Crítica Tomorrowland

tomorrow Brad Bird ha logrado aquello que parecía imposible: Rodar una película todavía más floja y ridícula que “El destino de Júpiter” (“Jupiter Ascending”) de los otrora prometedores hermanos Wachowski. Creo que ya va siendo hora de que alguien impida a Damon Lindelof plasmar sus ideas en un papel en blanco, alguien debería impedir a Lindelof volver a escribir un guión, aconsejarle que sería recomendable que se apuntara a un curso de reciclaje profesional que le enseñara como escribir guiones con una mínima coherencia interna. El guionista que nos dejó el guión de “Prometheus” de Riddley Scott, historia que hacía aguas por todas partes (Ahí está si no el famoso trailer honesto de la película), que destrozó la gran novela de Max Brooks al adaptar a la pantalla grande “Guerra Mundial Z” (“World War Z”) cinta que aunque pueda resultar mas o menos entretenida sacrificaba toda la carga crítica de la historia escrita por Brooks para hacer un producto destinado principalmente al lucimiento de su estrella principal, Brad Pitt, que a la postre era el productor de la cinta, que nos dejó también la muy lamentable “Cowboys & Aliens”, sin olvidar en lo que acabó derivando la mítica serie “Lost”, nos trae ahora esta muy decepcionante y aburrida “Tomorrowland” película que como ocurría con la ya citada “Prometheus” carece de la más mínima coherencia tanto en la historia como en la forma de desarrollar a los personajes y sus motivaciones haciendo de esta cinta algo que esta mas cerca de ser una especie de versión de “El destino de Júpiter” para críos y/o adolescentes que de la película que muchos esperábamos. (Aunque en defensa de Lindelof -espero no arrepentirme de esto- hay que decir que tanto los guiones de “Guerra Mundial Z”, como el de “Tomorrowland”, el de “Cowboys & Aliens” o el de “Prometheus” no fueron escritos solamente por el, gente de fama como Drew Goddard, Roberto Orci, Alex Kurtzman o el propio Brad Bird también colaboraron en los pésimos guiones de estas películas)

Si en “El destino de Júpiter” (“Jupiter Ascending”) de los hermanos Wachowski nos encontrábamos ante una película llena de reminiscencias de otras cintas que resultaba del todo irregular y donde estos nos contaban la historia de una joven de llamada Jupiter Jones (Mila Kunis) que se veía envuelta en medio de una guerra familiar intergaláctica por el control de un sucedáneo de la especia melange (Podríamos decir que era algo así como la marca blanca de aquello que nos mostró Frank Herbert en sus novelas y David Lynch en su película, cinta a reivindicar como obra de culto desde ya) y donde esta se convertía en la única persona capaz de luchar por el destino de la humanidad, en “Tomorrowland” Bird nos presentará a la joven Casey Newton (Britt Robertson) -y la de paso a Frank Walker (George Clooney y Thomas Robinson)- una joven chica obsesionada con que no desmantelen la lanzadera de Cabo Cañaveral y evitar así que su padre se quede sin trabajo (Es inevitable pensar en el inicio de “Star Trek” de J.J. Abrams con ese rebelde capitán Kirk que se verá envuelto en mil y un problemas. Ese carácter salvaje es compartido por la protagonista de esta película y aunque el guión de la cinta de Abrams no estaba escrito por Lindelof si que estaba firmado por sus amigos Roberto Orci y Alex Kurtzman). Es claro que ambas cintas comparten no solo el hecho de que sus protagonistas sean mujeres si no que además estas no tengan ni un presente ni un futuro nada halagüeño (Si en “El destino de Júpiter”, la protagonista se dedica a limpiar casas y se ve obligada a vender sus óvulos para conseguir dinero y así poder comprarse un telescopio, en “Tomorrowland” la sombra del despido del padre es una pesada losa para la protagonista) sumado a que en ambos casos hay una ausencia de uno de los padres, la figura materna en la cinta de Bird o la paterna en la de los Wachowski (Parece ser que para cierto tipo de cine, para poder desarrollar ciertos personajes es necesario encontrarnos ante una familia monoparental que parece justificar el carácter del o de la protagonista) sin olvidar que tanto el personaje interpretado por Mila Kunis como el interpretado por Britt Robertson comparten su obsesión por las estrellas, lo que nos lleva a pensar que la creación del personaje principal resulta bastante similar.

