Nunca apagues la luz
La transformación de un cortometraje en largometraje es un hecho cuando menos traumático. Una historia o una anécdota puede funcionar perfectamente en un formato de duración reducida, pero a la hora de construir unos personajes con fuerza, una historia que haga suya dicha anécdota (Y no al revés) esta puede acabar perdiendo todo su potencial. Si esta idea pudo apreciarse claramente en ‘Mamá’ de Andrés Muschietti, ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights out’) de David F. Sandberg refuerza todavía mas este hecho, remarcando que si se quiere alargar un cortometraje a una duración mas o menos estándar es necesario que la historia envuelva a la idea original y no al revés. Por desgracia al ver la cinta de Sandberg el espectador podrá observar que a partir del cortometraje original se ha intentando construir una historia y no ha sido la historia la que ha hecho suya la idea del cortometraje en la que se basa y desde ese punto de vista todo en ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights out’) resulta demasiado forzado llegando incluso a momentos donde las escenas en lugar de transmitir algún tipo de miedo o tensión en el espectador solo consiguen arrancarle una sonrisa o directamente alguna carcajada. (Obviamente no todos los cortometrajes se han visto afectados por este mal casi endémico. ‘Saw’ de James Wan, productor de ‘Lights out’, ‘Frankenweenie’ de Tim Burton o ‘Número 9’ – ‘9’ de Shane Acker son tres ejemplos de que creando buenas historias y personajes con fuerza se pueden rodar grandes e interesantes películas)
Tras dormirse en el colegio (No, por mucho que esta idea pueda remitirnos a ‘Pesadilla en Elm Street’ – ‘Nightmare on Elm Street’-, la cinta de Sandberg no se acerca, ni esa es su intención, a lo mostrado por Wes Craven en su mítica cinta) Rebecca la hermana de Martin irá a recogerlo debido a la imposibilidad de contactar con su madre. Al descubrir esta que su hermano pequeño está sufriendo los mismos miedos que le obligaron a ella a huir de su casa y abandonar a su familia, Rebecca intentará ayudar a Martin y plantar cara a su madre y a su extraña amiga Diana. Al leer la sinopsis de esta película y ver la forma en la que Eric Heisserer ha construido a sus personajes principales (Rebecca interpretada por Teresa Palmer y Alexander DiPersia, esa especie de copia barata de Edgar Ramirez en ‘Libranos del mal’ –‘Deliver us from evil’) es absolutamente imposible no pensar en ‘Mamá’ de Andrés Muschietti y ‘The Babadook’ de Jennifer Kent. Tras el éxito de ‘The Purge: La noche de las Bestias’ (‘The Purge’), James DeMonaco rodó solo un año después su secuela ‘Anarchy: La noche de las Bestias’ (‘The Purge: Anarchy’) algo que se notó en un flojo guión que mezclando elementos propios de ‘Objetivo: Londres’ (‘London has fallen) prácticamente sirvió como base para rodar la tercera parte de la saga (‘Election: La noche de las Bestias’ –‘The Purge: Election year’-), esa misma sensación de precipitación en la construcción de la historia se observa en ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights out’) llevando al espectador a pensar que Heisserer ha tomado prestados demasiados elementos de otras películas en especial de la ya citada ‘Mamá’. La cinta de Muschietti y la de Sandberg comparten la misma base, el mismo esqueleto y por momentos las mismas ideas y los mismos personajes.
