD en 1952); otros, tal como Bernard Krigstein y Al Feldstein, dirigen la confrontación silenciosa de un superviviente de los campos con su verdugo (Master Race, 1955).

Desde 1972, Art Spiegelman empieza el relato de la vida de su padre, antiguo deportado, que acaba en la publicación de Maus en 1986. Continuando con esta línea, diferentes autores reconstituyen (Miriam Katin, Bernice Eisenstein, Martín Lemelman) o imaginan (a Joe Kubert) los destinos personales vinculados a Shoah. En otro registro, Ben Katchor propone una visión documentada y poética de la existencia judía en Nueva York, mientras que James Sturm pone el énfasis en el proceso y la ambigüedad de la integración. A través de la autobiografía emergen a menudo antihéroes presa de la complejidad de la existencia judía americana (Julio Feiffer, Harvey Pekar, Aline Kominsky-Crumb, Diane Noomin).

En Europa, la novela gráfica se vincula más a la historia que a la autobiografía. Los autores mezclan elementos históricos y ficción para evocar períodos poco conocidos de la historia judía. Revolviendo los convenios del género narrativo sobre el judaísmo, Hugo Pratt (Corto Maltese, Koïnsky) hace cohabitar sus memorias de infancia con su pasión para la Cábala y por los aventureros.

A partir de los años 90, Vittorio Giardino estudia la suerte de los judíos europeos (Max Friedman, Jonas Fink). En la misma época, en España, Jorge Zentner y Ruben Pellejero introducen la figura de Golem en el contexto de la emigración judía en Argentina (El Silencio de Malka). En Francia, el artista Joann Sfar thématise la historia y la tradición judías en El Pequeño mundo del golem, El Gato del rabino, Pascin o Klezmer.