Crítica Perdiendo el Norte

perdiendo-norteSi algo se puede decir de la última película de Nacho G. Velilla es que es tan bien intencionada como fallida, tan inocente como previsible y tan (en principio) crítica como moralmente reprobable. Tras dos de sus mejores cintas, dos grandes dramas que no dejaban indiferente a nadie Fatih Akin sorprendió a medio mundo rodando una simpática cinta que transmitía tan buenas sensaciones que era capaz de levantar el ánimo del más decaído. “Soul Kitchen” resultó un divertido entretenimiento que fue considerado como una obra menor en su filmografía donde este mezclaba el humor con el romance y todo ello mezclado con una grandisima banda sonora. (Y esto a pesar de haber recibido el premio especial del jurado en el Festival de Cine de Berlín en el 2009. Pero el hecho de ser una comedia y ser premiada en un festival internacional que se celebra en el propio país de producción de la cinta ya es suficiente para que muchos la consideren una película menor. Siempre se ha criticado que en el Festival de Cine de Berlín se premie a películas alemanas, en el de Venecia a cintas italianas y en San Sebastián a cintas españolas pero esto no ha de ser una merma a la hora de valorar a las películas. A todo esto hay que sumar que muchos espectadores y críticos creen que el drama esta muy por encima de la comedia lo que hace que mucha gente ya este condicionada al ver una película según sea su género. Al hablar de sus películas estoy considerando sus largos de ficción. Entre “Contra la pared” – “Gegen die Wand”, “Al otro lado” – “Auf der Andere Seite” y “Soul Kitchen”, Akin rodó el excelente documental “Crossing the Bridge: The Sound of Istanbul” y varios cortos para películas colectivas como en el caso de “New York, I love you”).

Pero en “Soul Kitchen” hay un detalle que a muchos se nos puede pasar por alto: Aunque la cinta es una producción alemana y esta rodada en Hamburgo, los personajes buenos son todos de origen extranjero: Desde esa pareja de hermanos griegos (A pesar de que uno de ellos esta en la cárcel, Akin se esfuerza en mostrar que este tiene buen corazón), pasando por esa camarera italiana, la masajista turca o ese entrañable vecino de nombre Sócrates, mientras que los personajes que podríamos definir como malos son todos ellos alemanes: La inspectora de hacienda o el agente inmobiliario entre otros… Aunque Fatih Akin nos presentaba “Soul Kitchen” una amable comedia, la película poseía una clara crítica a la sociedad alemana. Ahora llega “Perdiendo el Norte” cinta de Nacho G. Velilla que parece tomar algunos elementos de la película de Akin. Aunque cambia el epicentro de la historia y donde conoceremos a los personajes no será en el Soul Kitchen si no en un restaurante turco de Berlín son tremendamente claros los paralelismos entre ambas cinta,s ya que por ejemplo Velilla cambia al entrañable Sócrates de la película de Akin por el personaje interpretado por un gruñón José Sacristán que irá poco a poco ganándose al espectador y aunque por diferentes motivos los directores nos presentan en ambas cintas a dos protagonistas que se encuentran perdidos en medio de situaciones que les sobrepasan. No se nos debe pasar por alto que en “Perdiendo el Norte” volvemos a encontrarnos con esa idea de que los personajes buenos son de origen extranjero, a lo que hay que añadir que ambas cintas se mueven dentro de la comedia romántica buen rollista. Pero donde Akin ponía frescura y ritmo, Nacho G. Velilla se muestra excesivamente torpe y tosco dejándonos algún buen chiste pero regalándonos toda una serie de escenas a las que no ha sabido sacarles provecho. Muchas de ellas mal resueltas como la visita de los padres del protagonista a Alemania lo que hace que el tono general de la película este mas cerca de un flojo episodio de televisión que de un largo pero que sobre todo hace que nos planteemos si detrás de “Perdiendo el Norte” esta el trabajo de nada mas y nada menos que cuatro guionistas.

