El barco ebrio de Rimbaud, monólogo de Roy Batty en Blade Runner

rimbaud

Prematura es quizás una de las palabras clave de la obra maestra de la ciencia ficción Blade Runner. Prematura es la muerte de los replicantes, así como la del ingenuo J.F Sebastian que sufre una enfermedad que acelera su envejecimiento. Prematura es incluso la desaparición de Philip K. Dick, quien no llegó a ver en cine la adaptación de uno de sus relatos que le llevarían al olimpo de las novelas de ciencia ficción. Y prematura fue también la obra del poeta Arthur Rimbaud, cuyo poema El barco ebrio se considera la musa inspiradora del monólogo final de Roy Batty en Blade Runner.

Llama la atención que Rimbaud desarrollase toda su labor literaria entre los 15 y los 20 años, pero aún así se le considera uno de los grandes poetas de todos los tiempos y precursor de movimiento simbolista junto a su amante Paul Verlaine. El simbolismo nació a finales del XIX y se define como un arte capaz de unir el mundo sensible y el mundo espiritual, sus seguidores utilizaban frecuentemente la técnica de la sinestesia, que consiste en establecer correspondencias entre varios tipos de sensaciones provenientes de diferentes sentidos, por ejemplo “oir el amarillo” o “degustar el color azul”. De la sinestesia sabía mucho Rimbaud, sobre todo cuando le ayudaban las sustancias alucinógenas de las que abusaba. En uno de sus “viajes mágicos” escribiría el poema El barco ebrio y se lo envió en una carta a Paul Verlaine en 1871, para presentarse al que más tarde sería su amante en París. El poema relata el viaje de un barco, que mientras avanza en el mar recita como se llena de agua y hundido desea la muerte rápida, al mismo tiempo que describe todo tipo de experiencias oníricas y trascendentales (¡He visto siderales archipiélagos, islas Cuyo cielo en delirio se abre al bogavante! /He visto las resacas, la tormenta sonora, las corrientes, las mangas -y de todo sé el nombre- / Vi el sol de plata, el nácar del mar, el cielo ardiente, horrores encallados en las pardas bahías, etc..) Podéis leer el poema completo aquí. Más de uno ya habrá encontrado las similitudes entre estas estrofas y la despedida de Batty.

Además el simbolismo influiría en escritores como William Burroughts, perteneciente a la corriente de escritores Generación beat, empeñados en romper con el lenguaje y las normas establecidas de la época. Curioso que fuese Burroughts el encargado del guión de un film que iba a titularse Blade Runner, basado en una novela de Alan E. Nourse, antes de que Ridley Scott comprase los derechos del título de la novela y centrase su historia en el universo creado por Philip K. Dick (otro amante de las drogas y de los “paraísos artificiales”) en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?.

Volviendo al replicante Roy Batty, el movimiento simbolista sí que estaría presente en su monólogo final. Sus lágrimas en la lluvia recuerdan a ese barco ebrio que navega sin rumbo a punto de desfallecer. Batty relata sus recuerdos implantados (o eran vivencias reales?) de la misma manera que el barco a la deriva describe sus experiencias oníricas, mención aparte merece la magistral interpretación de Rutger Hauer y su contribución con frases añadidas al monólogo final. Batty “naufraga” al igual que lo hace el barco de Ruimbaud, y Blade Runner se convertía en película maldita y denostada, como poeta maldito fue Rimbaud y escritor maldito fue Philip K. Dick. Malditos sí, pero eternos.

Saludos cinéfilos!!