Crítica Yo, Frankenstein
Ya no es necesario tener una gran imaginación para rodar una película fantástica o del género que sea, ya no hace falta tener entre manos una gran historia o al menos una historia con elementos suficientes para conseguir una cinta mínimamente entretenida y con calidad para que sea estrenada en los cines, hoy en día solo hace falta contar con un buen equipo de efectos especiales capaces de crear tomas realmente fantásticas (Aunque personalmente estoy francamente cansado de esos efectos digitales que se ven en este tipo de películas y que son capaces de dejarnos lo mejor pero también lo peor y en este “Yo, Frankenstein” tenemos de las dos: junto con imágenes arrolladoras influenciadas por ciertas películas recientes de temática fantástica nos encontramos con otras que hacen daño a la vista y donde se nota demasiado el efecto digital). Si a eso sumamos la fuerza de una gran distribuidora (Tripictures distribuye la película en España) y una idea basada en una novela gráfica (Esto parece que siempre es un plus en lo que a publicidad se refiere por muy malo que pueda resultar el material de partida) que a priori podría dar bastante juego y la mezclamos con elementos de la saga “Matrix” (Frankenstein rodeado por los guardianes y protectores de Naberius donde todos ellos llevan trajes negros parece sacada directamente de las peleas entre Neo y el agente Smith), junto con la estética de “Van Helsing” (Para mi junto con “G.I. Joe” una de las grandes decepciones de Stephen Sommers como director, visualmente arrolladora la cinta protagonizada por Hugh Jackman acaba por resultar tan estéticamente llamativa como vacía y aburrida) y con elementos de la saga “Underworld” (La saga iniciada por Len Wiseman con Kate Beckinsale como protagonista que curiosamente también esta presente en “Van Helsing” dos de las mas claras referencias de “Yo, Frankenstein” pero hay que ser honrado y reconocer que estas dos cintas no serian como son si no fuera por los hermanos Wachowski. Aunque he visto todas las películas de la saga “Underworld” y curiosamente siento predilección por la última “Underworld: Awakening” de Mans Marlind y Björn Stein directores de la incomprendida e irregular “La sombra de los otros” – “Shelter” con Julianne Mooer y Jonathan Rhys Meyers, no consigo disfrutar como me gustaría de la batalla entre vampiros y hombres lobo, resultándome junto con la saga de “Resident Evil” incompresible que se hayan rodado tantas secuelas) tendremos todos los elementos para que nuestra película se cuele en las carteleras de medio mundo (Otra cosa es que esta pase con mas pena que gloria como parece ser el caso y es que habría que analizar los motivos que llevan a ver una película como esta en una sala casi vacía, no solo por la escasa calidad de la cinta si no porque un estreno tan tardío ha hecho que su potencial público haya podido hacerse con la película por otros medios mermando la taquilla que posiblemente con un estreno en condiciones hubiera podido hacer)
“Yo, Frankenstein” tiene un poco de lo peor de “Van Helsing” y de “Underworld”. Resulta realmente complicado olvidarnos de estas dos películas durante el visionado de la cinta de Stuart Beattie tanto por la concepción visual de las películas como por ciertos elementos narrativos presentes en estas cintas. Probablemente el caso mas claro sea el de “Underworld” ya que ambas películas comparten el mismo malvado al que da vida Billy Nighy que parece disfrutar al máximo rodando este tipo de películas y que en el caso de “Yo, Frankenstein” tenemos la sensación de que otra vez es el que mejor se lo ha pasado rodando un despropósito como este. Dejando de lado la presencia de Nighy tanto la cinta de Beattie como la de Wiseman cuentan una milenaria batalla entre criaturas sobrenaturales, en el primer caso entre gárgolas y demonios y en el segundo entre vampiros y hombres lobo y en ambos casos esta lucha ha de llevarse a cabo de manera que los hombres no se enteren de ella (Hecho este altamente ridículo sobre todo en la cinta de Beattie ya que tras la bronca de la reina gárgola a Frankenstein para que la lucha se mantenga oculta para que los hombres no se enteren, dicha lucha se produce siempre por la noche. Da igual que la horda de demonios corran por las calles y las azoteas de los edificios de la ciudad, da igual que las gárgolas vuelen, da igual que al morir unos y otros se desprendan luces de colores, como es de noche y la gente no sale por lo menos en esa ciudad nadie se va a enterar de absolutamente nada)
