Crítica Pacific Rim, de Guillermo del Toro

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pacific-rimSIN SPOILERS. Amigos, podéis leer todo el texto con tranquilidad.

El Kaiju-eiga es (怪獣映画 en japonés, cuya traducción literal es “película de monstruos”) un género cinematográfico muy popular en Asia (sobre todo en Japón, China y Corea del Sur… sus principales fuentes de producción) en el que asistimos al ataque de una criatura gigante (cuyo origen puede ser de toda índole…) que arrasa con toda una población humana. Normalmente vemos batallas, luchas y enfrentamientos entre monstruos o entre humanos y monstruos.

El kaiju-eiga tiene siempre una serie de elementos preestablecidos que se repiten una y otra vez.

Para empezar el monstruo (el kaiju en japonés) es el elemento principal de la historia y los humanos quedan relegados a un segundo plano. A poder ser, el monstruo se enfrentará a inútiles fuerzas militares humanas y a poder ser, el monstruo se enfrentará y luchará contra otras criaturas de iguales proporciones. Además, los seres humanos siempre serán testigos de excepción ante el poder del monstruo, al que temen y admiran a la vez.

Luego, en variaciones del género podemos asistir a luchas entre monstruos ilustres (Godzilla contraKing Ghidorah, por ejemplo) y… podemos introducir el elemento “mecha” (abreviatura japonesa para referirse a los seres mecánicos).

¿Un “mecha”? ¿¿¿Qué es eso??? Vale, un “mecha” NO es un robot, aunque parece un robot. Es una criatura colosal (del tamaño del monstruo) diseñado y creado por humanos para derrotar al monstruo. Por supuesto también puede ser de origen extraterrestre o lo que os de la gana. Ejemplos ilustres de “mechas” serían el eterno Mazingez Z, Mechagodzilla, el psicotrónico Mechanikong o Jet-Jaguar (en España Jet-Jaguar es traducido como… ¡¡¡Superman!!! Cosas del doblaje de la época, amigos) y el “mecha” puede tener ciertos elementos de inteligencia. Aunque sea una máquina pilotada por humanos siempre tiene “personalidad”, por decirlo de algún modo.

Todo esto del kaiju-eiga comenzó (de verdad) cuando en 1954 con el estreno en Japón del primer Godzilla, titulada Japón bajo el Terror del Monstruo en España. Ahí comienza su verdadero impacto cultural. El Godzilla de la mítica productora japonesa Toho (de la que curiosamente Warner prepara un remake en estos momentos con Gareth Edwards como director) es el inicio “oficial” del kaiju-eiga. Seguramente, si investigamos, hubo otros kaiju-eiga antes de Godzilla, pero el carisma del dinosaurio radiactivo eclipsó al resto.

Godzilla sería además el primero en enfrentarse a otros monstruos ilustres (desde Mothra a Gigan pasando por su eterno enemigo… King Ghidorah, e incluso a nada más y nada menos que a King Kong). Y Godzilla también es el primer monstruo que hace popular a su némesis mecánica en el cine: Mechagodzilla, en 1974 con Cibergodzilla Máquina de Destrucción.

Mechagodzilla no es el primer “mecha” ni mucho menos. Ni siquiera es el primer “mecha” que se enfrenta a un monstruo en la gran pantalla. En 1974 ya existía el mítico Ultraman, y ya existía Mazinger Z. Pero Mechagozilla es el primer “mecha” creado para derrotar a un monstruo creando a otro monstruo. Me explico… los “mechas” (por favor, espero de corazón que llevéis leyendo todo este rato “meKas” y no “meCHas”… que en vuestra cabeza la palabra suene a abreviatura de “mecánico”, no de “mechero”) solían ser robots gigantes pilotados por humanos (Mazinger Z) o seres de inteligencia artificial (tipo Ultraman… o lo que más tarde serían los Transformers). Pero nunca habían sido monstruos creados para derrotar a otro monstruo. Pensad que en 1974 cuando aparece la película Cibergodzilla Máquina de Destrucción, Godzilla era el bueno de la función, y Mechagodzilla era un clon robótico y malvado creado para reemplazarle y tal… todo muy al rollo supervillanos de James Bond.

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Ahora por fin os he puesto en antecedentes. Unos antecedentes muy resumidos, pero antecedentes al fin y al cabo. Si os interesa el tema, en Internet hay miles de webs y blogs dedicados al tema. Además en España hay libros publicados sobre el tema. Solo tenéis que buscar por ahí si os gusta el tema y queréis profundizar, amigos. Es un tema tan apasionante como divertido.

