[BSO] Antes del amanecer / Antes del atardecer
Alguna vez os habéis preguntado que hubiese sido de vuestra vida si hubieseis intercambiado alguna palabra con aquella chica del tren, con aquel chico del metro que no dejaba de mirarte y sonreír cada vez que vuestras miradas se cruzaban?.
Una historia de amor fugaz que sólo durará el tiempo que dure el trayecto, pero que permanecerá en tu cabeza tanto o más que la historia de amor más duradera .
Una historia cuyo conservante será la duda y el misterio. ¿Qué hubiese sido de mi vida al lado de él o de ella?, ¿sería el amor de mi vida?, ¿sería yo el suyo?
La duda te acompañará siempre y aunque su recuerdo no ocupe el cien por cien de tus pensamientos diarios, nunca abandonará tu cabeza.
Pero, ¿qué es mejor?, dar el paso y embarcar en un viaje que podría funcionar o no, o no darlo y vivir con la eterna duda de si hubiera funcionado.
Cualquiera de las opciones es válida. Dar el paso supone un riesgo pero es la única manera de poder triunfar y que ese encuentro suponga un amor para toda la vida. Ese riesgo conlleva igualmente el peligro de que esa relación que comienza, se convierta en una historia más que no va más allá y muere aburrida, sin pasión, cariño ni amor.
El no dar el paso evita riesgos de fracaso pero también los laureles del éxito. Eso si, generalmente la memoria siempre se quedará con aquel momento mágico donde la ilusión nunca nos dejó pensar en el fracaso. No viviremos el éxito pero nunca dejaremos de imaginarlo.
A veces no es cobarde no dar el paso, a veces simplemente es mejor quedarse con un recuerdo inolvidable e imborrable que probar y vivir un éxito fugaz que por estadística devendrá en fracaso.
De todas formas como en todas las situaciones de la vida existe un término medio.
Ese término medio es el que se da en esta “bilogía” compuesta por Antes del amanecer y Antes del atardecer.
Dos personas, Jesse y Celine ( Ethan Hawke y Julie Delpy), se conocen por azar y deciden dar una oportunidad al destino. Durante una noche comparten confidencias mientras vagan por la bella Viena. El primer paso está dado. Existe una atracción mutua que ninguno de los dos pueden negar y que tampoco están dispuestos a desaprovechar. Tras una noche inolvidable deciden seguir dando oportunidad y se citan seis meses después. Pero el destino es caprichoso y el encuentro no se produce.(Antes del amanecer). No se produce a los seis meses, sin embargo el destino se vuelve a cruzar en sus vidas y casualidades de la vida París les vuelve a reunir nueve años después. Vuelven a compartir unas horas intensas donde se relatan que ha sido de sus vidas en esos nueve años mientras pasean por la capital francesa. Entre historia e historia, ambos confiesan no haberse olvidado y que la duda de que hubiese pasado si a los seis meses de haberse conocido hubiesen vuelto a encontrarse les había rondado por la cabeza todos estos años.(Antes del atardecer).
Ambas películas están rodadas en poquísimos planos y nos muestran con sencillez como se puede contar una historia de amor diferente sin recurrir a complicadas tramas ni ha desgarradoras escenas donde ambos darían la vida por su Romeo o su Julieta.
Meras conversaciones mientras pasean, atrezzados por una fotografía tan sencilla como espectacular, que desnudan sus almas y nos dejan ver verdaderos sentimientos. Emociones reales y no exageraciones romanticonas como en otras películas del género. Dos personas cuya atracción inicial no vas más allá de eso y no pretende engañar al espectador con amores eternos a primera vista.
Hablar de las bandas sonoras es hablar de las dos películas. La primera perteneciente a Antes del amanecer se compone de cortes frescos y adolescentes, que denotan aires de despreocupación, aventura y “carpe diem”.
La segunda, correspondiente a Antes del atardecer, está formada por composiciones más serenas donde la nostalgia a veces se apodera del entorno.
Ambas, sin embargo, comparten toques de ilusión renovada, esperanza, sueños por cumplir e infinita ternura.
En definitiva, son films que empaquetan en poco más de hora y media, por las circunstancias especiales de la pareja, el espacio de tiempo donde ambos han de decidir qué camino tomar. La balanza se inclinará del lado de un futurible amor /desamor o del lado del recuerdo imborrable de momentos inolvidables en la jaula de oro de la eterna duda.