Crítica Yo, él y Raquel
Hay que hacer varias consideraciones acerca de la una cinta como ‘Yo, él y Raquel’ (‘Me and Earl and the dying girl’). La primera de ellas es obviamente acerca de la traducción del título en España que sorprendentemente se ha convertido en algo demasiado blanco, demasiado benevolente y naif, algo que parece indicarnos que la distribuidora ha pensado que esta era la mejor manera de hacer que esta cinta llegara de forma masiva a un público adolescente, edulcorando y prostituyendo la idea que maneja la película: Un joven adolescente que se encuentra totalmente perdido en su último año de instituto se verá obligado a acompañar a una chica de su misma escuela a la que se le ha diagnosticado leucemia. Greg, que así se llama este chico, demuestra que sus únicos intereses son pasar completamente desapercibido en las clases, ver películas extranjeras y rodar con su mejor amigo sus propias versiones de esas películas. Su incapacidad para relacionarse con la gente, para conocer como funciona el mundo fuera de las películas que ve y de la exótica comida que su padre le prepara hacen de el una persona incapaz de tomar decisiones por si mismo (Tal y como Rachel le echa en cara en la película. Todo lo que hace Greg es porque otra persona o bien le ha obligado o bien le ha animado a hacerlo pero nunca por decisión propia) escudándose en el humor (Algo que puede hacer que el personaje interpretado por Thomas Mann se gane nuestra antipatía al principio de la película) para suplir sus problemas para relacionarse con otras personas y su falta de sensibilidad para tratar a una persona con leucemia (No solo se refiere a Rachel como una chica moribunda si no que además habla de su amistad como condena. Es por eso que cambiar el título en castellano rompe con todo aquello que Jesse Andrews quiere transmitir. El título de la novela original publicada por primera vez en Estados Unidos en el 2012 también ha sufrido este cambio en España, primero como ‘Un final para Rachel’ y después como ‘Yo, él y Raquel’, parece ser que la editora Nube de Tinta tampoco confiaba en que el título original ayudara a las ventas). Tampoco debemos olvidarnos de que la protagonista de esta película se llama Rachel y no Raquel que es su traducción en español. ¿Alguien se imagina que el personaje de Al Pacino en ‘El Padrino’ – ‘The Godfather’ en lugar de llamarse Michael Corleone fuera Miguel Corleone? Pues eso mismo es lo que han hecho al traducir el nombre de la protagonista. La forzada rima se ha hecho gracias a una licencia imperdonable.
La siguiente consideración que hay que hacer es acerca de los parecidos que guarda esta película con ‘Rebobine, por favor’ (‘Be kind rewind’) de Michel Gondry (Director de la soberbia ‘Eternal sunshine of the spotless mind’, otra de esas cintas que también sufrió en sus propias carnes los cambios de título en la traducción al español, en este caso la película de Gondry se tituló en España ‘Olvídate de mi’) y con ‘Las ventajas de ser un marginado’ (‘The perks of being a wallflower’) de Stephen Chbosky. Con la primera por motivos mas que obvios ya que Greg y su amigo Earl, al igual que hacían Jerry (Jack Black) y Mike (Mos Def), se dedican a rodar sus propias versiones de películas aunque por razones muy distintas. Si en la cinta de Gondry sus protagonistas no se les ocurre mejor idea que rodar las películas del videoclub en el que trabaja Mike después de haberlas borrado por error, en la cinta de Gómez-Rejón estos lo hacen simplemente por diversión como muestra de su amor al cine algo inculcado por el padre del protagonista (Nótese también que tanto en ‘Rebobine, por favor’ como ‘Yo, él y Raquel’ la pareja protagonista que se dedica a grabar sus propias versiones de películas famosas están formadas por un chico blanco y un afroamericano. Hasta en este detalle la cinta de Gómez-Rejón parece tomar como referencia a la de Gondry)