Si bien es cierto que “Yo, Frankenstein” y “Van Helsing” están ambientadas en diferentes épocas, estética y argumentalmente ambas cintas parecen estar hermanadas, no solo por el uso de los monstruos clásicos para crear toda una historia a su alrededor si no por tomar ciertos elementos que parecen sacados de la serie “V” para crear parte del clímax de la película descantando en ambas la importancia del monstruo de Frankenstein para hacer avanzar la historia especialmente en su parte final (Resulta extraño que en Estados Unidos que son tan dados a las denuncias nadie haya puesto el grito en el cielo por los paralelismos existentes entre estas dos cintas ya que la sensación de estar, por momentos, ante un plagio se hace demasiado presente)
El mayor problema de “Yo, Frankenstein” no son sus múltiples referentes si no lo aburrida que esta resulta, no hay ninguna gran escena de acción, no hay nada que nos vaya a llamar la atención (Al menos no en el buen sentido pero si en el malo porque hay elementos incomprensibles como que a una persona que acaba de ser asesinada delante de nosotros tenga ya marca de que se le ha realizado una autopsia exprés o esa maldita manía de mezclar temas religiosos en una historia como esta como llamar al monstruo de Frankenstein, Adán o que la horda de demonios este formada por 666 legiones sin olvidarnos que las gárgolas que pelean contra demonios creen que el mito de Frankenstein es simplemente un rumor) y por supuesto no vamos a encontrarnos ante la trepidante hora y media que todos esperábamos. Un exceso de palabrería durante su arranque para introducirnos en la batalla entre gárgolas y demonios que aunque necesario resulta excesivamente monótono y aburrido y que nos lleva a pensar que si el director no ha sido capaz de hacer que su película nos llame la atención desde un principio no lo va a conseguir durante el resto del metraje, y por desgracia todos nuestros miedos se hacen realidad.
Un esforzado Aaron Eckhart intenta sacar adelante con bastante acierto a un personaje que no da para más, Miranda Otto como reina gárgola resulta del todo exasperante e Yvonne Strahovski da el pego como ingenua científica. Si Bill Nighy parece pasárselo genial en “Yo, Frankenstein”, Jai Courtney parece tomárselo demasiado en serio hecho este que aunque llama la atención resulta bastante agradable en medio de la mediocridad reinante. “Yo, Frankenstein” es una cinta realmente aburrida, a su favor su breve duración que impide que el sopor alcance cotas dramáticas, en su contra los múltiples referentes ya que si un espectador se durmiera y le cambiáramos la película por, por ejemplo, “Underworld” estoy seguro de que este no se enteraría. La cinta de Beattie puede funcionar para verla cuando la pongan en la tele un sábado por la tarde si no hay nada mas que hacer y se esta de resaca ya que se puede ver con el piloto automático puesto. Realmente floja y aburrida. Prescindible.
Lo Mejor: El diseño visual de la cinta
Lo Peor: Resulta realmente floja, aburrida y por momentos ridícula.
Año: 2014
Género: Acción
Duración: 92 min.
Director: Stuart Beattie
Guión: Stuart Beattie según la novela gráfica de Kevin Grevioux
Música: Reinhold Heil y Johnny Klimek
Interpretes: Aaron Eckhart, Yvonne Strahovski, Miranda Otto, Bill Nighy, Jai Courtney, Socratis Otto, Caitlin Stasey, Mahesh Jadu, Steve Mouzakis
Sinopsis: Tras matar a la novia de su creador y ser perseguido por este hasta su muerte, Frankenstein descubrirá que hay una terrible guerra entre gárgolas y demonios en la que el será parte destacada de la misma