Pero las comparaciones entre ambas cintas no solo se quedan en este hecho que puede parecer meramente anecdótico. Tanto en “Tomorrowland” como en “El destino de Júpiter” las protagonistas serán elegidas por diversos motivos para una misión que decidirá el destino de la Tierra (Aquí no tenemos a un hombre cuyo ADN ha sido mezclado con el de un perro que ayudará a la protagonista si no que nos encontraremos con una niña robot que se dedica a reclutar a soñadores..si..si.. soñadores.. ¡Ay! Cuanto azúcar hay en esta película -como no podía ser menos viendo que la Disney esta detrás de ella– y que nos deja momentos harto ridículos. ¿De verdad me quieren decir que la niña-robot no quiere herir la sensibilidad del personaje interpretado por George Clooney cuando era pequeño diciéndole que es un robot? ¿Acaso ese niño genio/soñador no iba a notar en algún momento que la pobre niña no crecía mientras el si que lo hacía? ¿De verdad que diciendo que como ella es un conjunto de unos y ceros ya creen los guionistas que justifican todas las incoherencias? A todas estas preguntas hay que sumar la escena de amor entre un Frank Walker adulto -Clooney- y la niña robot que fracasa en su intento de emocionar al espectador. Ese rencor que guarda Walker hacia Athena -la niña robot- demuestran que los sentimientos de este siguen presentes lo que hacen de esta escena un muy incomodo momento para ver en una cinta producida por la Disney. Idea que ya fue mostrada de forma todavía mas perturbadora y consciente por Randy Moore en “Escape from Tomorrow” cinta que poseía unas ideas tremendamente interesantes pero del todo desaprovechadas por un desarrollo un tanto alargado que hacían que el clímax de la cinta tardara mucho en llegar. La película de Moore es otro de esos ejemplos de una cinta que funcionaria mejor como cortometraje o mediometraje antes que como largo. Si “Escape from Tomorrow”fue publicitada de manera muy inteligente con eso de “La película que Disney no quiere que veas” es muy probable que la mejor campaña publicitaria posible para “Tomorrowland” hubiera sido exactamente la misma. O por lo menos la más justa para con el espectador)

Tampoco podemos dejar de lado la forma en la que las protagonistas (Jupiter Jones y Casey Newton) conocen a los personajes interpretados por Sean Bean en “El destino de Júpiter” y al de George Clooney en “Tomorrowland” donde ambos desterrados y obligados a vivir en la Tierra recibirán la incomoda visita de las chicas que acabará de forma “inesperada” siendo su casa (Aislada del mundo por supuesto) atacada por unos cazarecompensas o por unos “malvados” robots asesinos (Ay! Cuanto tienen que aprender el T-800). Tal y como ocurría en la cinta de los Wachowski aquí los malvados resultan del todo desaprovechados, no solo porque no acabamos de entender las motivaciones de estos ni las del gobernador de “Tomorrowland” acerca de esa niña robot y es que tal y como ocurría con “Prometheus” la cinta de Bird esta llena de incoherencias, de escenas que no se acaban de entender, de ideas inconexas que no se cierran de forma incorrecta. Al menos la película de Scott resultaba una muy entretenida cinta que ganaba en un segundo visionado gracias a todos esos errores cosa que no ocurre con “Tomorrowland” debido a su larga duración (Nos vamos hasta las dos horas y diez minutos) y a lo tedioso que resulta el conjunto.

