Power Drift, el clásico de Sega que inspiró a Mario Kart
Outrun, After Burner, Space Harrier, Hang-on, Shenmue, etc.. Sega ha dejado en el camino títulos legendarios que han hecho las delicias de los más jugones, ya sea tanto en salones recreativos como en casas particulares gracias a sus innumerables adaptaciones a todo tipo de soporte. Detrás de todos los juegos citrados anteriormente se encuentra un elemento común, un único cerebro que merece un puesto en el olimpo de los dioses de los videojuegos, se trata de Yu Suzuki, quien podríamos decir sin columpiarnos que es “el Miyamoto de Sega”.
Suzuki comenzó a trabajar en Sega allá por 1983, y rápidamente destacó en el terreno de los arcade. Sus títulos de conducción como Outrun (basado en Los locos del Cannonball) o Hang-on pronto se convirtieron en míticos, pero hay uno del que somos especialmente fans por su diversión y por ser uno de los precedentes de los juegos de conducción arcade que llegarían posteriormente. Estamos hablando de Power Drift, una auténtica locura de la conducción protagonizada por los más locos pilotos de karts que no dudan en sacarnos de la carretera de un fiero volantazo. El juego se lanzó al mercado en 1988, y suponemos que el mismo año se registraría un consumo masivo de biodramina, porque los mareos que debían sufrir los jugadores en sus decenas de circuitos fueron más que considerables. Todavía no sabemos si estamos ante un juego de carreras o ante una serie de montañas rusas, el caso es que es adictivo al 100%, y con unos gráficos y bandas sonoras marca de la casa. Tampoco nos olvidemos del diseño de personajes, desenfadados y muy icónicos, eso sí nada amigables con un volante en las manos.
Power Drift nos encantó desde el primer momento que le vimos, su dificultad nos retaba a mejorar y liberábamos adrenalina a cada curva que dábamos. Dos años antes disfrutamos de Outrun y años después llegaría Mario Kart, que debe mucho al meritorio Suzuki.
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