Los referentes de “Perdiendo el Norte” no solo se quedan en las similitudes con la cinta de Fatih Akin también nos vienen a la cabeza las películas de Daniel Zarandieta “Encontrados en NYC” y David Pinillos “Bon Appétit”. Con la cinta de Zarandieta no solo tiene en común el hecho de usar el título de la película para expresar la situación y la forma de sentir de los protagonistas, aunque los conceptos “perdiendo” y “encontrados” son antagónicos los desarrollos de las cintas son similares y ambas acaban discurriendo por los típicos caminos de las películas románticas. Pero las cintas de Zarandieta y Velilla comparten también unos secundarios que ponen el punto humorístico de la cinta y que acaban siendo lo mejor de la película. Si en “Encontrados en NYC” tenemos a esos dos amigos frikis del protagonista, en “Perdiendo el Norte” el director vuelve a sacar el máximo provecho de un Julián López que vuelve a demostrar como ya hizo en “Que se mueran los feos” que es un autentico roba escenas, de Miki Esparbé (Aunque sobre actuado por momentos reconozco que disfruté mucho con su interpretación) y de Javier Cámara que nos deja la mejor frase de toda la película. Por si fuera poco “Encontrados en NYC” y “Perdiendo el Norte” recurren ambas a la idea de la hermana de alguien como objeto de deseo de algún personaje. Si todo esto no fuera suficiente para hablar de la aparente poca originalidad de la historia que Velilla quiere plasmar en imágenes ahí esta también la cinta de David Pinillos. Otra vez volvemos a encontrarnos con la idea del emigrante español que busca trabajo en el extranjero y otra vez estamos ante esa relación amorosa en la que la chica (Parece que siempre es ella la eterna sufridora en este tipo de películas) mantiene una tormentosa relación con un lugareño. Todas estas ideas comunes con “Soul Kitchen”, “Encontrados en NYC” y “Bon Appétit” hacen que a nivel de historia, “Perdiendo el Norte” no ofrezca nada, absolutamente nada que no hayamos visto antes, ¿Era realmente necesaria una cinta tan poco original y tan floja? ¿Había que aprovechar el buen momento que vive el cine español lo que implicaría demasiada rapidez para trabajar en la historia que nos quieren contar?. Por desgracia la cinta de Velilla que podía apostar fuerte por el humor y por el trabajo de todos sus actores (Y digo todos y no solo los secundarios) no consigue ofrecer lo que se espera de ella y ni Velilla como director ni el grupo de cuatro guionistas que hay detrás del guión consiguen que la cinta alce el vuelo y que la buena taquilla de esta sea visto mas como un efecto secundario del éxito de “Ocho Apellidos Vascos” que de los propios méritos de la película.

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Hay algo preocupante y crispante en la cinta de Velilla y eso no es otra cosa que la reiteración de conceptos e ideas sobre la inmigración y la situación del país. Un mensaje tan repetido que acaba por saturar al espectador ya que la idea que se supone que quiere transmitir el director y los guionistas ha quedado clara desde el principio. (El hecho de usar la crisis como motor de la película no hace que la cinta sea película crítica, tampoco estamos ante una cinta que intente reírse de la crisis para hacernos olvidar nuestros problemas durante un rato. Por desgracia la sensación de oportunismo es la única que nos viene a la cabeza a la hora de ver “Perdiendo el Norte”). Tal es la obsesión por recalcar lo obvio que el director se ve en la necesidad de usar el alzheimer como metáfora de todo aquello de lo que nos habla. (España como país es ese anciano con alzheimer que olvida su propia historia). Llama la atención que tras esta saturación de escenas que hablan todo el rato de lo mismo motivo por el cual buena parte del público puede pensar que estamos ante una cinta crítica con la crisis y con el sistema, esta nos acaba dejando una tremenda pulla a la plataforma antidesahucios. Escena que debido a la carcajada que provoca en gran parte del público puede hacer que pase desapercibida pero que nos deja un preocupante mensaje: La culpa de la crisis la tiene la gente. Solo una escena, solo unos pocos segundos tiran por la borda todo el aparente mensaje con el que Velilla nos ha taladrado durante toda su película. Una lastima.