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Son esos malvados los que potencian la idea de no saber ante que tipo de película estamos, si va en serio o si simplemente es una broma perpetrada por los productores, guionistas y el director. Si “Los increíbles” (“The Incredibles”) tenía dos partes excesivamente diferenciadas donde la primera resultada demasiado adulta para los niños y la segunda demasiado infantil para los adultos, esta “Tomorrowland” parece caer en los mismos errores: Por momentos la película posee un tono demasiado naïf, demasiado infantil (¿De verdad era necesario que esos malvados robots tuvieran esas expresiones tan antinaturales?) incluso hay momentos en los que el espíritu de “La montaña embrujada” (“Escape to Witch Mountain”) parece estar presente junto con otros que alejan a esta cinta de su público potencial (Sirva de ejemplo de la escena de la protagonista machacando la cabeza de uno de esos robots asesinos, momento que parece la versión Disney de la escena protagonizada por Albert Dupontel en “Irreversible”)

Incluso estéticamente “El destino de Júpiter” como “Tomorrowland” tienen sorprendentes coincidencias, ambas películas han sido rodadas en parte en España para recrear “otros universos”. Si la cinta de los hermanos Wachowski grabó parte de su metraje en los exteriores del museo Guggenheim (Sin Puppy por supuesto), en el caso de la película de Bird este ha utilizado la Ciudad de las artes y las ciencias de Valencia para formar ese idílico futuro que muestra “Tomorrowland”. La idea de ese futuro que muestra la cinta de Bird nos vuelve a plantear toda una serie de dudas acerca de la coherencia y en la historia que han escrito Lindelof, Bird y Jensen ¿De verdad es creíble que una panda de genios que viven en la maravillosa ciudad que muestra “Tomorrowland” están cabreados con los “humanos” por como tratamos el planeta? ¿Realmente no son conscientes de cómo han ido destruyendo la ciudad? Y no, el hecho de que “Tomorrowland” este en parte diseñada y construida por Santiago Calatrava no justifica el deterioro ni las baldosas reventadas que se ven en la película. (Que digo yo que estos supuestos sabios no serán tan sabios si viendo la cantidad de denuncias que tiene el famoso arquitecto por sus desastrosos diseños lo contratan para construir su hermosa ciudad. Aunque bueno, el hombre, soñador si que es…)

Puede que lo mas entretenido de toda la película sea la escena de la tienda a la que acude la protagonista, momento que parece un descarte de la saga de “Men in Black” cuya función parece ser la de ser un momento de autobombo para la Disney y para el propio director (Resulta bastante claro y visible todo el merchandising de “Star Wars” además de el de “El Gigante de Hierro” – “The Iron Giant” que es sin ningún tipo de dudas la mejor cinta del director, película por muchos desconocida porque esta pequeña maravilla no tuvo la brutal campaña publicitaria de otras cintas de director)


“Tomorrowland” es ante todo una muy aburrida cinta con un mas que injustificable metraje que hace que el público infantil y juvenil al que parece que va destinada esta película acabe por darle la espalda
(Ahí están los resultados de taquilla al menos en España). Por desgracia esta mezcla de cine de ciencia ficción, aventuras y el mensaje distopico del que hace gala la película naufraga completamente por culpa de un guión muy flojo, incoherente e inconexo, sin la calidad suficiente no ya para que la Disney produzca su conversión en largometraje si no para que nadie confíe en una historia tan mal desarrollada. En definitiva “Tomorrowland” es una muy floja cinta condenada a pasar con mas pena que gloria por los cines. Totalmente prescindible.

Lo mejor: La escena de la tienda… por decir algo
Lo peor: Lo tedioso y aburrido que resulta el conjunto

Título: Tomorrowland
Año: 2015
Género: Ciencia Ficción – Aventura – Distopía
Duración: 130 min.
Director: Brad Bird
Guión: Damon Lindelof, Brad Bird y Jeff Jensen
Música: Michael Giacchino
Interpretes: George Clooney, Hugh Laurie, Britt Robertson, Raffey Cassidy, Tim McGraw, Kathtryn Hanh, Thomas Robinson, Keegan-Michael Key, Matthew MacCaull
Sinopsis: Una joven con curiosidad científica y poco respeto por la ley se unirá a un ex-niño prodigio para salvar a la Tierra de una terrible amenaza.