Y con la segunda, con ‘Las ventajas de ser un marginado’. ‘Yo, él y Raquel’ comparte que ambas películas son adaptaciones de novelas en las que sus autores han participado. Si Andrews se encarga de escribir el guión de la cinta dirigida por Gómez-Rejón, Chbosky hacía lo propio con su novela pero en esta ocasión era el mismo el encargado de ponerse detrás de las cámaras. Pero no solo esta idea era común a ambas películas, tanto la cinta de Chbosky como la de Gómez-Rejón nos presentan a una serie de adolescentes que arrastran diversos traumas (Incapacidad para superar un accidente, para aceptar su condición sexual, enfrentarse a una terrible enfermedad) y se encuentran fuera de lo que podríamos definir como normal dentro de los estereotipos que el cine americano nos ha ido vendiendo a lo largo del tiempo (Jugadores de fútbol americano, animadoras, rebeldes sedientos de sexo o incluso marginados pero tratados siempre de una forma excesivamente superficial y esquemática. Obviamente toda regla tiene sus excepciones). Si en ‘Las ventajas de ser un marginado’, el trío protagonista no solo conocen si no que disfrutan con música alejada de lo comercial como es el caso de los Dexys Midnight Runners (Que nos deja uno de los momentos mas tiernos de la película), New Order o The Smiths entre otros (Aunque sigo pensando que lo del ‘Heroes’ de Bowie es de juzgado de guardia) en ‘Yo, él y Raquel’, Gómez-Rejón nos presenta a dos adolescentes apasionados por el cine extranjero con especial interés por las películas de Werner Herzog (No solo veremos referencias a ‘Aguirre, la cólera de Dios’ – ‘Aguirre, der Zorn Gottes’, o imágenes de ‘Mi enemigo íntimo’ – ‘Mein Liebster Feind’ que analiza la extrema relación entre el director alemán y Klaus Kinski, si no que además Thomas Mann imita de manera increíble a Herzog cuando este escribe su solicitud para ingresar en una universidad. Tal es la presencia de Herzog en la cinta de Gómez-Rejón que el trailer de la película esta narrado como si de un documental del director alemán se tratase)
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Pero los paralelismos entre la cinta de Gómez-Rejón y la de Chbosky no solo se quedan aquí. Hay un detalle en ambas películas que llama cuando menos la atención. Si en ‘Las ventajas de ser un marginado’, Tom Savini (Encargado del maquillaje y de los efectos especiales de cintas como ‘Zombie’ – ‘Dawn of the dead’ de George A. Romero, cinta de la que el protagonista de esta película lleva un parche de esta película en la chaqueta. La década de los ochenta fue fructífera para Savini y también realizó los efectos especiales cintas como ‘El día de los muertos’ – ‘Day of the Dead’, ‘Maniac’ o ‘Viernes 13’ – ‘Friday the 13th’ entre otras) tiene un pequeño papel como un profesor al que el protagonista tiene bastante aprecio, en ‘Yo, él y Raquel’ es Jon Bernthal que interpretaba a Shane Walsh en la serie ‘The Walking Dead’ basada en los comics de Robert Kirkman, el que da vida a un profesor por el que el protagonista siente poco menos que veneración. Ambas películas tienen una llamativa relación con los muertos vivientes, no solo por contar con actores que han participado activamente en películas (Tom Savini también trabajó delante de las cámaras en ‘Zombie’) o series que han marcado un antes y un después en el género (Aunque no soy amante de la adaptación de los comics de Kirkman a la pequeña pantalla, reconozco que la serie ha conseguido acercar el fenómeno zombie a gran cantidad de público, llegando incluso a saturar el mercado) si no porque ambos interpretan papeles muy parecidos.
Si algo tiene ‘Yo, él y Raquel’ es una gran cantidad de referencias a otras películas que harán de esta una película fácilmente disfrutable para los espectadores más cinéfilos. Gómez-Rejón no solo nos muestra los títulos y escenas de las películas rodadas por los protagonistas si no que además juega a lo largo de toda la película con diversas ideas y escenas extraídas de otras películas. El momento mas destacado de ‘Yo, él y Raquel’ es el claro homenaje que hace el director a ‘Taxi Driver’ de Martin Scorsese que nos deja el mejor guiño visto en una película en mucho tiempo y que será difícil de superar: Greg llama a Rachel por culpa de la presión de su madre que esta en la habitación de alado mientras este esta viendo ‘Taxi Driver’ justo en el momento en el que Travis Bickle llama a Betsy para invitarla a salir e ir al cine mientras la cámara se mueve para enfocar no a su madre pero si a su taxi. En ambas cintas los protagonistas, personas con serios problemas para comunicarse, hablan por teléfono con chicas mientras la figura de ‘sus madres’ esta presente.