Recordemos brevemente la historia de la cinta de Andrés Muschietti. Cinco años después de que su hermano gemelo matara a su ex-mujer y huyera con sus dos hijas, Lucas Desange (Nikolaj Coster-Waldau) se hará con la custodia de sus sobrinas después de que estas aparezcan en una cabaña aislada en medio del bosque. Lo que parece ser un nuevo comienzo para la familia se convertirá en una autentica pesadilla cuando este descubra que las dos niñas han traído con ellas una extraña presencia, una presencia que las ayudó durante el tiempo que estuvieron aisladas en la cabaña. Cualquier espectador podrá observar los claros paralelismos existentes entre ambas cintas: Tanto en ‘Mamá’ como en ‘Nunca apague las luz’ volvemos a encontrarnos ante la idea de un adulto que se ha de hacer cargo de uno o varios niños pequeños que por diversos motivos están siendo acosados por un fantasma. Si en la cinta de Muschietti, el padre de estas asesina a su madre (Y a varios compañeros de trabajo), en la de Sandberg es el espíritu con fotofobia el que acaba con la vida del padre del protagonista. De una manera u otra volvemos a estar ante la idea de que los jóvenes protagonistas han sufrido una mas que traumática perdida de alguno de sus progenitores.
Parece ser una norma que en el cine de terror actual alguno de los personajes tenga que tener un aspecto gótico, siniestro o similar y ‘Nunca apagues la luz’ hace suya esta idea. Si en ‘Mamá’ nos encontrábamos con Annabel Moore, personaje interpretado por Jessica Chastain, si en ‘El bosque de los suicidios’ (‘The Forest’) el director nos mostró a la hermana gemela de la protagonista cuya desaparición servía para justificar el desastre generalizado de la película, en ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights out’) tenemos a Rebecca y su novio Bert. Por si la gran cantidad de dibujos siniestros y de calaveras no reforzaran la idea acerca del aspecto siniestro de la chica, Sandberg se dedica a situar ciertos objetos y/o elementos en determinadas escenas para que este hecho no se le pase por alto al espectador. Cualquier aficionado a observar este tipo de detalles verá en casa de la protagonista por ejemplo y sin ningún problema al menos dos tomos de la novela gráfica ‘Sandman’ de Neil Gaiman. Es ya en la creación de Rebecca cuando todo nos empieza a chirriar, cuando las piezas del engranaje que es la historia de esta película no están engrasadas lo suficiente y hace que todo se mueva provocando un ruido que se le mete al espectador en lo más profundo del cerebro. Eric Heisserer muestra a una mujer traumatizada por todos aquellos hechos que vivió cuando era pequeña, traumatizada por las constantes depresiones que sufría (Y sufre) su madre, por la forma en la que su padre las abandonó y por el hecho de que un espíritu venido del más allá la atormentó durante su infancia. Sorprende que estas ideas sirvan para justificar el miedo al compromiso por parte de Rebecca (La coraza que esta se construye ante un nuevo abandono: Establecer una distancia emocional con su pareja) pero no para entender porqué esta tiene toda su casa llena de dibujos de calaveras y demás pinturas de la misma índole. Si, Rebecca fue una chica que tuvo que huir de su casa porque la amiga del más allá de su madre la acosaba siendo niña y que mejor para estar tranquila y olvidar sus traumas infantiles que rodearse de calaveras. Todo muy lógico, todo muy zen.
Esta idea que podría no ser mas que una simple anécdota demuestra el autentico despropósito del guión que Sandberg tiene entre manos. Nada funciona en la historia escrita por Heisserer, por mucho que el espectador tenga la sensación de estar ante una nueva aproximación a lo que hizo Jennifer Kent en su notable ‘The Babadook’, el guionista se muestra demasiado torpe para desarrollar esta posible parte de la historia. La cinta de Kent narraba la traumática relación entre una madre (Essie Davis) y su hijo (Noah Wiseman) lo que sumando a la extraña presencia de un extraño monstruo que los acecha llevará a ambos (Sobre todo a ella) al límite de la locura. Tanto ‘The Babadook’ como ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights out’) muestran a una madre con graves problemas mentales (En el caso de la cinta de Kent esta es incapaz de superar la perdida de su marido culpando a su hijo de ello, en el de la película de Sandberg, el personaje interpretado por Maria Bello que tras la sorprendente ‘Demonic’ parece haberle cogido el gusto a eso de trabajar en películas producidas por James Wan, sufre constantes depresiones desde que era pequeña) y en ambos casos se plantea la misma idea acerca de si aquellos problemas que padecen las madres acabaran afectando a los hijos. Si el mayor error en ‘The Babadook’ fue venderla como una película de terror (La cinta de Kent es un drama con muchos puntos en común con ‘Carretera Perdida’ – ‘Lost highway’- de David Lynch) lo que derivaba en que muchos espectadores no acabaran por entender el final de la película, el de ‘Nunca apagues la luz’ es la falta de indefinición de la historia. Que Diana pueda ser o no el Babadook de Sophie (Maria Bello) es algo que ni nos preocupa ni nos acaba por interesar.