Hablando de los actores no hay mucho mas que decir aparte de lo que ya se ha comentado acerca del trabajo de los secundarios (Hay que salvar también el trabajo de Carmen Machi y José Sacristán) por lo menos de forma positiva. Úrsula Corberó vuelve a repetir su lamentable papel en la horrorosa “XP 3D” y con todos mis respetos creo que si Corberó quiere despegar como actriz debe despedir a su agente o no escuchar a las personas que le aconsejan interpretar estos papeles de esta manera, su trabajo es una de las peores cosas de la película. Pero no es mejor lo que podemos decir de los protagonistas: Yon González y Blanca Suárez nos regalan una de las peores escenas que hemos visto en mucho tiempo donde ella solloza forzadamente intentando buscar la risa o la complicidad del espectador y solo consigue que este sienta autentica vergüenza ajena. Su compañero parece ponerse a su altura ambos nos dejan una de esas escenas que es mejor ver y olvidar. Es claro que sus personajes se mueven por caminos trillados y mil veces vistos dentro de las comedias románticas lo que los limita mucho a la hora de brillar (No asi como los secundarios que parecen mas libres) pero sus interpretaciones por desgracia en algunos momentos son bastante justitas. Tema aparte el de los cameos, si por ejemplo en la notable pero injustamente tratada “Casting” de Jorge Naranjo los cameos jugaban un tanto en su contra (Llega un momento en el que parece que estemos ante el efecto Torrente… A ver quién es el próximo famoso que sale en pantalla) en “Perdiendo el Norte” pasa algo parecido pero no por su cantidad sino por el hecho en si de la misma aparición “estelar”. No hay nada que justifique la presencia de Alberto Chicote en la cinta, nada mas allá de ser una de las estrellas del grupo atresmedia que a la postre no deja de ser una de las productoras de la película (Aquí volvemos a plantearnos una pregunta.. ¿Si la presencia de Chicote es un guiño a la productora de la película, la pulla a la plataforma anti desahucios lo es a la línea editorial de la misma?

“Perdiendo el Norte” es una cinta que se beneficia de la buena salud del cine español, de tener detrás una productora que nos puede machacar o directamente saturar con publicidad de la película (Aunque hay que agradecer que esta cinta no este producida por Telecinco Cinema si no volveríamos a estar ante otra de sus salvajes campañas publicitarias). Con unos secundarios que se comen directamente a los protagonistas de la película, “Perdiendo el Norte” conectará con una parte del público al que hará pasar un buen rato, pero al resto esta cinta le parecerá una muy muy floja comedia totalmente prescindible.

Lo mejor: Los secundarios a excepción de Úrsula Corberó
Lo peor: Los sollozos de Blanca Suaréz

Título: Perdiendo el Norte
Año: 2015
Género: Comedia romántica
Duración: 102 min.
Director: Nacho G. Velilla
Guión: Nacho G. Velilla, Antonio Sánchez, David S. Olivas y Oriol Capel
Música: Juanjo Javierre
Interpretes: Yon González, Julián López, Blanca Suárez, Miki Esparbé. José Sacristán, Úrsula Corberó, Malena Alterio, Javier Cámara, Carmen Machi
Nota: 4
Sinopsis: Hugo y Braulio son jóvenes y están sobradamente preparados. Pero hay un problema: Viven en España y la tasa de paro entre los jóvenes hace que la búsqueda de trabajo sea prácticamente imposible. Al ver un programa sobre las ventajas de vivir en Alemania se lanzarán a la aventura…