‘Yo, él y Raquel’ viene a sumarse a esta ola reciente que parece sufrir el cine hecho por y para adolescentes en los que se trata el tema del cáncer de manera clara y directa (En muchos casos forzando el sentimentalismo de maneras que no son muy justas para con el espectador). ‘Ahora y siempre’ (‘Now is good’) de Ol Parker y con Dakota Fanning como protagonista conseguía mejorar la floja novela de Jenny Downham (Este es uno de esos casos en los que la película es mejor que la novela en la que se basa) o ‘Bajo la misma estrella’ (‘The Fault in our star’) de Josh Boone con Shailene Woodley en su papel principal adaptando la novela del mismo nombre de John Green que tenia los mismos aciertos y fallos que esta. ‘Yo, él y Raquel’ es una cinta correcta pero no aporta nada nuevo, nada que por ejemplo estas dos cintas no nos hayan ofrecido ya. Pero tampoco debemos de olvidarnos de la dramática ‘Si decido quedarme’ (‘If I stay’) de R.J Cutler a la hora de ver la cinta de Gómez-Rejón. Si bien la película de Cutler no aborda el tema del cáncer como si hacían las de Parker y Boone esta nos presenta al igual que hace Gómez-Rejón unos padres entrañables y cercanos (En ‘Yo, él y Raquel’ es el padre ya que la madre parece ser mucho mas controladora que el, en ‘Si decido quedarme’ son el padre y la madre los que se ganan nuestras simpatías) donde ambos transmiten su pasión a sus hijos (El cine extranjero en un caso, la música en el otro. Solo ha que fijarse en la conversación que tienen el padre de Mia y su hermano acerca de la música que este puede escuchar en el coche o la versión de los Smashing Pumpkins que tocan en la película).
En el siguiente párrafo cierta idea se puede considerar spoiler, avisamos por si acaso pero creemos que es bastante claro ante que tipo de película estamos. Es de agradecer la forma en la que Gómez-Rejón nos cuenta la historia, intentando ser sincero con el espectador aunque acabe cayendo en los tópicos de este tipo de películas forzando la escena del hospital, momento ya de por si triste y dramático pero que con una cuidadosa y estudiada puesta en escena consigue hacernos pensar que si un espectador no llora no tiene corazón (Reflexión en voz alta: Algunos podrán pensar que este comentario es un spoiler, pero teniendo en cuenta que la edición del libro en español se titulaba ‘Un final para Rachel’, ¿no es la persona encargada de traducir el libro la persona que se ha hecho lo que se llama un ‘La semilla del diablo’? Para aquellos lectores que no vivan en España hay que decir que la cinta de Polanski ‘Rosmary’s Baby’ se tradujo en este país como ‘La semilla del diablo’ echando por el suelo todo tipo de misterio e intriga).
Gómez-Rejón se beneficia del trío protagonista de su película. Si Thomas Mann consigue que en algunos momentos no simpaticemos con el, tenemos que reconocer que es perfecto para el papel. De igual manera RJ Cyler resulta del todo creíble como amigo de Greg, pero mi debilidad en esta película (Y en muchas otras) es Olivia Cooke una actriz que a pesar de haberse visto involucrada en algún desastre fílmico como en el caso de ‘Ouija’ de Stiles White o ‘The Quiet ones’ de John Pogue (En el primer caso tal fue el desastre rodado por White que Cooke poco podía hacer, en el segundo la joven actriz americana era lo mejor de la cinta de Pogue) nos ha dejado cintas tan interesantes como esta ‘Yo, él y Raquel’ o ‘La señal’ (‘The Signal’) de William Eubank y que en la cinta de Gómez-Rejón vuelve a brillar con luz propia. Cooke es otra de esas actrices a las que no hay que perder de vista.
En resumen, ‘Yo, él y Raquel’ es una buena cinta pero que ha sido excesivamente alabada por muchos críticos puede que por su aroma indie o puede que por la forma que tiene de tratar el tema del cine no comercial. La película de Gómez-Rejón se ve muy bien, es correcta y consigue emocionarnos pero dista de ser una de las diez mejores películas de este año posiblemente porque el director se tenía que haber alejado mas del recuerdo de ‘Rebobine, por favor’ que aunque es una cinta simpática es una de las mas flojas de Gondry. Para ver y disfrutar y a ser posible con un paquete de Kleenex cerca.
Y aunque no tiene nada que ver con ‘Yo, él y Raquel’ ponemos el enlace del vídeo de un imitador de Werner Herzog leyendo ‘¿Donde esta Wally?’
Lo mejor: Cooke y la escena del hospital.
Lo peor: El recuerdo de ‘Rebobine, por favor’ juega en contra de esta película.
Año: 2015
Género: Drama
Duración: 105 min.
Director: Alfonso Gómez-Rejón
Guión: Jesse Andrews según su propia novela.
Música: Brian Eno y Nico Muhly
Interpretes: Thomas Mann, RJ Cyler, Olivia Cooke, Nick Offerman, Conni Britton, Molly Shannon, Jon Bernthal, Katherine Hughes, Masam Holden, Bobb’e J. Thompson, Gavin Dietz
Nota: 6
Sinopsis: Tras enterarse de que Rachel tiene leucemia, la madre de Greg obligará a este a que la llame y la ayude en tan difíciles momentos.