“On The Road” (En la carretera), de Walter Salles
Jack Kerouac publicó En la carretera a finales de los años cincuenta, convirtiéndose en uno de los símbolos de la generación beat, una serie de personajes culturales, principalmente escritores, que en la Norteamérica de los cincuenta reivindicaron una nueva forma de vivir, en contraposición con la sociedad que venía de sufrir la II Guerra Mundial. De ahí quizás su exagerado tono vitalista y sus apologías más conocidas de drogas, sexo y desenfreno, aunque esto al final sea simplificarlo mucho.
En dicha novela Kerouac narraba una serie de peripecias y viajes a lo largo y ancho de Estados Unidos realizados a finales de la década de los cuarenta, algunas veces solo pero la mayoría de ellas acompañado por una serie de amigos y que el autor protege en sus páginas bajo seudónimo. Walter Salles, director brasileño, adapta de manera fiel dicha novela, contando con el guión de José Rivera y la música de Gustavo Santaolalla, de ahí que todo este proyecto recuerde mucho a uno anterior donde estaban todos estos profesionales implicados: Diarios de motocicleta, con el Che Guevara como protagonista en otra historia de descubrimiento a través del viaje.
Salles cuenta con un reparto de jóvenes actores dispuestos a comerse la pantalla: Sal Paradise, protagonista y alter ego de Kerouac, está interpretado por Sam Riley (13) y su gran amigo Dean Moriarty –en realidad Neal Cassady, un personaje de sobra conocido para esa generación- por Garrett Hedlund (Tron: Legacy). Cierra este particular triángulo de protagonistas la actriz Kristen Stewart, sin duda lo más llamativo de esta película, ya en su presentación en el Festival de Cannes sorprendió que eligiera una película de autor, alejada de las grandes superproducciones en las que participa –aunque yo tengo cierto aprecio por otra película pequeña llamada Adventureland- donde además tiene numerosas escenas de desnudo y de sexo explícito.
La película está bien, pero la historia pedía quizás una forma de contarla más arriesgada que la elegida por el director, que se contenta con no hacer tedioso un metraje que en su mayoría transcurre dentro de un coche. Varía los planos de forma hábil y sabe contar su historia, pero le queda todo como muy bonito y poco llamativo, dejando de lado alguna escena protagonizada por Hedlund, que es lo mejor de toda la producción. También resulta curioso que prácticamente todos los secundarios son conocidos por el gran público, muchos de ellos dando vida a personajes reales: Amy Adams, Alice Braga, Elisabeth Moss –el personaje de Peggy en Mad Men-, Kirsten Dunst, Terrence Howard, Steve Buscemi –que se toma un respiro del rodaje de Boardwalk Empire- o Viggo Mortensen, dando vida a William S. Burroughs. También aparece el escritor Allen Ginsberg, de nuevo camuflado entre las páginas y del que hace poco también vimos una película, titulada como su famoso poeta, Howl y protagonizada por James Franco.
Le ha quedado todo al director demasiado académico y se echa en falta fuerza a la hora de contar una historia más íntima de lo que parece, que en su resultado final no deja de ser entretenida y poco más y que deja de lado toda la polémica que podía haber generado a la ahora de tratar el abuso de drogas o la promiscuidad de sus protagonistas en una época donde todavía había mucho por descubrir.
Año: 2012
Genero: Drama, Aventuras
Duración: 124 min
Director: Walter Salles
Guión: José Rivera
Música: Gustavo Santaolalla
Interpretes: Sam Riley, Garrett Hedlund, Kristen Stewart, Kirsten Dunst, Tom Sturridge, Viggo Mortensen, Amy Adams, Alice Braga, Steve Buscemi, Danny Morgan