Crónica Expocómic / Héroes Comic Con Madrid 2016
Organizada por la Asociación de Amigos del Cómic, superando todo tipo de escollos y con luces y sombras, Expocómic ha conseguido llegar a 19 ediciones convirtiéndose en cita ineludible del calendario comiquero. Un amplio recorrido en el que, el pasado fin de semana, ha dado un paso más gracias a Easyfairs, nueva empresa organizadora del evento. Rebautizado como Héroes Comic-Con Madrid, el evento se redujo de cuatro a dos días y se llevó al Pabellón 3 de IFEMA, un amplio espacio de 16.000 metros cuadrados con una oferta más global de entretenimiento, cercana a los grandes eventos internacionales y menos circunscrita al cómic.
Con un precio algo caro (15 euros), lo primero que llama la atención es que nos encontramos ante un evento de transición, con elementos de lo que quiere ser y de lo que ha sido hasta este momento. Con grandes espacios vacíos, destacaba la gran variedad de stands, con mucho merchandising de superhéroes y manga, una zona de juegos de mesa donde se presentó el anhelado “Heroquest 25 Aniversario” y una amplia zona de firmas que, por primera vez, cuyas colas no invadían al resto de puestos. Además, encontramos los, cada vez más habituales, food trucks (eso sí, sin mesas y sillas para comer tranquilamente), maquinas recreativas retro, un espacio de la FOX con una maratón de The Walking Dead y hasta un ring de wrestling, intentando abarcar todos los posibles gustos de los asistentes. Ejemplo del nuevo enfoque que se le quiere dar al evento es que también había zonas dedicadas a los más pequeños, como la de Lego, Clan TVE o stands de Imaginarium.
¿Y respecto al cómic?. Pues su presencia fue más testimonial, con un predominio absoluto de ECC, que trajo una tienda en la línea del Salón del Cómic de Barcelona con autoservicio y editoriales como Astiberri o Nórdica, notándose la ausencia de otras grandes como Planeta o Norma Editorial, cuyo stand no hacía justicia de su labor editorial. Se echaban en falta tiendas de cómics clásicas y aquellas con material antiguo. Ya no es un lugar para encontrar gangas o números atrasados sino para comprar camisetas, un muñeco de Funko o conseguir la firma de una estrella de la televisión o el cine, como fue el caso de Ray Park (previo pago de 30 euros, por supuesto).
En resumen, un evento de transición que marca un nuevo camino que no tiene que ser ni es mejor ni peor, solo diferente. Esperamos con optimismo la edición del año que viene.