Bueno, tras estos antecedentes podemos hablar por fin de Pacific Rim, la película de Guillermo del Toro de 2013 sobre “robots” y “monstruos” gigantes. Un juguete carísimo que Warner Bros. le ha costeado al cineasta mexicano de un género muy poco popular en EEUU y Europa.

Y si, en EEUU hemos visto películas sobre monstruos gigantes y sobre “mechas”. Todos recordamos la saga Transformers de Michael Bay que ha arrasado en taquilla, pero ya nadie recuerda desastres del calibre de Robot Jox… ni nadie quiere acordarse de cosas como el Godzilla de Roland Emmerich. Pero no es un género que realmente pite fuera de Asia.

Aunque recordad que ahora mismo la Warner está produciendo el nuevo remake de Godzilla que se estrenará el próximo verano (el de 2014), dentro de solo un año.

Hay quien dice que la Warner se ha gastado la pasta en la peli de Guillermo del Toro (a sabiendas de que iba a palmar dinero) porque le debían el favor de El Hobbit. Y es que Warner tuvo a Guillermo del Toro en Nueva Zelanda varios años trabajando en la adaptación de la novela de Tolkien sin dar luz verde al proyecto. Finalmente El Hobbit se rodó poco después de que del Toro abandonara la película y el país neozelandés.

Y si… a día de hoy New Line Cinema (productora de El Señor de los Anillos y El Hobbit, entre otras) es propiedad de Warner Bros. Pictures.

La película nos cuenta como dentro de unos pocos años una serie de monstruos (a los que bautizarán como kaijus) comenzarán a surgir de una grieta dimensional en medio del Océano Pacífico. Estos monstruos irán siendo cada vez más grandes y peligrosos, y la humanidad se verá forzada a construir los jaegers, colosales mechas diseñados para destruir a esos monstruos.

Tras la muerte de su hermano mayor y la destrucción de su jaeger, el joven Raleigh Becket (Charlie Hunnam, que hace poco protagonizó Deadfall junto a Eric Bana y Olivia Wilde) se retira a la construcción de la muralla para frenar a los kaijus.

Sin embargo, el Mariscal Pentecost (Idris Elba, visto en Thor o Prometheus) le vuelve a reclutar cinco años después para que vuelva a poner en marcha su jaeger (el mítico Gipsy Danger… Peligro Gitano en español) y así, junto a los últimos 3 jaegers que quedan en pie (el Australiano, el ruso y el chino) puedan poner en marcha una última misión para frenar a los kaijus para siempre.

Además de Hunnam y Elba, en el reparto destaca la presencia de Diego Klattenhoff (visto en El Caso Slevin) un joven piloto australiano de jaegers rival de Raleigh, Max Martini (visto en Salvar al Soldado Ryan) que interpreta a su padre, Charlie Day (de Cómo Acabar con Tu Jefe) que es un científico que descubre algo muy importante sobre los kaijus, a Ron Perlman (el gran Hellboy) imprescindible en una película de Guillermo del Toro, Santiago Segura (¿¿¿necesita presentación???) y sobre todo Rinko Kikuchi (nominada al Oscar por Babel) que interpreta a Mako… compañera de Raleigh a los mandos de Gipsy Danger.

De la puesta en escena, los F/X, la fotografía, el montaje… ¿¿¿Qué puedo decir yo de esto??? Seguramente veremos como esta película es nominada a varias categorías en los próximos Oscar… y que incluso gane algún premio. Sencillamente perfecta a nivel técnico.

Bueno, Nacho Estrada de Cine y Comedia me comentó en una charla privada que el formato de la película se le quedaba corto para lo que cuenta la película. Pacific Rim está hecha en 1.85:1 (el clásico formato Widescreen). Quizás la película hubiera lucido mejor en 2.35.1 (el cinemascope de toda la vida para entendernos) o en Imax… pero nunca se sabe. Aunque es un buen apunte por parte de Nacho. Y luego el 3D… al menos en donde la vi yo (con las condiciones de la proyección como las que yo tuve ese día) es una pasada. Profundidad de imagen, buenos colores, momentos en los que la imagen sale bien fuera de la pantalla… una buena experiencia. Eso sí, a lo mejor vosotros vais a verla en 3D y os encontráis con una mierda de sala, o de proyector… o lo que sea, que os jode la experiencia. En España pagar por el 3D es una lotería. Así que verla en 3D o no es responsabilidad vuestra.