La estructura de ‘Nunca apagues la luz’ no puede ser mas típica y tópica. Tras una interesante escena inicial (Los paralelismos entre la película de Sandberg y otras cintas no se quedan simplemente en los ya comentados. La manera elegida por el director para rodar este momento y el plano final del mismo hace que muchos espectadores puedan pensar en el inicio de la notable ‘It follows’ de David Robert Mitchell. Además el hecho de situar esta escena en un almacén lleno de maniquíes nos remite directamente tanto al ‘Maniac’ de William Lusting y como a su remake dirigido por Franck Khalfoun –Si, el mismo que dirigió esa lamentable cinta titulada ‘I-Lived’- y al terrorífico anuncio de la lotería nacional de las pasadas navidades), el director y el guionista plantean el conflicto central de la película (El monstruo que acecha a los distintos miembros de la familia) para pasar a la rutinaria investigación usando para ello los ficheros de diversos hospitales para averiguar quién es esa extraña presencia (Algo que ya vimos en sus diferentes variantes en cintas como ‘The Ring’, ‘The Eye’ o mas recientemente en la desastrosa ‘Before i Wake’ de Mike Flanagan, película que comparte con ‘Mamá’ la idea de usar mariposas, aunque en el acaso de la cinta de Flanagan de una manera mas bucólica) para llegar a un clímax final mas o menos conseguido. Si lo mas interesante de la cinta de Muschietti ocurre una vez que todo acaba (Es una lastima que el director no nos muestre aquello que como espectadores realmente mas nos interesa: Saber como explican los protagonistas a la policía lo que ha sucedido) en la de Sandberg no podemos ni siquiera pensar en esta idea. No hay nada en ‘Nunca apagues la luz’ que nos interese, no hay nada que consiga que mantengamos el interés durante la poco mas de hora y veinte que dura la película. Todo en la cinta de Sandberg es un despropósito. Una lastima.
‘Nunca apagues la luz’ es una de las grandes decepciones de la temporada. La historia que Sandberg tiene entre manos recuerda demasiado a la que Muschietti puso en imágenes, en otro traumático salto del corto al largometraje y a varias de las ideas que Jennifer Kent plasmó en ‘The Babadook’. La cinta de Sandberg es una de esas películas prescindibles donde una vez finalizada, el espectador tendrá la sensación de que haber pagado ocho euros por ver esta película ha sido una autentica tomadura de pelo y probablemente lo mas terrorífico de la película.
Lo mejor: Su breve duración. Alguna aparición de Diana
Lo peor: Lo ridícula que resulta la historia alrededor de Diana. Lo previsible del conjunto
Título: Nunca apagues la luz – Lights out
Año: 2016
Género: Terror
Duración: 81 min.
Director: David F. Sandberg
Guión: Eric Heisserer según el cortometraje de Sandberg
Música: Benjamin Wallfisch
Interpretes: Teresa Palmer, Gabriel Bateman, Alexander DiPersia, Maria Bello, Billy Burke, Alicia Vela-Bailey, Andi Osho, Rolando Boyce, Maria Russell, Amiah Miller
Sinopsis: Cuando su hermano pequeño Martin vuelva a sentir el mismo miedo que hizo que Rebecca huyera de casa, está se volcará en ayudarle y alejarle de su madre.