Para terminar con el repaso técnico quiero mencionar la BSO obra de Ramin Djawadi, músico alemán que cuenta con bandas sonoras de la calidad de Iron Man 1 o la serie de TV Prison Break. La música suena a metal… a metal pesado (ojo al juego de palabras que acabo de hacer… cuando quiero soy la hostia de listo, jajaja).

“Nosecuantos” motores diesel con “nosecuantos” caballos de potencia para mover un brazo de Gipsy Danger… monstruos clasificados por categorías… ciudades abarrotadas con gansters que negocian con restos de los kaijus destruidos… son esos detalles los que hacen de Pacific Rim la película que es. Y ojo… hay que tener cierto bagaje cinematográfico para ser capaz de descubrir lo que ofrece la película en realidad. No es solo una simple película de monstruos contra robots.

Cuidado porque no es fácil. No quiero decir que el público sea idiota (no lo es… y eso que yo siempre digo que el público “normal” no sabe que coño va a ver y en que se ha gastado su dinero cuando compra una entrada de cine, pero eso es otra historia… el público no es idiota), pero si una persona entra en la sala a ver Pacific Rim sin saber muy bien que es el kaiju-eiga (seguramente NUNCA habrá oído la palabra kaiju en toda su vida) y no sabe lo que es un “mecha” (de nuevo… meKa, nunca meCHa. Es una máquina, no un mechero) puede llevarse una impresión muy rara de la película. No digo que no vaya a gustarle… nunca se sabe. Solo digo que es una película que pide al espectador saber ciertas cosas de antemano. Conocer ciertas reglas de juego, por decirlo de alguna manera.

Avisados quedáis, amigos.

A día de hoy Pacific Rim lleva recaudados unos impresionantes 293 millones de dólares en cines de todo el mundo. Son cifras brutales para ser un producto de estas características. Tendríamos que hablar de un gran éxito de taquilla, pero… aunque parezca mentira 293 millones son insuficientes para dar beneficios, ya que la película contó con un presupuesto de 190 millones de dólares. A la espera de su estreno en el resto de Asia (solo se ha visto en China, donde ha recaudado 45 millones de dólares, siendo la película Warner más taquillera en ese país) por ahora 300 millones de dólares en cines no son suficientes como para dar luz verde a una secuela… eso si, la crítica a recibido la película muy positivamente. En la web Metacritic cuenta con una nota de 64 sobre 100, y en Rotten Tomatoes la media llega al 71% de aprobación.

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Lo mejor: La pelea en el puerto de Hong Kong con Gipsy Danger al rescate.

Lo peor: Lo poco que duran algunos Jaggers… los vemos muy poco tiempo en pantalla, y no llegamos a apreciar que son capaces de hacer.

En resumen, Pacific Rim es (digan lo que digan algunos blogeros agoreros… y yo se a quien me refiero, pero paso de menconarle) el kaiju-eiga definitivo hecho fuera de Japón. Pensad que son 130 minutos de acero, máquinas, monstruos, peleas y destrucción sin cuartel.

ESPECTACULAR, BRUTAL, COLOSAL y APOTEÓSICA.

Guillermo del Toro nos enseña todo lo que le gusta, todo lo que ama, y el porque lo ama… es lo que este hombre entiende como el cine que a él le gusta. Cuidado… Pacific Rim no es una película fácil ni para todos los públicos. Es lo que es: un kaiju-eiga, con todo lo que significa pertenecer a ese género cinematográfico.

Si me lo permitís, esta película es IMPRESCINDIBLE para todo seguidor de ¡Horror… el horror…! No es la película del año, pero es sin duda una de las películas de culto que se recordarán en esta década.

Después de ver Star Trek En la Oscuridad, Pacific Rim y Elysium puedo decir que 2013 será uno de los años más importantes en la Historia del Cine de la ciencia ficción. Es muy raro encontrar en un solo año tres películas que alcancen tales cotas de espectacularidad, magia, tensión, avance… incluso si mencionamos obras menores como Oblivion (que a mi me gustó mucho, pero junto a estas tres se queda más corta), 2013 es uno de los mejores años del género que se recuerdan en los últimos 20 años.

Autor: Raúl Cifuentes